Capítulo 27

31 4 0
                                    


La academia amaneció envuelta en una neblina pronunciada y helada, los rallos del sol se filtraban por los vitrales en un tono azulado. y opaco debido a la obstrucción de luz provocaba por las nubes que acogían el cielo, al descender por las escaleras los 5 amigos robaron la atención del alumnado que los admiró con curiosidad, mientras se dirigían al vestíbulo principal, a sus esperadas galopaban los guardaespaldas del equipo de seguridad de David, portando uniformes de táctica militar y cargando sus armas dentro de sus abrigos, como si estuvieran desfilando, los estudiantes abrieron paso para admirarlos, Natalia caminaba en dirección a Erick con una sonrisa traviesa, pero se detuvo en seco al admirar a los militares que los escoltaban a él y a los otros, frunció entonces el ceño y se mantuvo inmóvil esperando comprender, Erick se limitó a hablarle y únicamente negó con la cabeza, pasando por alto a Natalia que se quedó perpleja igual que los demás estudiantes que murmuraron con angustia.

—Ayer no te presentarse a la junta y ahora apareces con un robocop. —Saludó Natalia frunciendo el ceño.

El soldado permanecía en pie a un costado del salón, sin quitarle la mirada de encima a Erick, quien yacía sentado en la butaca escolar del aula.

—Fuimos deportados por Ana, estamos relevados de nuestras funciones estudiantiles. —Narró en voz queda.

—¿Es una broma?

Él contestó agachando la cabeza con resignación.

—Esto no va quedarse así. —Respondió ella con sorna.

—Natalia, déjalo así. —Pidió con seriedad.

—No, Erick, no dejaré que te castiguen por hacer el trabajo le corresponde al equipo de seguridad de David.

—Vamos a comenzar con la clase. —Clamó Ana con exigencia.

Los alumnos estaban y confundidos por las 5 presencias militares que monitoreaban la clase.

—Comenzaremos el día con el tema de los gobiernos posrevolucionarios, iniciando por el gobierno de Venustiano Carranza de 1917 a 1920.

Mariana trataba de concentrarse escribiendo en su cuaderno los datos que Ana anotaba en la pizarra con un rotulador negro, pero su pulso era torpemente tembloroso y su respiración era conflictiva, miró por encima del hombro a Paulina que prestaba suma atención a la explicación de Ana, por su rostro descendió una ligera gota de sudor que limpió con su dedo índice con disimulo.

Ahora si estamos perdidos.

Había murmullos por doquier, cotilleos y risas por parte de los alumnos que admiraban asombrados a los militares resguardar a los 5 amigos, se rumoraba que eran peligrosos y debían estar bajo custodia, que sumaba que habían tratado de escapar saltando la cerca, entre otros tantos chismes que eran en su totalidad falacia.


—Necesito tu ayuda. —Dijo con una mirada suplicante y centelleante de esperanza.

Mauricio se encontraba en el comedor, terminando de sorber de una pajilla los residuos de una malteada, produciendo un crujido por la ausencia de contenido, la luz del ocaso alumbró su mirada sombría y enigmática, su rostro circunspecto, le otorgó un aspecto malicioso y macabro.

—¿Qué necesitas?

—Erick ha sido reclutado por incumplimiento de normas y necesito que me ayudes a anular su sentencia, con las influencias que tienes dentro de la academia.

Mauricio izó las cejas con admiración y devoró a Natalia con la mirada.

—¿Estás segura de lo que me estás pidiendo? —Advirtió en un tono mundano.

Ander.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora