Capítulo XXXV

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-Otra vez.

Freya soltó un gruñido de extrema fatiga y se puso de pie apoyándose ensu espada. Sucesivamente, corrió con sus piernas adoloridas endirección a su contrincante. Lyla, de un simple manotazo, desvió la hoja del arma mortífera, que cayó a varios pasos de ellas.

-Otra vez - ordenó.

Freya jadeó con fuerza y depositó su peso en las rodillas.

- No puedo más... - dijo.

Lyla se acercó a ella y se agachó para quedar a su altura.

- Cuando tu mente te dice eso, que ya es imposible dar un paso más,solo estás utilizando el cuarenta por ciento de tu potencial. Y tueres mitad amazona, así que ese cuarenta se reduce a un veinte.Venga.

- Para ti es fácil decirlo. Eres inmune.

-¿Ves esas luces verdes sobre tu cabeza? - Señaló al techo -. Es uncampo que irradia radiación de Kryptonita. Soy tan inmune como tú.

-Ya, igual sigues siendo mitad Númex y la heredera de las gemas, ¿eh?

Lylasonrió y se sentó en el cuadrilátero, abrazando sus piernas.

- Tu madre nunca se quejó de eso cuando entrenábamos. Y ella sí erauna rival... Cada vez que caía, se levantaba más enfadada. Teníasu carácter.

Freya soltó el aire y se sentó a su lado en actitud inquisitiva.

-  Concuerdo. Y hablando de madres... - Carraspeó -. Me sorprendecómo te has tomado las noticias acerca de la tuya. Digo... No sécómo reaccionaría en tu lugar al saber que...

-  ¿Que se ha convertido en una de las personas más peligrosas ymacabras del universo? - Lyla chasqueó la lengua -. Detalles.

-  ¿Cómo lo haces? - se asombró Freya -. ¿Cómo no te paralizas,ni te quejas, ni te atormenta la idea de que tal vez tengas queasesinarla? ¿Has pensado que solo faltan dos meses para quearribemos a la órbita de Góndorf? ¿Qué harás cuando lleguemos?

Ojalá Lyla hubiese tenido una respuesta completa a esas preguntas. Miró al techo y luego a la otra chica antes de hablar.

-  En cuanto a lo primero, tengo la capacidad de bloquear misemociones cuando así lo necesito. Y en cuanto a lo segundo... Debo Conocer los hechos por mí misma antes de tomar una decisión.

- Vaya... Me sería útil poder hacer eso. A cualquiera, en realidad.¿Pero y cuando las recuperas? ¿Allí el efecto de lo que atraviesasno se duplica?

- Sí, pero eso sucederá cuando deba. Por ahora, necesito tener lamente clara.

Una extraña palpitación colmó su foco y la puso sobre alerta. Levantóla cabeza y miró hacia un lado. Freya siguió la trayectoria de su mirada, alarmada por la forma en la que su expresión relajada sehabía esfumado.

-¿Está todo bien? - Le preguntó.

Lylano contestó. Se puso de pie y, tan rápido que la otra no pudoverla, se marchó.

Llegóal laboratorio en un santiamén. Winn ya estaba allí, analizando loscomputadores que estaban conectados al tanque.

- Winn... - dijo Lyla.

- Lo sé. Las máquinas me enviaron la alarma - contestó él.

- Sentí su alteración - Lyla se acercó a su madre y apoyó una manoen el vidrio -. ¿Crees que esté por despertar?

- Esperemos que no - dijo Alex, ingresando seguida por Cat y Amelia.

- Dios te escuche - se sumó Amelia - No queremos tener a Tarminatorsuelta aquí dentro.

Nuevos comienzos-  II Parte (Supercorp)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora