v e i n t i o c h o

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Llegando al final del día, cuando el sol ya estaba casi oculto y mis cabeza no daba más del agotamiento, Henry se dignó a dar por terminada la eterna jornada de grabaciones. Por una parte, me encontraba más que cansada, pero por la otra no podía con la felicidad de saber que al fin podría llegar a la casa y descansar de absolutamente todo.

Sin embargo, aun debía ir a conversar con nuestro querido director, quien durante el día me pidió que fuera a su oficina una vez que anunciara el termino del día. Y ese momento había llegado, así que me encontraba caminando por el pasillo hasta llegar a una oscura y pequeña oficina, que parecía bodega antes que cualquier otra cosa. Toqué la puerta, levemente, a penas dos golpes con mis nudillos, para luego escuchar la voz de Henry gritar: ¡Adelante!

Con algo de temerosidad, tomé y giré el pomo, dejando pasar mi cuerpo a la oficina, que estaba únicamente iluminada por una lámpara negra de escritorio. Me dispuse a tomar asiento, cuando Henry posaba sus ojos sobre un montón de papeles. No tenía idea del motivo que había detrás de esta plática. Solo esperaba que no fuera algo malo o que me despidieran, porque realmente había puesto desde el principio mucho esfuerzo en este proyecto.

-Te veo asustada - comentó, subiendo sus ojos desde sus documentos hasta mi rostro, el cual seguramente se encontraba más pálido que de costumbre - No te voy a despedir, si eso es lo que crees - dejó salir una carcajada.

Mi cuerpo sintió el peso de sus palabras, por lo que se relajó inmediatamente. Mi espalda ya no seguía erguida y mis manos ya no estaban en puño, notable señal que el cansancio se había vuelto a apoderar de mi ser.

-Entonces, ¿qué ocurre? - pregunté, sin aguantar la curiosidad que rondó por mi mente todo el día.

-Mira - dijo, poniendo sus codos sobre la mesa, entrelazando sus manos para formar un puente con estas - No me importa tus relaciones personales,con quien sales o con quién te besas. Me da igual. Pero el otro día leí en cada página de Instagram el chisme de que estás saliendo con Chalamet - hizo una pausa, tomando aire lentamente, permitiendo que mi boca se apretara ante la espera - Y no me importa. Son jóvenes y pueden hacer lo que quieran con sus vidas. Incluso yo me involucre un par de veces con algunas actrices - rió y no pude evitar sentir repugnancia, pese a que Henry no era tan viejo y aún tenía lo suyo - A lo que voy, Lilo, es que no dejen que sus problemas personales sobrepasen la producción de esta película, porque ambos son excelentes profesionales que han puesto de su tiempo y talento en cada escena.

Seré sincera, me sentí un poco, bastante, ofendida, porque en ningún momento mostré debilidad o falta de comunicación con Timothée, pese a que por dentro, no tenía ninguna intención real de mantener una conversación, por muy necesaria que fuera. Pero ambos, ya éramos adultos y profesionales, totalmente capaces de mantener separado nuestros espacios de relación en la vida. Por eso, sentí un poco de coraje, vivo y ardiente, correr por mis venas. Me conozco, y sé lo inmadura que puedo llegar a comportarme, pero hay instancias e instancias, ¿no?

-Hen... - abrí mi boca para protestar con todo el respeto del mundo, cuando el directo me hizo callar comenzando a hablar.

-Entiendo que quizás te sientas pasada a llevar o algo por el estilo, pero quiero que lo veas como un consejo de mi vida. Sé que son adultos y que pueden diferenciar el trabajo de su vida personal, pero no está demás recordarlo - quitó sus lentes, dejando caer su espalda sobre la silla negra giratoria - Ya hablé con Timothée y también se mostró un poco molesto, pero logró entender. Queda tan poco para el fin de las grabaciones - suspiró.

Me quedé pensando por unos minutos en la realidad tras de sus palabras.  Él era el director del filme, por lo que solo se veía en la obligación de recordarnos y hablar con nosotros si no quería que su película se viera arruinada. Más aún por algo tan banal como una relación de pareja lo es.

