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- hola, me das uno de chocolate y otro de cereza ¿por favor? - le dice al chico de los helados. 

- gracias. - sabe perfectamente que es mi sabor favorito. 

- ¿eres Timothée Chalamet? - le pregunta el de los helados. - reí nerviosa.

- si. - el dice y recibe los helados.

- eres el mejor, hermano. Mi novia esta loca por ti. Que bueno que no vino porque sino, ya me hubiera dejado por ti. - ¿que acaba de pasar? nos reímos.

- gracias. - nos volteamos y nos fuimos a sentar. - no me esperaba eso.

- eres un ladrón de novias. - probé de el helado. - wow, este sabe muy rico. 

- no Mary, por mas veces que trates de convencerme de probarlo, no lo haré. Lo  siento. - es que en verdad. 

- no es como si se te fuera a caer la boca. - suspiré. - bien.

- ¿ya me contarás porque estabas molesta?

- yo no estaba molesta. - me enfoqué a acabarme mi helado e ignorar su pregunta.

- claro que sí. 

- ¿cómo sabes?

- porque te conozco. Mejor que nadie. - hice una mueca. - te conozco tanto que se que haces esa mueca cuando sabes que tengo razón pero no quieres admitirlo.

- bien... estaba molesta porque... mi papá ocupa una entrevista para su trabajo, se lo pedí a Chris y me dijo que no podría decirle a ninguno de sus conocidos directores, porque sí, tiene que ser un director de cine. Pero, dijo que no le diría a ninguno de sus conocidos. 

- ¿qué? ¿por qué no?

- dijo que no era un periódico tan grande o conocido como para arriesgarse y decirle a sus conocidos.

- eso es una estupidez.

- pero ya no estoy molesta. Tampoco es como si fuera el villano. El tan solo no quiere arriesgarse. - entiendo a Chris. - ya no estoy molesta

. lo estás defendiendo.

- solo digo que entiendo.

- ¿entiendes que no quiere ayudar?

- cambiemos de tema. - preferiría ya no hablar de esto. Voltee a ver el lugar y se estaban acomodando en un círculo algunas personas. - mira.

- ¿qué hacen? - me pregunta el. 

- adivina el soundtrack. - leí en el cartel y vi que ya se estaban acercando personas. - suena interesante.

- ganarías.

- quizá.

- vamos, participa. - negué con la cabeza. - ¿por qué no?

- me da pena. - es cierto, no me iba a poner en el centro de la plaza a escuchar canciones. - además, es de parejas. Tu no jugarías.

- claro que si. - se levanta de su asiento y me extiende su mano para que la tome. - vamos.

- no. - en verdad me daba mucha pena. - no Timothée.

- vamos. - negué de nuevo con la cabeza y este toma de mi helado y empieza a comérselo. - siendo honesto, esto sabe delicioso.

- te lo dije.

- tienes razón.  - en verdad se lo terminó. - siempre tuviste razón.

- ¿has hecho esto tan solo para que participe? - levanta los hombros. - bien, me has convencido. Solo porque por fin probaste el helado. Han pasado años.

Almost Paradise | Timotheé ChalametDonde viven las historias. Descúbrelo ahora