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- que bueno que nos acompañas Timothée. - le dice Chase, mi hermano. - ¿vienes a ver películas?

- definitivamente. - dice sarcásticamente mientras los cuatro caminábamos por las calles solitarias del lugar donde nos encontrábamos. De una vez por todas llegamos al lugar lejano que nos trajo mi hermano por sus libros. - solo vengo a buscar nuevos... discos. 

- bien, bueno. - voltea a ver a las calles. - los libros están por la derecha y la tienda de dvds esta por la izquierda.

- ¿te puedo acompañar? - pregunta Vicky.

- Por supuesto. – agradecía el que Vicky hiciera eso por nosotros. – entonces... ¿los vemos mas noche para ya irnos? – asentí. – de acuerdo.

- Al rato los vemos. – Vicky dice y se voltean para irse a buscar la tienda.

- Ahora estamos solos. – me dice mientras entrelaza nuestras manos. - ¿qué hacemos?

- Me gustaría si buscar la tienda de discos. – dije emocionada. - ¿vamos?

- Por supuesto. – y empezamos a caminar.

El lugar en efecto estaba algo vacío. Algo que no esperaría de la ciudad de Nueva York, pero para ser honestos, estábamos ya mas afuera que adentro. No entiendo la diferencia de comprar aquí a en Nueva York. Bueno, sí, es una ciudad cara y mucho más en Manhattan. Pero ahora, aún y cuando Timmy y yo nos queremos y pensamos en ser algo oficialmente, esto es de lo más extraño. Estoy de lo mas nerviosa, no puedo ni mirarlo a los ojos, me sudan las manos. Mi corazón este acelerado de una manera inexplicable...

Y es que si, al final del día si soy su fan. Si me emociona verlo, pues me encantan todas sus películas y siento que estoy mas con una celebridad que con mi pareja. Pero seguramente es por estos momentos donde hay silencio y tan solo caminamos porque ya que estamos hablando... todo mejora.

Me encanta hablar con él. Es como mi mejor amiga y es tan divertido y lindo y... en verdad creo ser la persona más suertuda del mundo. Estoy saliendo con el hombre de mis sueños y ni siquiera se cómo pasó.

- Ven. – me jala de la mano para detenernos en un puesto donde estaban vendiendo collares y pulseras. - ¿me puede vender ese collar por favor? – apunta a uno con una linda gema color celeste.

- Si claro, son 20 dólares. – algo caro para un collar de un puesto de la esquina, pero la verdad es que si es muy hermoso. O quizá solo yo soy una tacaña. El paga. – muchas gracias.

- A usted. - se voltea conmigo y me muestra el collar. – me parece que se te vería de lo más hermoso.

- No te hubieras molestado. -dije avergonzada. Yo no le he regalado nada nunca. – y es muy lindo.

- ¿me dejas ponértelo? – asentí y me volteé para después recoger de mi cabello. Me lo coloca y después besa de mi cuello, haciendo que me estremezca toda.

- Muchas gracias. – me volteé y le tomé del cuello para poder besarlo. – ¿por qué eres tan lindo?

- Me lo haces muy fácil. – seguimos caminando, pero se vuelve a detener y se coloca enfrente mío, pero de una manera chistosa. Como si no quisiera dejarme pasar. – espera.

- ¿qué? – me reí por la posición en la que estaba con las piernas muy abiertas y con los brazos extendidos. - ¿Qué te pasa?

-          Te hice reír

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- Te hice reír. – asentí y le di un empujón ya que con la posición en la cual estaba, era muy fácil de tumbarlo, pero me toma de ambas manos para detenerse y quedamos viéndonos. – me gusta hacerte reír.

- ¡es Timothée! – escuchamos a una chica gritar a lo lejos y me soltó. Eso fue muy incómodo. Que triste que no pueda estar con el cuando estén sus fans. - ¡oh por Dios soy tu mas grande fan! - algo que yo hubiera dicho la primera vez que lo conocí si no me hubiera controlado.

- ¿si es él? – pregunta su amiga, pero al checar que, si era, se emociona más. - ¡oh wow!

- ¿podemos pedirte una foto? – dice la amiga rubia.

- Si claro. – la castaña me pasa su celular y así fue como me convertí en su fotógrafa.

- Okay sonrían. – dije seria. Esto si era muy incómodo. Tomé la foto. – listo.

- Oh Dios te amo tanto. – la rubia le roba un beso y el no dice nada tan solo voltea a otro lado muy nervioso.

- ¡Amy recuerda a su novia, la modelo! – con el beso ya estaba incómoda, ahora que mencionan a Naomi, mucho más.

- Tenía que hacerlo, ¿Cuándo crees que lo volveríamos a ver? – dice la tal Amy. – tu no eres Naomi Persia. – me dice.

- No, no lo soy. – es algo de lo que estoy consciente cada día.

- ¿entonces quien eres y por qué están juntos? – pregunta la castaña. Estuve apunto de abrir la boca cuando Timmy contesta por mí.

- Es mi amiga, me acompañó a comprarle algo a Naomi. – las chicas dicen "aw" y no pude evitar mover la cabeza de un lado a otro con los ojos en blanco. Odio esta situación.

- Al club de fans les encantara esto. – le toman una foto a lado del puesto de collares. – bueno te dejamos, gracias por la foto! – y se van corriendo emocionada.

- Deberíamos movernos de aquí. – me dice, pero yo me quede ahí donde mismo.

- ¿no vas a comprarle el collar a tu novia? – traté de no poner cara de estar molesta, pero... si lo estaba.

- Pero si ya se lo compré. – dice y lo miré con el ceño fruncido mientras negaba con la cabeza. – lo trae puesto.

- A veces ni siquiera yo me creo el que soy tu pareja. – dije aguitada. – mucho menos cuando todos me recuerdan que tú estás con Naomi.

- Lo siento tanto en serio. – se acerca a mi y me toma de las mejillas para darme un beso en la frente. – odio que te sientas así. Créeme que no quiero eso.

- Se que no es tu culpa. – lo abracé. – perdón es solo que a veces... esto es difícil para mí.

- Lo sé.

- Y esa chica te besó. Fue muy extraño.

- Siempre pienso que es muy grosero decirles algo, pero... - yo considero grosero de su parte hacer eso. Robarle un beso. Pero Okay... si lo entiendo. Al final del día, no soy muy diferente a ellas. Solo somos fans. – tan solo me separo y ya. – asentí. - ¿quieres comer? – volteamos, y enfrente nuestro había un restaurante de pizzas.

- Por supuesto. Pero ahora te invito yo. – le tomé de la mano y nos llevé al lugar.

¿Qué si esos fueron los diez minutos mas incómodos de mi vida? Seguramente sí. Pero se que Timothée no tiene en absoluto la culpa de eso. Me hace feliz saber que el también quisiera que lo nuestro se supiera y se que esto no es algo que esté en sus manos, que es por la película y la publicidad. Tan solo quisiera que eso pasará más rápido.

Y si yo me pongo incómoda, el se siente mal. Y no quiero eso. Por ello, ahorita trataré de estar como siempre y hablarle bien.

El mesero nos dio una mesa en el piso de arriba donde no había nadie en lo absoluto y eso era lo mejor. No teníamos que escondernos. Creo que venir aquí si fue una muy buena idea. Pedimos una pizza para los dos y unas papas a la francesa de entrada. Las cuales ya estaban llegando. Eso fue muy rápido. Pero las pizzas siempre tardan mucho, más cuando son caseras. 


Almost Paradise | Timotheé ChalametDonde viven las historias. Descúbrelo ahora