Capítulo 47

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El viernes era el día más esperado por los alumnos, sin embargo, se miraban con más energía de lo normal, el baile de año nuevo sería mañana y ese era motivo suficiente para esbozar sonrisas emocionadas, para parloteaban en el comedor y para presentarse con euforia en las aulas de clase, el personal se miraba atareado, preparando el cierre de año, las paredes estaban bien adornadas, el comedor había sido remodelado, podía percibirse en el aire la ansiedad de los estudiantes que anhelaban que el sábado llegará, más no para la élite de los intelectuales, que se preparaban para una intervención bélica, no para un baile.

2:00 p.m.

Se encontraban adentrados en bosque, vistiendo prendas tácticas, con las manos congeladas, el rostro adormecido y expulsando una nube de vapor cada que intercambiaban palabras, todo aquello, debido al intenso frío que transitaba por las travesías de la foresta, Mariana había asimilado que sería difícil retractarse, con las ojeras pronunciadas, los labios morados, el rostro cansado y la mente exhausta, intentaba concentrarse para recibir las ordenes de Mauricio, a unos metros había varias dianas para disparar, algunas tenían siluetas humanas y otras eran circulares, dentro de sus abrigos, cada uno llevaba al menos dos armas que portaban dentro de arneses y fundas, Mariana estaba impresionada e intimidada por la perfecta puntería de los otros, miró a Raúl disparar para realizar un agujero que traspasó los 6 puntos de la diana circular, justo en ese momento se lamentó por no estar en su habitación planeando con Paulina sus atuendos para el baile, se lamentó por sentir nervios al disparar, en lugar de sentir nervios por ver a Erick con un elegante traje, sufrió rotundamente por estar envuelta en un crimen que planeaba matar a Cristina, su más grande amiga y mentora.

—¡Mariana! —Nombró Karen sacándola de su análisis.

—Lo siento. —Dijo despabilándose.

Karen le tendió una pistola 9mm y Mariana la miró horrorizada, rememorando todos los disparos que alguna vez escuchó, entre los cuales se hallaba la vez que Kenneth intentó matarla, tragó saliva con nervatura y miró a Karen con ruego.

—¡Agárrala! —Voceó.

Temblando acercó la mano hasta sujetarla con inseguridad y torpeza.

—Ten cuidado, está cargada. —Avisó.

—Familiarízate con ella, es tuya. —Dijo Mauricio detrás.

Su voz entró en sus oídos como un suave susurro que la envenenó con satisfacción, su pulso se aceleró más, sacó el cargador para apreciar dentro una hilera de balas doradas, jugó un rato con la alerta de seguridad manual hasta hallarle el truco, deslizó entonces la mano por la corredera, Natalia la miró recelosa y se acercó para preguntarle:

—¿Estás lista?

Mariana asintió con energía, Natalia desenfundó su pistola 5.7 usg y se concentró para apuntarle a la diana, pero su plan fue otro, rápidamente se giró hacia Mariana, salió un disparo limpió y preciso que le rozó en el hombro, la bala impactó el tronco de un árbol.

—¿Qué estás haciendo? —Regañó Mauricio quitándole la pistola con un golpe táctico.

Mariana se agachó para digerir aquel disparo que casi la impactaba, en sus oídos encontró un zumbido estridente que la anonado, respiró con asfixia la pólvora, en su estómago encontró un revuelo que anunciaba un vomito.

—Te dije que no era una buena idea integrarla.

—¿Quieres dejar de ser tan infantil y comportarte de manera profesional? —La apartó.

Natalia miró con envidia como Mauricio se acercaba a Mariana para auxiliarla, resoplando caminó hasta desaparecer entre los matorrales esmeralda.

Ander.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora