Lyla se miró los pies, incómoda debido a todo lo que vibraba en el aire a su alrededor. Estaban en el apartamento de soltera de Kara, o en el que en su universo lo era.
Fue impactante conocer a su abuela Lilian, y aún peor verla marcharse sin más luego de todo el daño que había hecho en tan corto lapso de tiempo. Aún notaba un gusto amargo en el paladar debido a lo que le había tocado presenciar. Nadie se esforzó en obstruir el escape de la mujer: no había forma de encarcelarla porque no existían pruebas de sus crímenes. Y en todo caso, de momento era otro el foco de interés.
Lyla y Estela contemplaban con atención el comportamiento cuasi- animal de las dos duplas que residían entre ellas. Las adultas y las jóvenes se analizaban mutuamente con cautela y a una distancia prudencial. Las locales, sobre todo, parecían muy afectadas por la historia que acababan de escuchar, y mientras una miraba hacia otra parte, la otra le dirigía los ojos unos segundos, repleta de confusión, pero los apartaba antes de encontrarlos con los ajenos. Lyla estaba mareada por lo fuerte de la marea de sentimientos que palpitaban en ellas. Quería marcharse de allí cuanto antes, pero sus madres habían insistido en que no podían dejar todo embarrado sin más.
- Su historia es...— dijo la Lena adulta titubeando.
- Improbable— terminó la Kara adulta, reflexiva.
- Pero cierta— Apuntaló Kara.
De pronto todos los ojos se fijaron en Lyla, que era la prueba física e indiscutible de la veracidad de los hechos. Ella se removió y rebufó. Lo mejor para romper el silencio era intervenir de la forma que solo ella podía hacerlo.
- Pues sí, y no debería parecerles tan extraño. Puedo percibir las heridas que las dos se han causado en sus focos; cicatrices de esa índole hablan de un dolor que solo alguien amado puede causar. Si no se amaran como mis madres, no se habrían lastimado tanto.
- Alto ahí - La Lena adulta levantó una mano, desconcertada—. Es demasiado pronto para usar esa palabra. ¿Y qué es eso de los focos? ¿Tiene que ver con tus poderes?
- Es largo de explicar si quiero que lo entiendan realmente— concretó Lyla—, pero a grandes rasgos, puedo leer sus corazones y si lo quisiera también sus mentes. Sé lo que piensan y lo que sienten, y he aprendido a rastrear las emociones que han dejado marca. Por eso les adelanto algo que el orgullo bloquearía por años: sus odios están flaqueando. Saber de mí, de la relación de mis madres y haber pasado por una situación límite tan solo hace un rato está cambiando sus posturas. Deben darse una oportunidad.
- ¿Oportunidad de qué, exactamente?— La Kara adulta hizo un gesto con las manos—. Aunque no estuviese con William, yo jamás me planteé algo como... esto. No soy así: los acontecimientos de su universo cambiaron mi forma de ser. Yo jamás me he fijado en una mujer.
- Pues te equivocas— Lyla sonrió avispada -. Tienes una barrera justo en tu lóbulo frontal - se palpó el lugar en la cabeza -. Es muy común en las personas que tienen práctica en renegar de lo que desean realmente. Has aprendido a rechazar instintos y necesidades propias de ti, lo cual no te daña directamente en realidad, pero hazte esta pregunta: ¿alguna vez has amado a alguien? - Kara la miró fijamente y con seriedad, preocupada por el hecho de que la chica no necesitaba una respuesta: podía sentirla -. Probablemente es una pregunta bastante absurda: por supuesto que has tenido la inquietud. Vives en la Tierra; observas a la gente enamorarse y hacer locuras por eso todo el tiempo. Has querido saber si los demás eran demasiado exagerados o si algo está mal en ti, ya sea por ser alienígena o por tu historia. Pero tus padres sí se amaron: tus tíos, los padres de Clark, también. ¿Entonces por qué tú no has podido llegar a eso? ¿Es acaso porque no se puede tener todo en la vida? ¿No ha llegado la persona indicada? ¿Debes darte "tiempo" con William para despertar el vínculo?- Ladeó la cabeza -. Nuestra llegada en este momento puede parecer un problema, pero tú, y tú no menos - señaló a Lena - recibieron debido a esto una luz en sus caminos. Ya saben la verdad que jamás podrían haber descubierto por su cuenta.
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Nuevos comienzos- II Parte (Supercorp)
Fiksi Penggemar"- Debes tener cuidado con lo que decides. Ser un héroe es un trabajo de por vida, y puedes perderlo todo en el transcurso (...). - No tengo miedo. La sonrisa de su madre flaqueó. - No todo es sobre miedo y valentía. El peor de...