Capítulo 31

6.3K 813 578
                                        


"El infierno puede ser divertido si estás con el demonio correcto."

Anónimo

—————————


No pude ir al cementerio, los chicos fueron a acompañar a Loraine y yo me quedé en la universidad. La simple idea de volver a pisar ese lugar me da escalofríos.

El padre de los chicos tomó el caso, no hay pistas ni sospechosos, y una fuerte nevada que cayó por la noche arruinó por completo la escena del crimen.

No es como si él necesitara investigar, sabe que el culpable es Blas, solo que las pistas podrían llevarnos a quien sea que lo ayuda fuera.

Un cuchillo en el corazón fue la causa de muerte, pero además de eso se veía golpeado y maltratado. Aún no aparece el cuchillo, podría estar en cualquier sitio.

Alguien golpea mi puerta, me pongo de pie para buscar mi bata porque solo traigo una camiseta de Oliver que me queda larga pero no lo suficiente.

Es Simón quien está al otro lado, es curioso porque solíamos hablar muy seguido, casi que éramos amigos y ahora ya siento que no lo conozco.

—¿Estás bien? —pregunta entrando sin pedir permiso y dándome un beso en la frente.

—Sí, no fui a clases porque estoy enferma.

—Estoy preocupado por ti, has estado comportándote extraño.

—Estoy bien, solo es que... No dejo de pensar en Nicole.

Lo extraño un poco, él era parte de mi normalidad anterior, tenerlo cerca me recuerda a esos momentos en los que todo estaba en paz.

Se acerca y me envuelve con sus brazos dejando mi cabeza en su pecho.

—No deberías alejarte tanto de mí, y no deberías confiar tanto en los nuevos. Ángel se fue para ponerte a salvo y tú te metes en la boca del lobo.

Entiendo lo que dice, pero no le pedí a Ángel que hiciera nada y yo no llevo cargas que no me corresponden.

—No soy tan indefensa como piensas, estoy bien —respondo buscando evitar hablar del asunto.

—Yo no te subestimo, pequeña. Pero te quiero, y quiero que estés bien.

No sé si lo han notado, pero las palabras “te quiero” no son habituales en mí. Nunca se las he dicho a alguien con sinceridad, aunque sí quiero a mis amigos a ellos nunca se los digo.

Así que, para evitar la incomodidad cambio de tema.

—¿Por qué no estás con Loraine? —pregunto alejándome de él considerablemente.

—Quise acompañarla, pero me dijo que no. Terminó conmigo hace varios días ya.

Ella terminó con él, no me esperaba eso.

—¿Por qué? ¿Qué pasó?

Sí, ajá, chismosa siempre.

—Ella no se llevaba muy bien con el hecho de que también me gusten los chicos, nunca dijo nada, pero sé que no se sentía cómoda al respecto y por eso no quería que nadie se entere de lo nuestro.

—Eso suena estúpido considerando que siempre lo supo —comento descreída, la realidad es que su relación ni siquiera era pública, hasta entonces pensé que era Simón quien lo quería así, ahora veo que no.

—Sí… es que hay algo más.

—Pues habla —exijo abriendo grandes mis ojos.

—Estábamos… algo así como… interesados en el mismo chico.

SuperficialDonde viven las historias. Descúbrelo ahora