Superficial

Capítulo 20

"Sin música, la vida sería un error."

Nietzsche

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Me encantan estas fiestas. La mayoría dice que no, pero es una gran mentira. ¿Quién no ama un lugar en el que puedes vestir como estrella de Hollywood, hay música y comida gratis?

Oliver estaciona su auto en la entrada de su casa, se ve muy bonita y costosa. Dos plantas, arquitectura moderna y un enorme jardín cubierto por nieve, supongo que en primavera se aprecia mejor, pero así luce hermoso de igual forma, y resalta con creces mi vestido rojo.

Oliver baja primero, rodea el auto para abrirme la puerta, pero yo me bajo antes.

Cómo si yo no pudiera abrir una puerta...

Suelta una risita y le da sus llaves a un señor que está en la entrada, para luego regresar de inmediato conmigo.

Por Dios, que se apresure, hay nieve y traigo un vestido corto, me voy a congelar.

Pasa su mano por mi cintura, deteniéndose justo arriba de mi trasero y contengo la respiración.

Vinimos a buscar información, lo demás puede esperar.

Me obligo a recordar con mucha dificultad.

—¿Asustada? —pregunta manteniendo su mirada fija en la puerta de entrada.

—No, no siento miedo ¿Recuerdas?

Él sonríe y asiente.

—¿Y cómo te sientes entonces?

—Caliente —respondo con sinceridad—. Hasta que tú y yo no resolvamos las tensiones no puedo sentirme de otra forma en tu presencia.

Y menos cuando vistes así.

Trae una camisa blanca con un saco negro, sin moño ni corbata, y con el último botón desprendido. Se ve elegante y casual a la vez, pero sobre todo sexy, se ve muy sexy.

Se detiene justo en la entrada, nos coloca frente a frente con un solo movimiento y aparta el cabello de mi rostro.

—El sentimiento es mutuo, preciosa —dice y besa mi mejilla, muy, muy cerca de mis labios.

Dios ¿Por qué me gusta tanto? El sentimiento de debilidad y vulnerabilidad que me genera me molesta mucho.

—No tienes que decir cosas bonitas, solo estamos actuando.

—Yo no estoy actuando, he decidido que no hay personaje contigo —responde volviendo a mirar la puerta.

—¿Me lo juras? —pregunto con picardía.

Aunque no creo que su palabra valga ni mierda, su respuesta me hace dudar.

—Te lo juro por mi hermana.

No mentiría con eso ¿Verdad?

No me da tiempo a responder y abre la puerta.

Aún no llega nadie, obviamente teníamos que estar temprano, la familia completa para recibir a los invitados.

—¿Usaras tu personaje superficial hoy? —pregunta sosteniendo la puerta para que entre.

—No es un personaje, así soy.

—Han sido pocas veces y en situaciones extremas, pero te he visto realmente. Me parece justo que si yo no tengo un personaje tú tampoco lo tengas.