Las imágenes del fin de la guerra se agolpaban en su cabeza como tantas veces durante los años que sucedieron a la muerte de Estela. Igual de horribles, vívidas y dolorosas que antes.
Lyla estaba sentada en una butaca junto a la mesa del laboratorio, observando los datos en las pantallas que eran extraídos directamente del cuerpo que descansaba ante ella. Ver su rostro, sus labios, la forma en la que su pelo caía en pequeños espirales sobre el frío metal que la sostenía, le parecía muy irreal, como obra de un sueño.
Resultaba difícil convencerse de que no era uno. Le llevó mucho tiempo de revolcarse en su propia miseria y de hacerle mucho daño a sus seres queridos el conseguir sacarse a Estela del cuerpo, y aún con eso, nunca se marchó del todo.
Así que tenerla ahí, hecha de carne y no de recuerdo, le trastocaba todos los sentidos, la conciencia, el espíritu. Su corazón sangraba ante las suposiciones que oía a su alrededor. Sus madres y el resto de la liga temían que Neriza fuese la que ocupaba el cuerpo de Estela. Después de todo, al llegar a la capital había hecho muchos estragos con sus poderes ciertamente devastadores: unos poderes muy parecidos, en su alcance, a los de Neriza. Pero los tapizaba una esencia distinta que tanto Lyla como Lena habían diagnosticado. Lena, en realidad, fue la que habló con Alex y el resto de sus encargados de investigación al respecto, pues Lyla no podía hablar. Solo escuchaba, y lo poco que escuchaba, a veces no lo digería del todo.
- No es una humana común y corriente, en eso no es Estela - dijo Alex a su espalda, analizando los signos de las pantallas.
- Yo creo que deberíamos deshacernos de ella - opinó Diana -. La más mínima duda de que puede tratarse de Neriza debería ser suficiente para erradicarla.
- Se oía como Estela - Intervino Kara-. Si es ella...
- Destruyó tres edificios en su paso hacia la fortaleza, hay muchos heridos - dijo Amelia-. La capturamos en el castillo, pero se escapó y vino directamente aquí. Estaba buscando a Lyla.
Todos se volvieron hacia la joven que permanecía en silencio, apoyada contra la fría mesa de metal con los musculosos hombros caídos hacia adelante. Casi parecía que no respiraba durante su intenso escrutinio. Lena y Kara quisieron acercarse a ella en un par de ocasiones, pero no reaccionó.
- Estoy analizando su foco desde hace rato - dijo Lena -. Cuando llegó aquí, estaba muy asustada y confundida. Me llegaron algunas imágenes imprecisas, una cueva, un monte, una fuente parecida a... a la que hay aquí.
- ¿Te refieres al Rac Atreúr?- preguntó Kara, haciendo referencia a la fuente mágica donde habían concebido a Lyla.
- Eso parece- Lena observó a la dormida Estela, cavilosa -. Sabemos que ese lugar puede hacer milagros, pero de todas formas, ¿cómo pudo ocurrir? Sin un estímulo, sin nada, ¿solo revivió?
Era extraño, todos estaban de acuerdo. La desconfianza y el miedo crecían en torno a la situación. Sabían que era necesario tomar determinaciones, pero la incertidumbre y la necesidad de hacer las cosas de la forma correcta les impedían decidirse.
- Yo digo que no esperemos más - Diana desenvainó su espada y fue decidida hacia Estela. Lyla se paró de pronto y se volvió hacia ella, los puños prietos y los ojos encendidos -. Apártate, criatura, o haré que la furia de Zeus caiga sobre ti.
- Diana, tranquilízate - Amelia tomó el antebrazo que sostenía la espada y lo apretó -. La duda es válida. Neriza nos hubiese matado a todos sin parpadear. Perfectamente puede tratarse de Estela.
- Estela era humana - Diana hablaba a todos pero miraba únicamente a Lyla a los ojos -. Esta mujer está infestada de poder, un poder que claramente no es suyo, sino de la Diosa de la muerte. Debes reconocerlo. Ya no es la misma que tú recuerdas. Y aún si lo es, lo que hay en ella no es bueno.
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Nuevos comienzos- II Parte (Supercorp)
Fiksi Penggemar"- Debes tener cuidado con lo que decides. Ser un héroe es un trabajo de por vida, y puedes perderlo todo en el transcurso (...). - No tengo miedo. La sonrisa de su madre flaqueó. - No todo es sobre miedo y valentía. El peor de...