Capítulo 44

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"El dolor de separarse no es nada comparado a la alegría de reencontrarse."

Charles Dickens

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N I N A

Vacío, insomnio, culpa. Tres sensaciones que no me abandonan desde que él no está. Hasta este momento no pensé que me importaba tanto; es triste decirlo, pero estoy acostumbrada a perder personas, por eso me sorprendió tanto la sensación que me invadió en el momento que comprendí que algo malo le había pasado.

Lo quiero, sé que lo quiero, pero no puedo estar con él. Hay demasiadas actitudes suyas que me fastidian, hay demasiadas cosas en él que no están bien y todo lo que pasó con Amaya manchó por completo la historia que podríamos haber tenido.

Es inestable, y eso lo vuelve una persona en la que no se puede confiar. Tal vez hoy piensa que está enamorado de mí, pero mañana cambia de opinión y me rompe el corazón. Desearía tener la valentía de Amaya y arriesgarme igual, pero definitivamente no es así.

Como sea, Gael y yo solo es una fantasía que no volveré realidad.

¿Entonces por qué me siento de este modo? ¿Por qué siento como si me hubieran arrancado una parte de mí?

Mi hermano entra en la biblioteca, me paso la mayoría del tiempo aquí, aunque ni siquiera puedo leer porque mis pensamientos divagan y no me puedo concentrar.

—Nos encontramos en la misma ridícula situación —comenta sentándose a mi lado, junto a la ventana—. Tal vez ahora sí puedas entenderme.

Sí, puedo.

Si tuviera la mínima pista de cómo encontrar a Gael iría por él, ni siquiera me detendría a pensar en mi hermano. Fui egoísta, tal vez luego tengamos esa conversación en la que nos disculpemos y nos digamos cuanto nos amamos, pero ahora no tengo ni las más mínimas ganas de reconciliaciones emotivas.

—Pensé que ya no querías buscar a Nicole —respondo perdiendo mi vista en la ventana, observando cómo la blanca nieve cubre por completo el jardín.

—Claro que sí, solo... no es fácil descubrir cosas que no imaginabas.

Oliver tenía razón, sin embargo, no se lo diré, como si no tuviera suficiente ego ya...

—La extraño, ella me diría que me arriesgue con Gael —confieso tristemente.

—¿Pasó algo... entre ustedes... mientras yo no estaba? —pregunta tímidamente de forma entrecortada.

—Aún soy virgen si es lo que estás preguntando. —Nunca me he avergonzado por decir eso, siempre consideré que la vida sexual que cada uno elija es absolutamente válida— Nos besamos una vez, en la fiesta, pero fue de juego, aún no sentíamos nada uno por el otro.

—¿Y qué sientes ahora?

—No estoy segura... —Juego con mis dedos sobre el regazo mientras pienso en una mejor respuesta— Me gusta, pero no creo que seamos compatibles.

—A ti lo que te pesa es pensar que solo te quiere porque no puede tener a Amaya —simplifica con soltura—. En cuanto regrese deberías pedirle a Amaya que intente algo con él, si la rechaza es porque te quiere a ti.

—Que infantil eres... —bufo por lo bajo— Eso de "poner a prueba" es tóxico e infantil.

—Pero no deja dudas... —sugiere como si eso no debiera preocuparme.

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