Capítulo 22

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La clase de química resultó ser una asignatura donde experimentar con cuerpos de anfibios no lo era todo, Rafael explicaba las instrucciones de las sustancias para formar componentes químicos, sobre las mesas de aluminio se hallaban varios vasos de precipitación con diferentes sustancias líquidas de colores, el examen consistía en formar dos elementos, R- OH (alcohol), l (Yodo) antes de que iniciara la evaluación Rafael explicó y apuntó sobre la pizarra las precauciones que debían tomar, Erick se encontraba sentado junto a Natalia, ella permanecía con los brazos sobre la mesa prestando atención a la explicación, él traviesamente pasó la mano sobre la pierna de ella, hasta pellizcarle cerca de la rodilla, al instante lo miró con sorpresa, su rodilla golpeó el aluminio provocando que los utensilios químicos vibraran a causa del estremecimiento que le provocó.

— ¡Erick! —Gruñó.

Él solo río por lo bajo y se concentró en las sustancias, el profesor caminaba sobre el salón observado como los estudiantes realizaban sus mezclas formando líquidos espumosos y efervescentes, Mariana temblaba al levantar los vasos de precipitación temiendo combinar los elementos equivocados, a pesar de que se había aprendido la composición de cada elemento e inclusive había estudiado las leyes fundamentales de la química, los nervios la llenaban de inseguridad.

¿Debería poner 30 ml de la sustancia morada o de la verde?, ¿el color azul con rojo formará el yodo?, ¿debería calentar las sustancias antes?, ¿tendría que esperar a que llegaran al punto de ebullición y luego destilarlas?

Omar sujetó su mano con fuerza.

—Tranquila. —Le susurró.

Ella inhaló y recapituló una vez más su estudio para mezclar finalmente la sustancia morada con la rojiza, se sumergió tanto en la evaluación, mezclando, anotando los resultados, realizando ecuaciones, clasificando sus experimentos, que el tiempo se agotó, Rafael ordenó que pusieran sus nombres sobre una cinta adhesiva y la pegaran a los vasos de precipitación, el alumnado salió en orden, murmurando sobre sus tácticas y opiniones respecto a sus mezclas.

—¡Oye! —Erick rodeó fuertemente con su mano, el antebrazo de Cristina causando que obstruyeran el paso. —Ven conmigo.

Ambos se encaminaron hasta un rincón del pasillo, abriéndose paso entre los estudiantes.

—Esto apareció anoche en mi habitación. —Susurró mostrándole una nota.

3. S E O

Cristina abrió los ojos con asombro.

—¿Qué es? —Insistió él.

—Otra pieza para resolver el enigma.

—¿Qué?

—Es un juego de palabras que nos ayudarán a resolver el acertijo para evitar que peligremos.

—Sigo sin saber a qué te refieres. —Vocifero alterado.

—Tadeo está dejándonos pistas para descifrar algo.

Ella sacó del bolsillo de la bata de laboratorio que llevaba puesta el código.

B E L U

—Hace falta el número dos.

—Lo sé, esta tarde vamos a reunirnos en la biblioteca y trataremos este tema, espero verte.

Al cerrar de un portazo la puerta de su dormitorio, Paulina se tumbó en la cama dejando salir un suspiro de alivio, se quitó los zapatos con los talones y se ató una coleta despeinada para después merodear el espacio tarareando una canción mientras ordenaba algunos adornos, al encontrase con las manos llenas de peluches los cuales dejó caer sobre el colchón, sus azulados ojos se clavaron en la suela de uno de sus zapatos, había un pedazo de hoja adherido, lo cierto era que la tierra y otros componentes habían dejado una mezcla pegajosa incrustada en la goma, pegándose así aquel papel, riendo por lo bajo tomó el zapato y retiró el trozo esbozando un gesto de desagrado y antes de que pudiera desecharlo se percató de que llevaba algo escrito.

Ander.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora