Capítulo 1

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7:30 a.m.

Mediados de octubre, 2025 (jueves).

Era un día de otoño por la mañana, las hojas de los árboles caían al paso del aire, la carretera estaba desierta, salvo los pajaritos que madrugaban para merodear por los enormes cerros del parámetro.

Un negro y lujoso automóvil recorrió aquel camino con velocidad, alumbrado por los rayos del sol que se filtraban través de la copa de los árboles, tras una mezcla de neblina y hojas que alardeaban por el pavimento, el vehículo se desvió hacia una ruta de grava para detenerse frente al colegio, "Ander".

Del auto bajó una chica junto a su madre, la joven observó con sus almendrados ojos el panorama, mientras su madre se apresuraba a sacar de la cajuela un par de valijas y otras cuantas cosas.

Ander se trataba de un instituto interno de estructura gótica ubicado en medio del bosque, a tres horas del pueblo más cercano, al sureste de la república de México.

Había muchos mitos acerca de ese lugar, se decía que no aparecía en ningún mapa, directorio y que tampoco tenían información sobre el en ninguna página de internet, mencionaban que solía ser una antigua mansión, que rondaban fantasmas, incluso que era un establecimiento militar o de gobierno, pero al final no se asemejaba a nada de lo anteriormente mencionado, parecía solo una lejana y enorme escuela que tenía como propósito educar a los jóvenes cuyos padres carecían de tiempo para atenderlos, como era el caso de la chica de ojos almendrados, Mariana; debido a que sus padres eran grandes y exitosos empresarios, vivían sumergidos en viajes de negocios y miles de actividades que causaban desatención hacia su hija.

Con dos meses de retraso en su educación académica ambos entendieron que la mejor manera de protegerla y educarla correctamente sería internándola en Ander.

—Voy a extrañarte mamá. —Dijo Mariana con tristeza, parada a unos metros de su equipaje.

—Se fuerte mi niña. —Respondió su madre con un nudo en la garganta.

Mariana con los ojos cristalinos abrazó a su madre tan fuerte que esta dejó salir un quejido.

—Prometo escribirte. —Dijo la madre mientras besaba la frente de su hija.

Hubo un gran silencio y después de unos minutos, Mariana volteó a ver el enorme colegio que yacía frente a ella, percatándose luego de un rato, de que su madre se encaminaba al auto nuevamente, la joven se quedó perdidamente plantada viendo como el carro retrocedía por el suave camino de grava, con un hueco en el estómago y sus mejillas empapadas en lágrimas que limpió con las mangas de su suéter, dejó salir casi sin aliento:

—Adiós mamá.

Era duro dejar su vida tan de repente e irse a vivir a un internado, sola, sin civilización, en medio de la nada, ¿con quién celebraría su cumpleaños?, ¿a quién acudiría en caso de necesitar algo?, ¿cómo podría pasar tanto tiempo sin saber lo que ocurría allá afuera?, su vida dio un giro drástico en el que estaba obligada a confrontar dos meses de atraso en tareas, proyectos, exámenes, horario nuevo y eso sin contar que, podían según los mitos haber; espíritus, secretos ancestrales o monstruos.

8:20 a.m.

—¡Buenos días! —Interrumpió sus dramáticos pensamientos un joven hombre con uniforme de militar.

—¿Buen día? —Preguntó ella perpleja.

—Soy David, teniente coronel, al mando del ingreso y la seguridad del instituto, permítame ayudarle con sus cosas.

Ander.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora