Mimi
Mentiría si dijera que me quedé toda la tarde del sábado tranquilita en casa.
Que sí, que en casa me quedé, pero de tranquila lo estuve poco.
Nada, prácticamente.
Y sí, ya sabía que Ruth se había retirado de la "competición" y que estaba aprendiendo a respetar lo que yo iba construyendo poco a poco con Miriam, pero saber que iban a pasar la tarde juntas, me había hecho sufrir bastante.
Todo estaba demasiado reciente como para tener la garantía o la tranquilidad que mi hermana no haría un movimiento arriesgado. Y yo la conocía lo suficiente como para saber que no me fallaría después de las últimas semanas... Pero es que precisamente, después de todo el percal, estaba tan desubicada con ella que todas mis predicciones a su forma de actuar habían perdido fiabilidad.
¿Lo peor de todo? Yo nunca había sido celosa; y mucho menos de mi hermana. Sin embargo, con Miriam, las cosas tomaban otro nivel.
Por eso había invitado a Ana a pasar la tarde conmigo. Decidí quedarme en casa porque quería saber exactamente la hora a la que llegaba Ruth, por lo cual me sentí un poco estúpida. Y bueno, además estaba castigada, ese era otro detalle; el principal, de hecho, porque estaba limitando totalmente mi finde.
—¿Por qué coño tardan tanto? —pregunté, lanzando un cojín con fuerza, haciéndolo aterrizar cerca de los pies de Ana, en la otra punta del sofá.
Mi amiga me miró levantando una ceja y cabeceó exasperada, mientras que alargaba el brazo para coger el cojín y ponerlo de vuelta en su sitio, tan pulcra como ella sola.
—A ver Mimi, tu madre acaba de ir a por ella, es normal que tarde un poco. Ya sabes cómo se pone el centro cuando llueve, tía.
—Sí bueno... Igualmente han estado toda la puta tarde fuera. ¿Cuánto hace que Ruth ha hablado por vuestro grupo para avisar que ya habían visitado el primer sitio? Además, aún no han dicho nada del segundo... ¿Qué han hecho tanto rato? —me puse las manos a la cabeza, dramáticamente.
—Deja de comportarte como una obsesa —espetó Ana, chasqueando la lengua.
—¡Joder! Es que te luciste con esto, ¿eh Ana? Menuda traición... Mira que ponerte tú con Mireya y dejar a mi hermana con Miriam...
—Bueno no empieces que ya me echó la bronca Ruth en su momento —respondió la morena, frunciendo el ceño y subiendo el volumen de la tele. —Os está bien a las dos; así maduramos un poco, que ya os conviene. Déjame ver el final de la película y déjate de celos de mierda, joder.
De repente la vi tan molesta, que me enterneció. Ana era la persona más amable hasta que la hacías cabrear o te ponías pesada con algún tema. Entonces, podía ser tan desagradable como yo. Y me hacía una gracia terrible.
—Mírala ella... Qué mona eres cuando te enfadas, Banana —me reí levemente, por lo que la chica giró su cabeza en el ángulo justo para fulminarme con la mirada. —Aunque también das puto miedo, ¿eh? No nos vamos a engañar.
Ana suspiró, escondiendo una incipiente sonrisa, por lo que al verla más receptiva, me eché encima de ella para abrazarla y hacerle cosquillas.
—¡Mimi que me estás clavando toda la rodilla! —protestó la morena, entre risas.
Así que después de molestarla un poquito más, paré para abrazarla. Recosté mi cabeza en su pecho y sentí su corazón latir rápido, seguramente a causa de la risa y del susto que le había pegado.
—Tengo que darte las gracias, Bananita —confesé en un tono más calmado. —Y siento si te sentó mal lo que te dije el otro día, solo me preocupo por ti y quiero que estés bien. Como tú haces siempre por nosotras, ¿sabes?
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Game Over 🌙 || MIRIAM²
FanficLas gemelas Doblas han crecido compartiéndolo todo y siendo confundidas constantemente. Eso nunca ha supuesto un problema para ellas, sino que siempre le han sacado el máximo provecho y se han reído a costa de ello. ¿Pero, qué pasa cuando a través d...