Capítulo XII

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- No, así no es como debemos hacerlo – Kara se masajeó las sienes y se dejó caer en el sillón, sumamente estresada. Había estado discutiendo con su esposa durante las últimas dos horas sin llegar a un acuerdo–. No conocemos a la chica, así que no podemos darle a Lyla razones justas para prohibirle que la vea y ya.

Lena suspiró y comenzó a caminar de lado a lado de la sala con los brazos cruzados.

- Es muy complicado... Y demasiado hipotético para que ella lo entienda. Estaremos siendo injustas de cualquier manera.

- No es hipotético, es la realidad – Kara tomó el pergamino que habían traído de Oa de encima de la mesa; aquel que los Guardianes les habían dado en secreto, y lo abrió para estudiarlo por enésima vez.— Aunque...

En él estaba retratada una de las posibles muertes de Lyla, pero con otra protagonista además de las que ya conocían; esa vez, estaba presente una joven castaña, de cabello largo y rostro delicado, con el uniforme de la secundaria Bright puesto. Yacía agachada sobre el cuerpo sin vida de Lyla, y a su espalda, la diosa guerrera levantaba la espada para descargarla sobre ella.

- A lo mejor los Guardianes malinterpretaron el escenario... La implicancia de esa chica en el combate no tiene por qué ser negativa.

- Ellos están convencidos, Kara – Lena tomó su tableta de encima del aparador –. Y llevan en esto de las predicciones y las amenazas interestelares bastante más que nosotras. Si nos dicen que esa tal Estela llevará a nuestra hija a la perdición, creo que no nos lo podemos tomar a la ligera. Mira, ya la encontré.

Tecleó un par de veces y un holograma se despegó de la tableta. Enseñaba un perfil de internet.

- Estela Browning. Hija de Albert y Camila Browning, empresarios acaudalados de Nueva Ciudad Nacional y dueños de múltiples automotoras y empresas. – Lena alzó las cejas –. Tiene una orden de restricción por un incidente ocurrido con otra alumna de un instituto vecino. Es capitana del equipo de voleibol, porrista y toca el violonchelo. Típica alumna ejemplar. Realizó los exámenes avanzados de la TIF, mantiene un promedio de diez y ha trabajado, junto con sus padres, en organizaciones de caridad.

- ¿Es que toda su vida está en internet? – Se asombró Kara.

Lena la miró por debajo de las cejas enfáticamente, y Kara comprendió que, de hecho, ese dictado tenía más que ver con las habilidades de su esposa para infiltrarse en sistemas ajenos que con la disponibilidad de la información.

- Es la menor de cuatro hermanos, sus padres la inscribieron en Harvard desde antes de que naciera y asiste a consultas con el psiquiatra dos veces a la semana. El resto ya lo sabemos... Está matriculada en el instituto Bright y cursa el primer año de bachillerato.

Kara asintió, pensativa.

- Podemos usar lo de la orden de restricción y el psiquiatra...

- No. Las dos cosas dejarán en claro que la estuvimos espiando, eso levantará sospechas. Si los Guardianes se esmeraron en recortar a Estela de cada imagen que Lyla vio, tenemos que poner el mismo esmero en nuestra propia discreción. Que se entere podría generar justo el efecto que tratamos de evitar.

- Malditas líneas temporales— resopló Kara—. Ya decía Barry que son un fastidio.

- Hay que proceder con cuidado— dijo Lena, frunciendo el ceño—. Según sabemos, antes del campamento no eran tan unidas. El secreto de Lyla fue lo que les ayudó a entablar lazos.

-            Es simple. Le diremos a J'onn que le borre la memoria.

-            Si, también me parece lo mejor. Pero aún queda ver cómo reaccionará Lyla. Si la busca otra vez, podrían volverse amigas nuevamente...

Nuevos comienzos-  II Parte (Supercorp)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora