Mimi
Enterarme de lo que había pasado entre Miriam y mi hermana a través del mensaje que le mandó esta última a Ana, fue un poquito más doloroso de lo que esperaba.
Ya eran casi las cinco de la tarde cuando Ruth dio señales de vida, y me jodió enormemente que fuese tan cobarde de hablarle primero a la morena que a mí. "Mimi, pero es mi mejor amiga" la defendió Ana, "Es normal que primero quiera hablarlo conmigo antes que decírtelo a ti". Pero a mí me daba igual eso. Yo era su hermana y la noche anterior habíamos estado perfectamente, antes de que se diera a la fuga. Así que esa excusa no me valía.
Esperaba escuchar la verdad desde la boca de Ruth, pero en lo que duró la tarde, no supe de ella si no era por Ana. La morena le contó que estábamos reunidos en su casa, pero Ruth le dijo que estaba muy cansada y que se iba directa a casa. Y no dudé que lo estuviera, pero también supe que estaba evitando encontrarse conmigo. Casi que se lo agradecí, porque yo ya no sabía cómo tenía que reaccionar ante lo ocurrido.
Francamente, no me apetecía volver a casa. Me hubiese quedado en el palacito de Ana todo el fin de semana, pero si no lo hice, fue porque quería hacerle compañía a mi madre, aunque fuese a mi manera. Parecía que mamá llevaba lo de Dani estupendamente bien, pero sabía que eso eran más las apariencias, que otra cosa. Y joder, tanto mi hermana como yo llevábamos des del día anterior sin pisar nuestra casa: no quería pasar otra noche fuera, prefería demostrarle a mi madre que estaba allí con ella.
Igual era verdad eso de que había cambiado durante aquel año. Todo el mundo me decía que durante aquel curso había madurado, pero ya veía que aquello era una puta mierda. Las cosas me salían mejor cuando me la sudaba todo. Desde que había empezado a tomar responsabilidad de mis actos, que no dejaba de recibir palos. Así que, personalmente, no consideraba que mi "madurez" me hubiese ayudado en nada. Si eso, me había jodido más que otra cosa, pero tampoco podía sentirme de una forma distinta. O por lo menos, no sabía cómo hacerlo. Igual madurar era realmente aquello. Y mira que, paradójicamente, al parecer la seguía liando.
Ricky me dejó en casa a una hora bastante prudente, ideal para que mi madre no tuviera que preguntarme si estaría para cenar. Me pidió que no me pasara con Ruth, igual que lo había hecho Ana antes de que me marchara de su casa, y le respondí lo mismo: no tenía ni idea de cómo iba a reaccionar al verla.
Metí la llave en el cerrojo y abrí la puerta, entrando en casa y cerrándola detrás de mí.
—Estoy en casa —anuncié, aunque ni de lejos con la misma efusividad que siempre.
No hubo respuesta. La casa, de hecho, y a pesar de que empezaba a anochecer, seguía con todas las persianas en alto y, cuando me asomé a la cocina, vi que estaba vacía. Genial. Había hecho el bobo yendo a casa temprano pensando en mamá y ella ni siquiera estaba ahí. Ni ella, ni la otra... Qué ingenua había sido en pensar que un sábado por la tarde habría alguien en casa. Es que...
—Ey.
Me di la vuelta al ver a Ruth entrar en la cocina. Llevaba unos shorts azul oscuro y una camiseta de manga corta, ancha y blanca, por encima. Observé en silencio sus chanclas y el pelo secándose al aire, dándome a entender que no hacía mucho se había cambiado y duchado. Se apoyó contra el marco de la puerta después de su breve saludo.
—¿Y mamá? —pregunté nerviosa, todavía sin saber cómo actuar con ella.
—Ha salido a cenar con Paula, su compañera del trabajo —explicó mi hermana, sin mirarme directamente a los ojos.
Había una tensión nerviosa en el aire, pero también en nuestros gestos y miradas. Nos movíamos poco y despacio, como si temiéramos que un gesto demasiado bruto haría estallar el aire concentrado entre las dos.
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Game Over 🌙 || MIRIAM²
FanfictionLas gemelas Doblas han crecido compartiéndolo todo y siendo confundidas constantemente. Eso nunca ha supuesto un problema para ellas, sino que siempre le han sacado el máximo provecho y se han reído a costa de ello. ¿Pero, qué pasa cuando a través d...