Lena y Kara siempre habían gozado de una buena convivencia entre sí. Desde el inicio de su matrimonio, los conflictos, de darse muy de vez en cuando, eran reducidos y controlables, y se mitigaban, en general, con una pequeña puesta en escena que acababa las más veces con ambas tendidas en la cama y agotadas. Pero ahora, en su estado actual, no pasaba ni un solo día en que no discutieran por cualquier tontería irremediable.
- ¡Si estás tan aburrida, vete a otra parte!- Chilló Lena en medio de los laboratorios de la DEO, apartándose con cuidado del microscopio que escrutaba desde encima de una banqueta para poner los brazos en jarras y regañar a su esposa, que no dejaba de brincar a su lado.
- ¡Pero no quiero!
- ¡No me importa que no quieras!
- ¡Antes sí eras divertida! ¿Cómo es que ser niña pudo haberte vuelto tan mandona?
- ¡Yo sí me tomo las cosas en serio, Kara!
- ¿Y si no hay nada más que hacer? ¿Vas a estar así de amargada para siempre?
- ¡Es fácil rendirse y decir eso!
- Yo no me rindo. Solo trato de ser positiva.
- Pues yo trato de trabajar, así que, si no te importa...
Lena suspiró, volvió a ajustar el microscopio y se inclinó para mirar la muestra de tejido colocada en él. Durante los últimos días, no había podido avanzar en nada. Las células de su tejido y del de Kara eran las mismas que habrían podido tener los cuerpos no desarrollados de dos infantes. No existía ninguna anomalía visible, y ninguna idea de las que había puesto en marcha para devolver las células a su estado original dio fruto alguno. A ese punto, la escasez de resultados comenzaba a frustrarla considerablemente. Además, para mejorar indeciblemente las cosas, su metabolismo ya no era el mismo. Antes habría podido quedarse toda la noche en vela trabajando; ahora, a las nueve como muy tarde, ya estaba bostezando y pasando a dejar de ser funcional.
- Pst, Lee...
Lena se concentró y trató de no hacer caso. Quizás esa era la clave.
- ¡Pst, Lee!
Kara cinchó de su túnica.
- Vete- le dijo la morena entre dientes.
Pasaron unos segundos de silencio. Luego se oyó un suspiro, y después un despegue. Lena exhaló con satisfacción. Paz al fin.
- ¿Qué es esto?
Lena se volvió hacia una esquina del laboratorio y vio que Kara sostenía un par de tubos de un líquido azul fosforescente que habían recolectado del día de su incidente, y eso la hizo explotar. Ya estaba harta, hasta las narices de su comportamiento infantil. La ira y la desesperación se encendieron como una llama en su pecho, y hecha una furia, despegó del suelo del laboratorio y arrebató los tubos del agarre de su esposa.
- ¡Animal! ¡Deja ya de andar dando vueltas por aquí, que vas a empeorar las cosas!- Tronó con el rostro encendido-. ¡Bastante estresada estoy para andar aguantando tus niñerías! ¿Qué no ves que intento solucionar esto para ambas? ¡Por supuesto que me encantaría andar dando brincos y riéndome de todo como tú lo haces, pero alguien tiene que luchar por acomodar las cosas!
Kara se encogió un poco, pero no del todo.
- ¡Y yo estoy harta de estar diciéndote que te relajes! ¡Esto no es bueno para ti, Lena, y me preocupa! No puedes recluirte como una rata de laboratorio y esperar a hallar algún día la cura... ¡Las dos estamos bien de salud, por lo que no hay apremio, y además tenemos a todo un equipo de científicos trabajando en nuestro caso! Lo mejor que podemos hacer, como dijo Alex, es esperar y vivir como mejor nos podamos adaptar.
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Nuevos comienzos- II Parte (Supercorp)
Fanfiction"- Debes tener cuidado con lo que decides. Ser un héroe es un trabajo de por vida, y puedes perderlo todo en el transcurso (...). - No tengo miedo. La sonrisa de su madre flaqueó. - No todo es sobre miedo y valentía. El peor de...