Veinticinco;

2.6K 184 57
                                    

Perdón por actualizar tarde! Espero que os guste 🥰✨

☽☾


Ruth

No me podía creer aquella situación tan surrealista que me estaba tocando vivir. 

Era martes por la tarde, y estaba en la biblioteca. ¡En la biblioteca! 

Aquél edificio que yo no había pisado desde que era una cría, más que nada porque ahí la gente iba a estarse quietecita y tranquila para estudiar, y con lo que me costaba a mí quedarme concentrada y estudiando... 

Pero Nerea había insistido en darme refuerzo allí, ya que luego ella se iba a quedar a estudiar hasta tarde para los exámenes de final de semana. Y honestamente, como para decirle que no a la causante de que mi media estuviera subiendo de forma lenta pero continuada. 

Supongo que lo único que me hacía estar un poco ausente era que en dos mesas a la izquierda, tenía a Mimi y a Miriam. ¿Que qué hacían ellas en la biblioteca? Pues no estudiar en casa, básicamente. Y conociendo a Mimi, sabía bien por qué. ¿O a caso no iba a saltar sobre Miriam a la mínima de cambio? Si se quedaban solas en nuestra casa, no iban a estudiar nada. Anatomía a lo mejor, pero desde luego los exámenes de la semana no iban de eso.

Bufé cuando me acordé del zasca que me había soltado Miriam en la bolera, la tarde anterior. Como si no tuviera suficiente con verla sentándose encima de mi hermana y riéndole las gracias. La Miriam de hacía dos meses nunca se hubiera comportado así, pero en fin... Lo que hace el amor. La gente enamorada, sin duda, hace cosas raras. Es como que están dos decibelios por encima del resto de la gente, y supongo que aquello era lo que le pasaba a Miriam: tener las atenciones de Mimi era como que la tenía sintiéndose muy arriba; o esa era la sensación que me daba. 

—Ruth, ¿te has enterado de algo? —preguntó Nerea, levantando una ceja.

—Sí, sí —respondí con rapidez. —O sea, puede que haya desconectado un poco, pero solo un momento.

Nerea, con su paciencia de santa, asintió.

—¿Quieres hacer un descanso? Y yo de mientras me pongo con historia.

Asentí efusivamente.

—Voy a por un café, ¿quieres que te traiga algo?

—No, gracias —sonrió. —Bueno, si me quieres comprar un KitKat... —añadió seguidamente, pensándolo mejor. —Espera, que te doy dinero.

—Nah, ya te invito yo —hice, rechazando su dinero con un gesto rápido. —Tu paciencia se vale ese KitKat —sonreí y ella hizo lo propio, mientras me alejaba entre las mesas.

A decir verdad, había varios rostros conocidos entre la gente. No sabía yo que se estilaba tanto lo de estudiar en la biblioteca; seguramente era verdad que te quitaba de bastantes distracciones, aunque la mía, la estaba casi rozando al pasar por delante de su mesa.

Dos segundos fueron los que dediqué a mirar a Miriam. Mi hermana, de espaldas a mí, solo se giró cuando la rubia me miró brevemente y notó que algo había captado su atención.

Las cosas con Mimi volvían a estar tensas, para que mentirnos. Durante la tarde del lunes, habíamos usado nuestra competitividad para darle un ambiente interesante a los bolos, pero después de algún que otro comentario sin maldad para picar a la otra y alguna sonrisa cómplice, no habíamos hablado más. Encima, al llegar a casa, le había caído una bronca monumental de mi madre por haberse saltado las tres últimas horas de clase por la mañana, así que se encerró en su habitación y solo salió para cenar.

Game Over 🌙 || MIRIAM²Donde viven las historias. Descúbrelo ahora