Capítulo 6

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"No confíes en nadie, porque hasta tu sombra te abandona cuando estás en la oscuridad"

Anónimo

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—¿Puedes... dejarme sola? —le pido a Gio unos segundos después en el pasillo.

Él simplemente limpia sus lágrimas y asiente.

Recién comienzo a caer en cuenta de lo que acaba de suceder, me siento en el suelo del pasillo con las rodillas en alto, estoy al borde de las lágrimas cuando Ángel aparece limpiando la sangre que Gio hizo salir de su labio.

—¿Me puedes escuchar solo un minuto? —pide agachándose frente a mí— Soy una mierda, lo sé. Pero no quiero que pienses cosas que no son.

No respondo nada, mis opciones son hacer silencio o darle un puñetazo en la nariz, por ahora me inclino más por la primera opción, pero solo por ahora.

—Nunca te engañé, nunca te fui infiel porque yo de verdad pensaba que tú eras el amor de mi vida. Y mírame —toma mi mentón para levantar mi cabeza—, tú sabes perfectamente que estoy diciendo la verdad.

No, en realidad no sé nada. Y me vale una mierda si fue antes o después. Me vale una mierda él, me importa que una de mis mejores amigas acaba de cagarse en mí de una forma magistral.

Nunca confíes en nadie, es una de las reglas que se dice hay en este lugar. Pero uno es estúpido, uno va por la vida queriendo buscar excepciones a las reglas para sentirse especial o diferente.

Nadie es nadie, y eso incluye a tus "amigos".

—Cuando me dejaste ella me buscó, me dijo que tú me estabas engañando con el chico nuevo y por eso me habías dejado. Pensé que solo se estaba burlando de mí, ella y yo nos llevamos mal, pero en cierto punto sentí que se estaba insinuando de alguna forma y le pedí que se fuera.

Claro, ahora ella es la responsable porque se insinuó, pobrecito, es hombre, no sabe decir que no.

—Luego te vi manoseándote en la piscina con ese idiota. Supe que ella tenía razón y vine a buscarla, probablemente fue una acción cobarde, por despecho, pero verte comportarte así con otro chico me hizo sentir humillado, un imbécil, yo aún estoy llorando por ti y tú no pierdes el tiempo.

Bueno, en eso tiene un poquito de razón, debí cuidarlo un poco más y no exponer tanto que no me costó nada seguir con mi vida. Pero eso no justifica que se acueste con mi mejor amiga, porque Gael y él no se conocen, no rompí ningún código.

—Lo siento, de todas formas —murmura acariciando mi mejilla.

Miren a Nicole, perdió a las únicas personas que tiene aquí en la universidad por acostarse con un chico que no dudó ni cinco segundos en culparla de todo. Eso sí es caer bajo. Creo que ni siquiera necesitaré vengarme, la exclusión social lo hará por mí.

—¿No dirás nada? —pregunta en tono más bajo.

No lloraré frente a él, no le mostraré que me dolió.

—Me importa una mierda con quién te acuestas, Ángel. Estoy molesta con ella, tú puedes hacer lo que te dé la gana porque no me importas.

Soy cruel porque necesito herirlo, se lo merece.

—Solo me dices eso porque estás molesta, te pones negadora y...

Suelto una risa y por fin levanto la mirada para interrumpirlo con mucha arrogancia.

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