c i n c u e n t a y c u a t r o

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El tiempo pasaba sin pena ni gloria, no esperaba mi desasosiego y la pereza constante que aparecía sobre mis hombros cada tarde luego de terminar una ardua jornada laboral. Por eso, aguardaba con impaciencia cada fin de semana, porque tenía esperanza de lanzarme a los brazos de Morfeo para despertar muchas horas después.

Sin embargo, y pese a que el sábado parecía acabarse en medio de mis adormilados, pero bulliciosos pensamientos, la idea de Timothée de ir a la playa para disfrutar de los últimos rayos de sol que ya comenzaban a aparecer con más frecuencia, anunciando el despertar enérgico de la primavera, me pareció una salida difícil de rechazar.

Sentados uno al lado del otro, con mi cabeza recostada en el huesudo hombro de mi compañero, veía como el sol de despedía lentamente en medio del océano, con la primicia de que en unas horas más estaría de vuelta junto a nosotros. Dejé salir un suspiro, como queriendo detener su accionar, intentando guardar para siempre la inquebrantable paz que comenzaba a dilucidar entre el cielo multicolor, teñido de un fuerte rosado, que parecía más un morado, sobre un azul oscuro que intentaba perderse en el horizonte, provocando que la linea de división del cielo y la tierra no se pudiese burlar, ni siquiera para los más experimentados navegantes y pilotos.

Parecía un sueño perderme en aquel paisaje tan agraciado. No podía pedirle nada más a la vida. Tenía todo lo que necesitaba a mi lado, y pese a que recorrí un arduo camino para crecer personalmente, afrontando mis miedos e inseguridades, no me arrepentía en absoluto de cada uno de mis errores. Aprendí a porrazos, y aunque crea fervientemente que no es el mejor método, creo que en mi caso, debido principalmente a mi testarudez, no hubiese funcionado de otra manera. Solo me arrepiento de haber dañado a Timothée cuando nunca mereció un trato tan frío y distante.

Sin embargo, la plenitud que me acechaba se vio tristemente opacada con la matutina  llamada sorpresiva de Henry. No esperaba en absoluto su propuesta, lo cual causó que mi día se redujese a perecer lentamente en medio de discusiones sarcásticas que mi misma cabeza no sabía como arreglar, porque una y otra vez, el resultado final era que mi relación con Timothée se vería afectada. Para ser sincera, no solo por el encanto que la primavera traía consigo decidí aceptar la invitación a pasear por la playa, sino que también esperaba tener un tiempo de calidad en donde pudiera expresarle el mensaje que Henry me había dado, y el cual podría cambiar el tranquilo rumbo que nuestras vidas ya como pareja estaba tomando.

Tenía miedo, el cuerpo me temblaba mientras mi respiración se volvía inquieta. Me separé lentamente de su cuerpo, sin dejar de observar la puesta de sol, la cual lograba calmar mis nervios. Tomé aire y luego, aferrándome a mi sentido común, quien gritaba apasionadamente que todo estaría bien, decidí tomar la fría mano de Timothée, captando por completo su atención.

-Hay algo que quiero decirte - comencé a hablar, dejando salir una relajada sonrisa ladina, pese a que mi interior temblaba sin tregua.

-¿Está todo bien? - preguntó, frunciendo el ceño, demostrándome que no entendía el rumbo la conversación tomaría.

-Si - respondí segura, porque todo lo estaba - Es solo que... - suspiré, observando como los ojos del amor de mi vida penetraban los míos insistentemente, como queriendo de una vez por todas escuchar lo que tenía que decir - Esta mañana hablé con Henry y él quiere que trabajé junto a él en su nuevo proyecto.

-¿En serio? - cuestionó rápidamente, mostrando sus dientes - ¡Pero esa es una excelente noticia!  - exclamó agarrando con fuerza mis manos.

-¡Si! - mencioné, sin saber cómo contarle lo que vendría - El asunto es que, este nuevo proyecto es en Londres.

La arena que acariciaba la planta de mis pies, de pronto pasó a ser un manto protector, en donde mis dedos prefirieron escabullirse. La fuerza con la antes apretaba mis manos aflojó su pulso, causando que mi corazón diera un vuelco acelerado, el cual, para ser honesta, esperaba. Pero, nunca esperé que sus ojos cayeran ante mi mirada, posándose sobre su regazo, evitando cualquier contacto visual.

-Eso también es excelente - habló luego de unos minutos.

-¿Tú crees? - rebatí, sin creerme ni por un segundo sus palabras.

-Por supuesto - sonrió, levantando su mirada.

Podía ver fácilmente que había un dejo de tristeza y desilusión en sus profundidades, y solo podía aseverarlo porque yo me sentía de la misma manera. No entendía muy bien qué era lo que me hacía sentir así, ya que con las nuevas tecnologías, podríamos vernos todos los días, mientras esperamos que los meses pasen rápidamente, porque solo sería por un corto periodo de tiempo. Supongo que el hecho de no perderlo físicamente me abrumaba de sobremanera.

-Aún no sé todos los detalles del proyecto, por lo que el lunes me juntaré con Henry para discutir todo lo que concierne esta nueva producción - mencioné para ayudar a calmar los ánimos.

-Me tiene que contar todos los detalles.

-No lo dudes - sonreí, intentando que ese sentimiento se alejase.

Las frías manos de Timothée comenzaron a acariciar con ternuras las mías, todo al ritmo del vaivén de las olas que quebraran con entusiasmo a tan solo unos metros, bajo la mirada incesante de las nubes difuminadas y las estrellas que comenzaban a asomarse.

-Sea cual sea la decisión que tomes, estoy aquí para apoyarte - afirmó con tanta convicción, que el ambiente pareció iluminarse.

-Muchas gracias - respondí simple, porque creo que era todo lo que podía hacer.

Las palabras sobraban y todo se reducía a un abrazo voraz, seguido por un beso largo y apasionado, cortesía de la ya casi inexistente puesta de sol, que comenzaba a dar paso a la luna, diosa de la noche, ninfa de mis sueños. La tranquilidad había vuelto a reinar en mi cuerpo, y el debate que acallaba mi sentido común decidió mantenerse silencio para así poder pensar de manera fría, analizando todos los pro que este nuevo proyecto traería a mi vida, porque nuestros trabajos si podían ser compatibles con nuestros amor, solo debíamos adecuarnos y encontrar las instancias para hacerlo florecer.

Ya habíamos perdido tiempo valioso. Mis miedos no volverían a hacer acto de presencia nuevamente. Estaba más que dispuesta a luchar por este amor que lograba mantenerme en completa plenitud.





sé que ha pasado muchísimo tiempo, pero aquí esta el nuevo capítulo! espero muy pronto subir el capítulo final!<3

muchas gracias a todxs quienes aun siguen leyendo esta historia! espero con ansias sus votos y comentarios jeje

P.D. cuídense un montón!

Detrás de escena // t.c✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora