"Las emociones inexpresadas nunca mueren. Son enterradas vivas y salen más tarde de peores formas."
Sigmund Freud
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G I O
Ella está bien.
Me siento muy ansioso por verla, luego de tanto, tantas ideas que han rondado por mi mente, tantas noches sin dormir, tantos momentos en los que pensé que ya no valía la pena seguir.
Amaya la encontró, no sé ni en qué circunstancias, ni dónde estaba, ni quien es el culpable de todo, solo sé que quiero verla y abrazarla hasta que todo pase.
Ya están listas las pericias en cuanto llego al hospital, pero la dejarán en observación unas horas hasta que los análisis de sangre den sus resultados. Su mamá me dice que está con alguien, sin embargo, no quiero esperar, he esperado demasiado tiempo como para seguir dilatando el asunto.
Una persona que conozco muy bien está en la sala con ella, me detengo antes de entrar cuando los veo abrazarse con tanta energía.
Joe Altamirano, el narcotraficante al que visité buscando información sobre ella para luego enterarme de que eran pareja o algo así.
Él deja un beso sobre su cabeza y me esfuerzo por escuchar lo que dicen.
—Me encargaré de la persona que te hizo esto, tú solo descansa, preciosa.
—Está bien, no quiero que intervengas, la policía ya está involucrada —responde ella dejándose consentir.
¿Qué estoy haciendo aquí? Vengo como un estúpido a decirle que la amo, pero ¿de verdad la amo?
Mi mente abandona la situación frente a mis ojos, y no sé por qué viaja a la pequeña rubia con la que he compartido los últimos días. ¿Por qué pienso en Loraine justo ahora?
Me siento conflictuado y confundido, estoy feliz y aliviado de que ella esté bien, pero no sé nada de lo demás.
El sujeto sale de la habitación, no parece sorprendido de verme y solo me saluda con un movimiento de cabeza al tiempo que dos sujetos se ponen de pie para escoltarlo nuevamente. ¿Cuán importante tiene que ser Nicole para que un sujeto como él venga personalmente?
Tomo valor una vez más y entro en la sala, ella se ve muy nerviosa al verme y supongo que yo debo lucir exactamente igual. Me apresuro hacia donde está y la abrazo con toda la fuerza que puedo, dejando que las lágrimas corran por las mejillas de ambos.
¿Cuántas cosas por decir han quedado? ¿Cuántas palabras atoradas en la garganta luego de que la encontré en la cama con Ángel? No, pensé que estaría listo, pero al parecer no lo estoy.
—Hablaré con él, solo que ahora no podía —dice en referencia a Joe en cuanto nos alejamos un poco.
—Está bien... eso no importa ahora —respondo sorbiendo por la nariz intentando que mi voz suene normal— ¿Estás bien? ¿Te lastimaron? ¿Qué pasó?
—Estoy bien, solo estuve encerrada pero no me hicieron nada, aún no tengo del todo claro qué fue lo que pasó... ya te lo explicará Amaya.
—Te extrañamos mucho —reconozco sentándome a su lado.
—Yo también... no podía dejar de pensar en ustedes. Sobre todo, en ti.
Hay una pausa de algunos segundos, no sé qué decir, no tengo idea de cómo me siento hacia ella, la Nicole que yo pensaba que amaba no es la que es en realidad, no la conozco, no estoy seguro de que sus palabras sean sinceras y si acaso lo fueran, ni siquiera estoy seguro de sentir lo mismo.

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Superficial
Mystery / ThrillerAmaya Hope padece de una rara afección en la amígdala de su cerebro que trae como consecuencia la absoluta incapacidad de sentir miedo. Ella tiene muy claro que eso le trae más problemas que soluciones, pero no dudará en usarlo a su favor cuando un...