Seguimos hablando por unos minutos, dejando de lado el tema principal que nos convocó, pues logré entender su intención ante sus palabras, sabias palabras que tenía más que claras.

Me despedí una vez que ya todo había concluido, para luego caminar por el oscuro pasillo que me llevaría hacia mi libertad. Sin embargo, había un pequeño detalle que no esperaba encontrar, o mejor dicho, alguien.

Sus ojos conectaron con los míos a penas fijé mi mirada en su persona. Sentí como mi pulso se aceleraba y las manos me sudaban frías. Quería salir corriendo, esconderme y aparecer totalmente renovada, sin la ansiedad recorriendo mi ser. Respiré profundo, recordando la fecha de hoy. El día no había terminado y aun cargaba el regalo en mi mochila, así que, dentro se mi locura y mis ganas incesantes de tener un dejo de su atención, decidí entregarle el regalo. Después de todo, lo compré para él.

Timothée guardó su celular dentro de su bolsillo, una vez me encontraba frente a él. Nos miramos y unas intensas ganas de llorar carcomieron mis ojos. No pensé que causaría aquel efecto de manera tan rápida, pues, pese a que tuvimos que conversar durante el día, me limité a pensar que solo era uno más, no él. Pero ahora era diferente, porque lo podía observar como la persona que era, la persona que quería y anhelaba con todo mi corazón.

-Feliz cumpleaños, Timothée - solté con una sonrisa adornando mis labios. La guerra de miradas se estaba volviendo insostenible.

-Muchas gracias - habló, dejando ver sus dientes.

-Espero que tengas una buena celebración.

Para ese momento, me encontraba más que nerviosa, presa de mis incontrolables y crueles emociones.

-Lo dudo - susurró, tomando una gran bocanada de aire - Tenía planes para hoy, pero se vieron arruinados - se encogió de hombros.

Ante aquellas palabras, sentí que la respiración me faltaba, mientras la culpa golpeaba mi espalda. Tonta, tonta, y mil veces tonta.

No supe que responder, así que saqué como pude el regalo, que ya no se encontraba perfectamente envuelto, para entregarselo. Me quedó mirando expectante, con los ojos atónitos, algo reacio a la realidad tras ese gesto. Estiré mi brazo en su dirección. Lo tomó con temor, como si fuera algún artefacto que pudiese explotar.

-Espero que te guste - hablé una vez que lo tuvo en sus manos. Estaba temblando y solo quería alejarme de él.

-No era necesario, Lilo - escuchar mi nombre en sus labios, hizo que mi corazón se estrujara, quitándome el aliento y la poca cordura que me quedaba.

-Es algo pequeño, no es la gran cosa - respondí, encogiéndome de hombros.

Cuando Timothée abrió el regalo y pudo ver la agenda que le había prometido, para que así pudiera tener organizado su diario vivir, no pudo contener la emoción. Unas despiadadas, y para nada sigilosas, lágrimas hicieron aparición entre sus ojos, pasando por sus mejillas hasta perderse en el suelo.

-Muchas gracias - dejó salir una risita, que solo movió con incomodidad mi interior.

Quería llorar y no sabía cuánto aguantaría, pero solo pasó un par de segundos, cuando sus brazos envolvieron mi cuerpo, permitiéndome volver a sentirlo, tanto a su delgado cuerpo como a su exquisito perfume. Me desvanecí entre sus brazos, llorando, como si fuésemos dos colegiales. No quería soltarlo y al parecer él tampoco. Podría estar toda la vida de esa manera. Pero la realidad nos pegó de golpe. Su teléfono comenzó a sonar de manera ruidosa, provocando que nuestros cuerpos se separaran. Por un momento, muy ínfimo, creí en poder arreglar nuestras diferencias y ahora si qur sí, llevar una relación como corresponder. Sin embargo, en medio de un balbuceo, algo incómodo, se despidió, para luego perderse por la puerta principal, dejándome sola y con el corazón pendiendo de un delgado hilo.






nueeeevo capítulo! espero que les guste jeje no olviden votar y  comentar💕

Detrás de escena // t.c✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora