Ruth
—¡Ruth!
Suspiré, llevándome una mano a la cabeza en cuanto oí a mi madre gritarme nada más entrar en casa. Enseguida escuché su taconeo por las escaleras, hasta tenerla en frente con los brazos en jarra, bloqueándome la entrada al salón. Parecía recién salida de la ducha, con el maquillaje hecho pero el pelo todavía por secar.
—Buenos días —saludé desganada.
—¿Se puede saber dónde has pasado la noche?
Las escaleras se llenaron de pasos otra vez, y mi hermana, con una sonrisa maliciosa, apareció por detrás de mi madre, hablándome con los labios sin emitir sonido. La verdad era que no me podía concentrar en hablarle a mi madre y contestarle a Mimi, así que prioricé a la que podía mandarme en un tren a Galicia.
—He dormido en casa de Patri.
Mimi soltó un gritito ahogado, cubriéndose la boca con ambas manos y disimulando cuando mi madre se volteó para mirarla con una ceja levantada.
—Mimi, a la ducha o llegaremos tarde.
—Sí, señora —bromeó ella, antes de lanzarme otra vez mil frases incomprensibles y hacerme miles de señales dándome a entender que luego hablábamos.
—Me tengo que creer que has dormido en casa de Daniel, ¿entonces?
—Sí, mamá —me encogí de hombros, sabiendo que la verdad y la mentira estaban muy cerca en aquella ocasión. —De hecho él llegaba cuando yo me iba, así que se lo puedes preguntar, si quieres —me encogí de hombros.
Mi madre frunció el ceño.
—¿Él llegaba?
—Sí, yo que sé. Habrá ido a por desayuno, no lo sé. ¿Puedo pasar ya? Quiero darme una ducha...
—Pues métete con Mimi, que en el baño de mi habitación estoy yo secándome el pelo —zanjó, dándose la vuelta. —Ah, y ya de paso, le dices a tu hermana que estoy muy harta de estas salidas entre semana. No me aguantáis ni siete días sin salir a emborracharos como unas inconscientes, es que... Uf. Da igual. No quiero empezar el día así, porque ya es lo de siempre —protestó, subiendo por las escaleras otra vez.
Me había salido con la mía de una forma bastante airosa. Ventajas de enrollarte con tu hermanastra, claro. Aunque, uf. Qué pensamiento más turbio. Tenía que dejar de llamarla así. Patri y yo no teníamos lazos familiares, no todavía. No era mi hermanastra, o por lo menos, no lo era de forma oficial.
—Hola, ¿eh? —me saludó Mimi, retirando el vaho de la mampara para verme.
—Perdona tía, es que...
—¿Tan intensa ha sido la noche? —preguntó con una sonrisa pícara, consiguiendo que yo también sonriera.
—No ha estado nada mal —reí, mientras empezaba a quitarme la ropa de la noche anterior y me metía dentro de la ducha. —Pásame el agua, anda —mi hermana no protestó, quitándose del chorro para enjabonar su pelo. —Creía que no eras muy partidaria de lo de Patri...
—Ya, es que no lo soy —suspiré ante aquella respuesta. —Pero me entiendes, ¿no? Yo de lo que soy partidaria, es de que seas feliz. Y no quiero que ahora que has encontrado alguien con quién te entiendes tan bien... Se acabe por razones ajenas a vosotras.
—Ya, ya sé que es complicado —respondí, dejando que el agua caliente se llevara el sudor y el olor a alcohol y humo de mi cuerpo. —Pero no quiero pensar más allá, ¿sabes? Me refiero a que tampoco tenemos que casarnos, ni nada de eso. Solo nos entendemos guay y lo pasamos bien.
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Game Over 🌙 || MIRIAM²
FanficLas gemelas Doblas han crecido compartiéndolo todo y siendo confundidas constantemente. Eso nunca ha supuesto un problema para ellas, sino que siempre le han sacado el máximo provecho y se han reído a costa de ello. ¿Pero, qué pasa cuando a través d...