Mimi
—Chica, qué taciturna estás. Pensaba que nos estábamos recuperando del golpe —comentó Ricky sarcásticamente, mientras yo me encendía el tercer cigarrillo de la mañana, y ni siquiera habíamos empezado realmente la jornada estudiantil.
En el paseo había un par de alumnos que caminaban con prisas, intentando no llegar tarde, aunque tarde ya iban, porque el segundo timbre ya había sonado. A mí, personalmente, me daba igual si llegaba a la hora como sino. Si me ponían otra falta o un parte, mi madre me iba a mandar a Galicia con papá; y honestamente, no me parecía tan mala idea ya.
¿Qué iba a hacer durante Semana Santa? La única diferencia entre quedarme en la ciudad o irme con papá, era que con este, tendría que emborracharme sola, con los caballos, o en mi habitación. Si me quedaba en la ciudad, podría hacerlo con mejor compañía, claro estaba. Pero vamos, que esa era la única diferencia.
Mi ruptura con Miriam me había hecho cambiar la forma de pensar, una vez más. Era como si muchas cosas que me hacían ilusión, hubieran perdido sentido de repente; y lo único que me motivaba era la posibilidad de salir de fiesta aquella noche. Eso, y lo que había pasado la tarde anterior con Ana, que me parecía tan excitante como surrealista. Con todo, mi cabeza sacaba humo y Ricky no estaba equivocado al decirme que estaba muy silenciosa y algo melancólica, tratándose de mí.
El caso era que Ricky me había mandado un mensaje hacía un rato, diciéndome que no iba a llegar a la hora porque su madre no estaba en casa y había aprovechado para ir con la calma, y yo había decidido quedarme fuera hasta que llegara él para entrar juntos; o en su defecto, quedarnos los dos fuera.
Así, entre otras cosas, podía fumar como si en vez de pagar, cobrara por ello; y de paso, evitaba encontrarme con Ana justo al poner un pie en el instituto.
—No es eso —le respondí a Ricky, amargamente.
—Pues ya me dirás tú qué es... —hizo una mueca y luego me dio un codazo. —Venga Mimi, un examen más y esta noche se lía. Mañana vamos a pasar la resaca en el evento este de Ana y Ruth mientras hacemos dinerito para Mallorca, y después volvemos a salir y ya empieza la Semana Santa. Y vamos a seguir saliendo, vamos. Que nos conviene a todos, especialmente a ti, que últimamente...
—Ayer me tiré a Ana.
—¿Cómo dices?
—Que me tiré a Ana, joder. Que follamos.
—¡¿QUÉ?! —gritó el chico, mirando a lado y lado de la calle, como si a alguien más que a nosotros le importara aquél drama. —¿Cómo que te tiraste a Ana, Mimi? —preguntó entre dientes. —Pero, pero... ¡¿A santo de qué?!
Yo bufé.
—Joder, es que no lo sé. No sé ni como pasó, es que...
—Madre mía Mimi, estás puto desatada. Esto se merece saltarnos primera hora para ir a tomarnos un café y hablarlo con calma, ¿No crees?
—Merecérselo, lo merece... —ladeé mi cabeza, abatida.
Sentía que lo que había pasado con Ana había sido la guinda del pastel en el curso más emocionalmente agitado de mi vida. ¿Cómo pretendía volver con Miriam después de algo así? No habíamos hablado las condiciones del tiempo, nos lo habíamos dado y ya. No sabía cómo reaccionaría si llegaba a saberlo. ¿Tenía que contárselo? ¿Tenía carta blanca? Joder.
Me desplacé hacia el bar como un robot, pero no me apetecía estar dentro encerrada, y menos aquél día, que hacía solecito y buen tiempo; así que compramos nuestros cafés y nos los llevamos al parque que quedaba detrás del instituto. Quedarnos en el paseo de delante hubiese sido demasiado descarado, además, parecía que aquél era el parque de hablar las cosas serias: la última vez que habíamos ido, había sido justo después de que Ana se desmayara y se descubriera su desorden alimenticio.
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Game Over 🌙 || MIRIAM²
FanfictionLas gemelas Doblas han crecido compartiéndolo todo y siendo confundidas constantemente. Eso nunca ha supuesto un problema para ellas, sino que siempre le han sacado el máximo provecho y se han reído a costa de ello. ¿Pero, qué pasa cuando a través d...