"La clave para ser feliz es aceptar que uno nunca tiene el control."
Irrfan Khan
________________________
O L I V E R
Si no pierdo la cordura después de esto creo que ya no lo haré. Mis padres llegan en solo unos minutos, y en cuanto lo hacen Amaya y yo ya estamos fuera. Daría lo que sea por no tener que hablar con ellos ahora, el aire es pesado, y la sensación de que segundo a segundo se derrumban por completo las estructuras que de algún modo me sostenían hace que sea aún más difícil poder respirar.
El aire frío me quema los pulmones, me duele la cabeza y mi cerebro aún reproduce la última escena dentro de esa sala una y otra vez.
"Diego, Diego es tu padre." El disparo, la sangre corriendo por su rostro y el fin de su vida que, a pesar de traer alivio de cierto modo, deja muchas incertidumbres.
¿Cómo se afronta el hecho de que tu vida entera sea una mentira? Cada vez que mi madre me abrazaba cuando era un niño y lloraba por tener conflictos con mi identidad, ella sabía la verdad, ella siempre conoció cada detalle de mi historia, ella dejó que el padre que me abandonó conviviera conmigo como si nada hubiera pasado.
Si no puedo confiar en ella ¿Entonces en quién?
En mi hermano, en Amaya, y tal vez pronto en mi hermana también. Ya no hay barreras para poder decirle la verdad, pero... ¿cómo? ¿Cómo haré para sostenerla si no puedo sostenerme ni a mí mismo?
Mi madre se arroja a abrazarme en solo un instante, el mismo tiempo que tardo en quitármela de encima. No quiero decirle nada aún, pero de verdad me afecta que me toque, mis manos están temblando y solo me sale ser frío y grosero.
—No me toques —reclamo manteniendo la fachada seria.
Ella lo acepta, sin protestas. Sabe que el contacto físico es solo bajo mi consentimiento.
—¿Estás bien? —pregunta mi papá con exagerada preocupación.
Los dos se ven bastante demacrados, se nota claramente que no han dormido y que las cosas no van nada bien.
—No, claro que no estoy bien —respondo sin pizca de sutileza—. Un tipo entró, burlándose de tu super seguridad como si fuera un juego de niños y le disparó entre los ojos a la única persona que podía decirme quién carajo es mi padre y por qué toda esta mierda.
¿Hice ese comentario a propósito? Claro que sí. Si Blas no lo hubiera dicho jamás lo hubiera sabido, y hubiese vivido bien sin saberlo porque no me interesa en lo absoluto.
A mí me vale una mierda que Diego sea mi progenitor, él siempre me ha caído como la mierda y jamás lo consideraré parte de mi familia. Aquí, lo que en realidad duele, es saber que mis padres ayudaron a montar toda esta farsa.
Mi madre corre sus ojos de mí, empañados por las lágrimas, no es capaz de mirarme. Sin embargo, mi padre mantiene su postura firme, evitando la mirada inquisidora de mi madre habla con propiedad y claramente marcando su distancia con ella.
—Estarás de acuerdo conmigo con que no es momento para revelaciones, pero en cuanto encontremos a Gael yo mismo te contaré toda tu historia, hijo.
¿Será que él tampoco lo sabía? Parece molesto con mi madre, y el dolor en su mirada es evidente.
No le respondo, no tengo palabras ya, me siento confundido y estresado de sobremanera. Es de esos momentos en los que piensas que nada puede estar peor y te equivocas, la ley de Murphy nos está atacando con todas sus fuerzas, y lo confirmo al llegar a casa.

ESTÁS LEYENDO
Superficial
Mystery / ThrillerAmaya Hope padece de una rara afección en la amígdala de su cerebro que trae como consecuencia la absoluta incapacidad de sentir miedo. Ella tiene muy claro que eso le trae más problemas que soluciones, pero no dudará en usarlo a su favor cuando un...