"La mejor manera de liberarse de una tentación, es caer en ella."Oscar Wilde
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No es muy tarde cuando escucho ruidos en el pasillo, aún estoy despierta esperando a Oliver, así que me pongo de pie para ver qué sucede.
Tengo que contarle todo antes de que su padre lo haga, tiene que escucharlo de mí. Espero que no sea tarde para eso, y que no piense que estoy aquí por interés, como le pasó a Gael con Zoe.
Abro la puerta justo para verlo entrar en la habitación de enfrente: la biblioteca.
Solo traigo una camiseta suya que con suerte me cubre las nalgas, así que espero que nadie más esté cerca y cruzo el pasillo siguiéndolo dentro.
—Oli, necesito que hablemos de algo... —digo para llamar su atención.
Voltea a verme de inmediato, en sus ojos hay una mirada que identifico con claridad. Miro hacia atrás porque dejé la puerta abierta y en cuanto volteo lo tengo a escasos centímetros de mi rostro.
—¿Hablar? Luego. —Toma mi mentón con firmeza y eleva mi cabeza para enterrar su rostro en mi cuello.
Cómo sea, ya me tiene.
Sus manos frías se deslizan por mis muslos tibios haciendo que mi piel se erice por el contacto, suben hasta mi cintura por debajo de la camiseta y sujetándome con fuerza me pega a su cuerpo casi con un instinto animal.
Sus ojos están clavados en los míos, me da la sensación de que quiere comerme, de un solo bocado, y al mismo tiempo estuviera esperando mi señal de consentimiento.
—¿Qué esperas? —susurro en su oído y llevo mi mano al creciente bulto en su pantalón.
Me da una media sonrisa malvada, me voltea empujándome contra un lado del piano y al instante se deshace de mi camiseta. Siento la fría madera negra contra mis pechos en cuanto empuja mi espalda para elevar mi trasero, no hay previas, todo será rudo hoy.
Con la misma brutalidad y usando sus dos manos en un jalón fuerte, desgarra la tela de mis bragas dejándolas caer al suelo. Siento sus manos en mi trasero, sujetando mis nalgas con fuerza las separa para tener una mejor visión antes de enterrarse dentro de mí de una sola y fuerte embestida.
Lo escucho soltar un jadeo, como si llevara meses deseándome, cuando en realidad lo hicimos un rato antes de que se fuera.
Cierro los ojos y dejo que el placer me invada, escuchando únicamente el sonido de su respiración acelerada y su cuerpo chocando contra el mío. Suelto un gemido pequeño y él me cubre la boca con su mano, la puerta aún está entreabierta y si no somos silenciosos nos oirán en toda la casa.
Y entonces escucho la puerta cerrarse, abro los ojos de inmediato para ver qué sucede porque Oliver no se ha despegado de mí. Detiene sus embestidas por un momento y levanto la cabeza para ver a Gael de pie observarnos con los brazos cruzados sobre su pecho desnudo.
Todo se siente tenso e incómodo por un momento, solo unos segundos, hasta que siento a Oliver llenarme nuevamente, arrancando un gemido profundo de mi garganta que ya no acalla, y que hace brillar con deseo los ojos de Gael.
Me incorporo sobre mis manos, Gael camina hacia nosotros y se para justo al otro lado del piano, apoyando sus codos sobre él y quedando frente a mí, a unos pocos centímetros.
No puedo decir nada, no sabría qué, y además el placer de las intensas embestidas de Oliver está invadiendo cada espacio de mi cuerpo y nublando mi mente. Levanta su mano y acaricia suavemente mi rostro, mientras intento reprimir mis gemidos sin mucho éxito. Pasa su pulgar por mis labios, para luego introducirlo en mi boca de un modo sucio y excitante.
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Superficial
Mistero / ThrillerAmaya Hope padece de una rara afección en la amígdala de su cerebro que trae como consecuencia la absoluta incapacidad de sentir miedo. Ella tiene muy claro que eso le trae más problemas que soluciones, pero no dudará en usarlo a su favor cuando un...