¿Dinero, belleza, ambiciones? En esta academia lo que importa es el trabajo de tus padres y que tan preparado estás para enfrentarte a todos los peligros que corres.
La mañana del sábado, Erick estaba sentado en una de las mesas del comedor, mientras los demás descansaban al otro extremo. Tenían consigo una taza de café.
—Un psicópata nos persiguió por la biblioteca como trueno sobre tormenta. —Escandalizó Paulina. —Un psicópata llamado Tadeo.
—¿Por qué Tadeo? —Inquirió Omar perplejo.
—Tormenta y truenos, ¿tienes una sugerencia mejor?
Todos se mantuvieron en silencio, hasta que Cristina rompió la armonía.
—Tadeo, trató de impedir que tuviéramos esto. —Explicó Cristina lanzando las postales sobre la mesa. —Anoche, Mariana se las trajo consigo.
—¿Por qué querría eso? —Dijo Erick
—Estuve investigando toda la noche. —Empezó diciendo Cristina. —Tras revisar algunos mapas descubrí esto.
Encima de las postales dejó caer un mapa.
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—Marqué con rotulador rojo, el verdadero recorrido que han estado haciendo sus padres todo este tiempo y con un punto de rotulador negro, el paradero donde han dicho que están, han viajado alrededor del norte del océano pacifico hasta llegar a Rusia. —Expuso dando un sorbo a la taza de café.
—¿Por qué Tadeo querría que no supiéramos eso? —Añadió Omar.
—Mariana, ¿en qué trabajan tus padres? —Quiso saber Erick.
—Son empresarios.
—¿Tienen empresas alrededor del mundo? —Continúo cuestionando.
—No, tienen socios y viajan para reunirse con ellos.
Los demás intercambiaron miradas.
—¿Qué tipo de socios? —Preguntó Paulina después de darle un tragó a su bebida.
—No lo sé. —Respondió después de esbozar un gesto meditabundo.
—Creo que David confisco las postales porque está evitando que descubramos su verdadero recorrido. —Dijo Omar.
—¿Creen que David haya estado anoche en la biblioteca? —Cuestionó Paulina.
—Pudo haber sido Raúl, el imbécil asustó a Mariana la otra vez en la biblioteca. —Especuló Erick.
—¿Por qué a Raúl le interesarían tener las postales? —Replanteó Cristina.
Mientras sus amigos trataban de resolver el acertijo, Mariana permanecía callada.
¿Qué han estado haciendo mis padres?, ¿por qué me ocultarían su paradero?, ¿sobre qué son sus negocios?, ¿por qué alguien está evitando que descubra todo?
—Revisaremos el expediente de Mariana. —Sugirió Erick interrumpiendo los pensamientos de Mariana. —Sus padres tuvieron que haber llenado la solicitud de ingreso, poniendo sus profesiones y negocios con las respectivas direcciones.
—¿Dónde guardan los expedientes estudiantiles? —Consultó Paulina curiosa.
—En la oficina de Ana. —Respondió Cristina en un tono sólido.
—¡Vayamos esta noche! —Propuso Paulina sonriendo con emoción.
—¡No! —Negó Cristina con firmeza. —Ana se queda hasta tarde los fines de semana en su despacho.
—¿Nos vemos aquí mañana entonces? —Dijo Erick.
Omar y Mariana permanecieron en silencio viéndose uno al otro, Mariana había desarrollado una ligera paranoia relacionada con sus padres y la biblioteca que había pasado de ser su lugar preferido, a ser el más temido. Sus ojeras eran indisimulables, tenía la sensación de que alguien la vigilaba, tenía miedo en todo el sentido de la palabra.
—Por supuesto, ¿cierto? —Paulina se giró a sus amigos.
—¿A caso no viste lo que pasó ayer por investigar? —Dijo Omar.
—No seas ridículo Omar, apenas comienza la verdadera misión.
—Alguien pudo haberse herido ayer, estamos muy expuestos. —Repeló temerario.
—Es tarde para retractarse, tomemos esto con seriedad, ¿somos un equipo? —Voceó Cristina.
—Sí. —Respondió Paulina poniendo la palma de la mano encima de la de Cristina.
—Somos un equipo. —Se unió Mariana realizando la misma acción.
—A partir de ahora somos una élite de investigación. —Añadió Erick encimando su palma en la de Mariana.
—¿Es necesario hacer eso? —Preguntó Omar con desdén.
—¿Estás dentro o no? —Vaciló Paulina.
—Equipo. —Dijo mientras ponía con timidez la mano sobre la de Erick.
