Capítulo VI

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Lena y Kara siempre habían gozado de una buena convivencia entre sí. Desde el inicio de su matrimonio, los conflictos, de darse muy de vez en cuando, eran reducidos y controlables, y se mitigaban, en general, con una pequeña puesta en escena que acababa las más veces con ambas tendidas en la cama y agotadas. Pero ahora, en su estado actual, no pasaba ni un solo día en que no discutieran por cualquier tontería irremediable.

-          ¡Si estás tan aburrida, vete a otra parte!- Chilló Lena en medio de los laboratorios de la DEO, apartándose con cuidado del microscopio que escrutaba desde encima de una banqueta para poner los brazos en jarras y regañar a su esposa, que no dejaba de brincar a su lado.

-          ¡Pero no quiero!

-          ¡No me importa que no quieras!

-          ¡Antes sí eras divertida! ¿Cómo es que ser niña pudo haberte vuelto tan mandona?

-          ¡Yo sí me tomo las cosas en serio, Kara!

-          ¿Y si no hay nada más que hacer? ¿Vas a estar así de amargada para siempre?

-          ¡Es fácil rendirse y decir eso!

-          Yo no me rindo. Solo trato de ser positiva.

-          Pues yo trato de trabajar, así que, si no te importa...

Lena suspiró, volvió a ajustar el microscopio y se inclinó para mirar la muestra de tejido colocada en él. Durante los últimos días, no había podido avanzar en nada. Las células de su tejido y del de Kara eran las mismas que habrían podido tener los cuerpos no desarrollados de dos infantes. No existía ninguna anomalía visible, y ninguna idea de las que había puesto en marcha para devolver las células a su estado original dio fruto alguno. A ese punto, la escasez de resultados comenzaba a frustrarla considerablemente. Además, para mejorar indeciblemente las cosas, su metabolismo ya no era el mismo. Antes habría podido quedarse toda la noche en vela trabajando; ahora, a las nueve como muy tarde, ya estaba bostezando y pasando a dejar de ser funcional.

-          Pst, Lee... 

Lena se concentró y trató de no hacer caso. Quizás esa era la clave.

-          ¡Pst, Lee!

Kara cinchó de su túnica.

-          Vete- le dijo la morena entre dientes.

Pasaron unos segundos de silencio. Luego se oyó un suspiro, y después un despegue. Lena exhaló con satisfacción. Paz al fin.

-          ¿Qué es esto?

Lena se volvió hacia una esquina del laboratorio y vio que Kara sostenía un par de tubos de un líquido azul fosforescente que habían recolectado del día de su incidente, y eso la hizo explotar. Ya estaba harta, hasta las narices de su comportamiento infantil. La ira y la desesperación se encendieron como una llama en su pecho, y hecha una furia, despegó del suelo del laboratorio y arrebató los tubos del agarre de su esposa.

-          ¡Animal! ¡Deja ya de andar dando vueltas por aquí, que vas a empeorar las cosas!- Tronó con el rostro encendido-. ¡Bastante estresada estoy para andar aguantando tus niñerías! ¿Qué no ves que intento solucionar esto para ambas? ¡Por supuesto que me encantaría andar dando brincos y riéndome de todo como tú lo haces, pero alguien tiene que luchar por acomodar las cosas!

Kara se encogió un poco, pero no del todo.

-          ¡Y yo estoy harta de estar diciéndote que te relajes! ¡Esto no es bueno para ti, Lena, y me preocupa! No puedes recluirte como una rata de laboratorio y esperar a hallar algún día la cura... ¡Las dos estamos bien de salud, por lo que no hay apremio, y además tenemos a todo un equipo de científicos trabajando en nuestro caso! Lo mejor que podemos hacer, como dijo Alex, es esperar y vivir como mejor nos podamos adaptar.

Nuevos comienzos-  II Parte (Supercorp)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora