Capítulo 9

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"Si no esperas nada de nadie, nunca te decepcionarán"

Sylvia Plath

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No lo dejaré pensar que sus palabras me importan, de hecho esto lo ha hecho perder gran parte de su encanto.

—¿Tener sexo con un chico que me gusta me vuelve básica? ¿O te vuelve básico a ti decirme que no tengo oportunidad y luego ponerte celoso?

—No estoy celoso —se defiende de inmediato.

—Pues suponte que yo te tenía en el piso diez, y con esto caíste al subsuelo.

Va a responder pero Gael regresa con el café y entonces no lo hace.

—¿Te gusta el café? —me pregunta estirando una de las tazas hacia mí.

—Sí, es curioso, pero cuanto más amargo más me gusta.

—¿Pasa algo? —pregunta confundido al ver mi molestia.

—No, no lo creo. ¿Pasa algo Oliver? —ambos ponemos la atención en él y simplemente niega manteniendo la seriedad.

—No entiendo qué estoy haciendo aquí, pensé que estábamos de acuerdo —le recrimina a su hermano.

—Hay nueva información, déjame que te explique.

Uhm, huele como a que Oliver pone las reglas, Gael tomó decisiones por sí mismo y ahora teme por la reacción de su hermano.

—Te sería útil recordar lo que me prometiste —le habla solo a él como si yo no estuviera.

Gael resopla apoyando sus codos sobre la mesa.
—No estoy dejando que me dominen mis pasiones, ¿podrías confiar en mi criterio por una sola vez?

—La última vez que lo hice tuvimos problemas graves.

Siento que estoy presenciado una discusión de pareja, es incómodo pero no quiero que termine porque están diciendo cosas interesantes.

—Sí, y aprendí la lección.

Una lucha de miradas después, Oliver termina por asentir y poner atención a lo que sea que Gael va a decir.

Tengo tantas preguntas y tan pocas respuestas…

—Ella me dijo que para ganarse mi confianza me dejaría escuchar lo que hablaba con Ángel antes de que se lo llevaran.

Oliver aún se ve descreído, obviamente ganarme su confianza va a ser un trabajo duro.

—¿Y con eso qué? Pudieron arreglarlo antes.

Me gusta su forma de pensar, es muy parecida a la mía; porque aunque yo estoy empeñada en que ambos confíen en mí, que Gael lo haya hecho tan rápido y no me haya puesto en duda ni un segundo solo habla de su ingenuidad.

Él estaba más preocupado porque Ángel me besó que por ver si yo decía la verdad, así que en esta oportunidad tiene razón Oliver, su hermano se dejó dominar por sus pasiones.

¡Y qué pasiones! Aún me duele.

Obvio no le diré a Oliver que tiene razón porque definitivamente no me conviene.

—El chico estaba llorando, le dijo que no podía decirle quién estaba detrás de esto porque había hecho una especie de pacto de silencio para mantenerla a salvo —continúa explicando Gael.

—¿Lágrimas? ¿Con eso te convenció? Te recuerdo que hace dos días ella estaba llorando porque su amiga la traicionó, y ahora podría estar muerta y a ella no parece afectarle.

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