Ana
Últimamente, despertar después de una noche de fiesta con mis amigos, se estaba convirtiendo un poco en una lotería. O mejor dicho, en una ruleta de la suerte. ¿En qué casa habríamos acabado? ¿Con quién? ¿Qué habríamos liado? ¿Cuánto habríamos bebido? ¿Tendría que arrepentirme de algo? Aquellos pensamientos se sucedían torpemente por mi mente mientras me estiraba y, al hacerlo, le daba un golpe a alguien.
Abrí los ojos, estaba en mi casa. La luz ya se colaba por la persiana de mi habitación y el aire estaba cargadísimo. Me incorporé y miré hacia mi lado izquierdo: el golpe se lo había propiciado a Roi, que dormía a pierna suelta y con la boca abierta. Me alivió ver que no se trataba de Mimi: la rubia me había intentado besar en más de una ocasión durante la noche, y aunque había puesto el freno todo lo que había podido, algún intercambio de saliva sí que habíamos tenido. Entonces empecé a recordar el final de la noche anterior.
Ruth había desaparecido, y al principio no le habíamos dado ninguna importancia porque habíamos dado por hecho que estaba con Álvaro. Pero claro, luego Álvaro había aparecido por ahí, preguntando por ella y diciendo no sé qué de Miriam, y ahí até cabos rápidamente. Y no fui la única, claro. Pocas veces habíamos pillado algo tan al aire, todo el grupo, a la vez. Busqué a Mireya entre la multitud y, al mostrarme el mensaje que le había mandado Miriam hacía poco menos de una hora, compartí mi hipótesis con ella, que se maldijo a sí misma por haber dejado ir a su amiga borracha y sola. No importaba que Miriam dijese que se había ido a casa: si se había cruzado con Ruth, y Ruth tampoco estaba en la fiesta, se habían ido juntas. Cero dudas al respecto.
Recuerdo haber sentido una mezcla de pena por Mimi y alegría por Ruth, porque al final era mi mejor amiga y sabía cuánto le gustaba Miriam. La entendía perfectamente, porque yo compartía ese sentimiento por Mimi. Y claro, Mimi, a la vez, estaba hecha un lío; pero Miriam era Miriam, y saber que después de todo, se había escabullido de la fiesta con Ruth, tal y como estaban las cosas y con todo el percal que habían tenido durante aquella semana...
Al final fue Mimi y no Ruth la que se esforzó en ahogar las penas en alcohol. La vigilé y cuidé toda la noche. Y sí, nos besamos; pero tuve claro que las cosas no pasarían de allí. Mimi me desconcertaba, pero es que ella estaba igual de perdida; lo entendí cuando por fin pude ver algo de sinceridad en su mirada. Por eso, cuando llegamos todos borrachos perdidos a mi casa, decidimos que yo dormiría con Roi y que Ricky se metería en la cama con ella. Era su mejor amigo, y sabría contenerla si lo necesitaba. La rubia no estaba pensando con claridad, con la mezcla de sentimientos que llevaba dentro; y aunque sabía que su reacción a eso iba a ser querer acostarse conmigo, era algo que no podía pasar. Solo iba a empeorar las cosas y, si ella no tenía la capacidad de verlo, tenía que ser yo la que la protegiera de sí misma.
Sin hacer mucho ruido para no despertar a Roi, me levanté de la cama, busqué mis chanclas y salí al pasillo cerrando la puerta detrás de mí. Empezaba a hacer calorcito y mis padres habían escapado a la playa. Estaban buscando un apartamento para comprarse y, dados los contactos que mi madre tenía trabajando en la inmobiliaria, se iban a pasar todo el fin de semana fuera, centrándose en encontrar la segunda residencia ideal en una zona particular de la costa que les encantaba. Era algo que siempre habían querido hacer; pero claro, en medio de todo, se habían divorciado. Así que ahora que las cosas volvían a marchar bien, habían retomado aquellos planes.
Ese era uno de los motivos por los que todos habíamos acabado durmiendo en mi casa. Eso, y la buena y reconocida fama que tenían mis colchones, claro.
Estaba descendiendo por las escaleras cuando escuché otra puerta cerrarse y los pasos por el pasillo. Me quedé quieta y me di la vuelta, hasta que vi aparecer, en lo alto de las escaleras, a una Mimi completamente aletargada, despeinada, vestida únicamente con el top negro de la noche anterior y su tanga. Era una visión increíble, pero también sonreí porque no pensaba tener compañía tan pronto.
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Game Over 🌙 || MIRIAM²
FanfictionLas gemelas Doblas han crecido compartiéndolo todo y siendo confundidas constantemente. Eso nunca ha supuesto un problema para ellas, sino que siempre le han sacado el máximo provecho y se han reído a costa de ello. ¿Pero, qué pasa cuando a través d...