Capítulo 5

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Mariana comenzó a correr entre la neblina alumbrándose con una lámpara, adentrándose al bosque, corrió hasta llegar a un punto desconocido, aislado, al parecer quedó pérdida en una inmensa arboleda, miró a su alrededor sin obtener alguna pista de dónde se encontraba, parecía estar huyendo de algo, sin detenerse siguió cuesta arriba, presenció un enorme roble que no tardaría en trepar, para admirar todo un bosquejar sin salida.

El despertador vibró en los muros de su cuarto despertándola de un saltó, escurriendo en sudor se incorporó en la cama, para tratar de analizar su retorcido sueño, pero al final solo perdió el tiempo viendo el edredón azul, esta vez prefirió atarse el cabello en una coqueta alta, dejando a los lados unos cabellitos alborotados, omitió el saco de la academia y se puso una cazadora de algodón caqui.

6: 00 a.m.

Era la primera vez desde que llegó, que se encaminaba de nuevo al pasillo de los casilleros, con miramiento buscó el número que le asignó Ana, al llegar le sorprendió ver que el casillero de Karen estaba a lado del suyo, con timidez se aproximó para abrirlo, la otra cerró con energía su apartado y la admiró con desdén, para luego esfumarse con paso lento, Mariana exhaló con alivió y prosiguió a explorar, era un bloque hueco de aluminio, descargó los libros mientras a su vez los sacaba de la mochila.

Cuando Ana llegó, todos fingieron demencia, la clase de historia fue más aburrida que estar en una conferencia sobre algún tedioso tema de ciencia, la directora solo hablaba frente al pizarrón explicando acontecimientos que al salón entero parecía importarle un comino, la rubia garabateaba en su cuaderno símbolos de espirales e intentos de flores, en cuanto a la otra miraba con receló la explicación de Ana mientras a su vez mordisqueaba el borrador del lápiz, unos minutos después de que la directora siguiera explicando, dictaminó:

—En dúos quiero que vayan a la biblioteca e investiguen uno de los temas que apunté, van a exponerlo. —Ordenó. —Tienen 10 minutos.

Porfiriato, Revolución Mexicana, Postrevolución y otros temas se encontraban escritos con marcador negro sobre la pizarra con una letra legible, en silenció Mariana tomó su cuaderno y salió del aula rumbo a la biblioteca, con enfadó los estudiantes llegaron al sitio, para luego dispersarse, Mariana ya se encontraba en el género de historia de México rascando entre los anaqueles deseando tener suerte de encontrar algún libro con los temas.

Los de abajo, encontró casi al final del anaquel, ya había leído ese libro, trataba sobre un médico mexicano, quien sirvió en los ejércitos de Villa y escribió una novela del proceso revolucionario de 1910, eso le serviría para exponer el tema de la Revolución Mexicana, agarró ese y otros cuantos tomos, cuando sin darse cuenta pasó Natalia y a propósito tiró sus útiles.

—Apártate novata. —Amenazó en un tono violento antes de irse caminando por el pasillo como si estuviera en una párasela, Mariana tragó saliva intentando ignorar el suceso, colocó su mano en la frente y cerró los ojos unos minutos para inhalar y exhalar.

—No deberías dejar que te intimide. —Escuchó detrás una voz firme y fina.

Se viró al mismo tiempo que abrió los ojos y descubrió a Cristina levantando los libros para dárselos, Mariana permaneció callada tomando con asombró los libros que la otra le tendía.

—Está resentida porque le ganaste en el debate, es competitiva.

Mariana seguía callada

—¿La Revolución Mexicana? —Preguntó.

—Sí. —Respondió con nervios.

—También desarrollaré ese tema, ¿quieres trabajarlo conmigo?

Ander.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora