Yo sere tu Angel - H.s

Capitulo : 10

Narra Tn:

No entendí el momento en que Harry le dijo  mi madre que él  ya habló con la enfermera. ¿Hablar? ¿Sobre qué?

-Ya vengo hija... -susurró mi madre mientras que me dejaba un corto beso en mi frente.

Ahora ella se iba, ¿que estaban planeando?

Harry lentamente se acerca a mí y se sienta en mi cama, tomando mi mano. Yo sonreí lentamente, mirando nuestras dos manos entrelazadas. Nunca las había visto así y era como que mi mirada le estaba sacando fotos para luego acordarme.

Estuvimos en silencio por 2 minutos, no hubo palabras. Pero el silencio era cómodo, me gustaba. Luego la puerta se abrió, dejándome ver a una enfermera entrando con una silla de ruedas, y mi madre detrás con una gran y hermosa sonrisa, o dios, como amaba verla así. Pero... ¿Porque la silla de ruedas?. Harry soltó mi mano, y se acercó a mi hombro, para poder susurrarme:

-Trata de hacer la fuerza que puedas cariño -Al terminar de decirme esto, la enfermera se acercó a mí y saco la frazada que me tapaba a un lado.

-con cuidado cariño, tienes que levantarte de esa cama...-susurró sentándose a mi lado para poder abrazarme, pero con el objetivo de ayudar a levantarme y poder sentarme en la silla. Hasta que lo logró.

Sentí como Harry se fue detrás mío para poder agarrar el manubrio de la silla.

-¿Dónde iremos? -pregunté confusa, mientras observaba como mi madre tomaba todas mis cosas y la enfermera abría la puerta para que pudiéramos pasar con la silla de ruedas.

-Ya verás...-susurró Harry.

Una vez ya en el pasillo, pude notar como 4 tipos negros estaban al rededor nuestro, claro, eran los guardaespaldas de Harry.

Fuimos a un ascensor, y por lo visto, subimos al piso 10. Demasiado alto.

Nunca había estado en este piso... Quedé sorprendida al ver el pasillo cuando las puertas del ascensor se abrieron. Este pasillo era más limpio, más amplio y largo.

Lentamente fuimos hasta la puerta 5. Ahora ya lo entendía todo, me trasladaban de habitación.

Lentamente la enfermera abrió la puerta y nuevamente quedé sorprendida.

Había una cama (claro, esa seria del enfermo) y a su lado habia otra, que sería del acompañante, ósea familiar o amigo, cualquier persona que acompañaba a esa persona.

Estas camas eran más delicadas, hermosas, no como la de cualquier hospital.

Había un gran televisor, y luego otra puerta que parece que era la del baño.

Pero lo que más me sorprendió era el gran ventanal que había al costado que dejaba ver la gran hermosa vista de la ciudad.