Ander.

Capítulo 40

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A pesar de que en la institución los alumnos se clasificaban en dos élites de distintas jerarquías esa mañana ambos grupos compartían algo en común; estrés escolar.

Los exámenes habían comenzado, alterando la paz de los estudiantes, se les miraba ansiosos, de un lugar a otro con tazas calientes de café, entre mirando y remirando páginas y apuntes, las ojeras delataban su falta de descanso y el mal humor la falta de alimento.

Rafael escribía en el pizarrón las instrucciones para llevar a cabo su evaluación mientras los adolescentes se acomodaban la bata de laboratorio y compartían asiento, sobre el escritorio de aluminio reposaban instrumentos químicos, guantes de látex blancos y cubre bocas que los alumnos no tardarían en portar y en acomodar, Cristina conversaba en voz baja con Erick que compartía la mesa con ella, Mariana los interrumpió apareciendo detrás de ellos.

—Buenos días. —Dijo con una sonrisa.

—Señorita Hudson. —Burló Erick.

—¿No estudiaste verdad? —Agregó Cristina mirándola con detenimiento.

—Quizá logre pasar con seis. —Confirmó sentándose en la mesa de al lado que se hallaba vacía.

Verónica se sentó sin mencionar palabra alguna con ella, sin mirarla, con la cara agachada y la respiración agitada.

—¿Tú tampoco estudiaste? —Saludó Mariana riendo.

La otra no respondió y se dedicó a vestir los guantes y el cubre boca.

—Silencio. —Clamó Rafael con fuerza. —Sobre sus escritorios encontrarán las herramientas con las que trabajarán para responder las preguntas del pizarrón. —Explicó paseándose entre la hilera de los pasillos. —Tendrán estrictamente treinta minutos para terminar de responder las preguntas de manera explícita y detallada, no quiero menos de dos cuartillas por respuesta, está prohibido hablar, pedir prestados utensilios, sacar libretas y hojas, no pueden conversar con sus compañeros, no tendré consideración. —Finalizó plantándose al frente del aula.

Sobre la pizarra se hallaban escritas con un rotulador negro, las especificaciones que debía llevar el examen, seguido de 10 preguntas de entre las cuales pedía que realizarás un componente químico y escribieras su proceso de realización, izando las cejas, Karen resopló al leer aquello, tomó un bolígrafo y escribió sin levantar la mirada, Paulina mordisqueó la goma del lápiz mientras aún trataba de estructurar su respuesta fijando la vista en el pizarrón, Mauricio se había propuesto primordialmente a crear el componente químico, sujetando un tubo de ensayo con una mano y con la otra vertiendo dentro, un líquido azulado para posteriormente espolvorearle una pizca de un polvo blanquecino que tuvo una reacción química inmediata, burbujeando con auge y formando una sustancia verdosa, Omar dejó salir aire por las fosas nasales luego de leer su respuesta de la primer pregunta, arrugó la hoja con enfado y la aventó a un costado del escritorio para frotarse el rostro con la palma de la mano, tratando de manera inútil de serenarse.

Rafael caminaba entre el escritorio de los estudiantes mirando de reojo los escritos que realizaban y su comportamiento, el sitio se hallaba en silencio lejos del aire que soplaba con fuerza, se percibía una concentración exacerbada, una tensión que podías ver, sentir y escuchar tras estudiar los suspiros profundos y los gruñidos bajos.

—Tienen solo 10 minutos. —Informó Rafael quedándose en el rincón del sitio.

Cristina le dio vuelta a la hoja para seguir escribiendo al tiempo que admiraba la reacción de su experimento cobrar fuerza, anotando el resultado, Raúl se levantó del escritorio para tenderle a Rafael un par de hojas con unos notorios párrafos bien ordenados y redactados, Mariana tragó saliva al admirar que su compañero había terminado y ella apenas iba en la pregunta siete, rascó su cabeza con la uña del dedo índice produciendo un crujido y admiró por encima del hombro a Verónica que escribía sin detenerse, con la mano temblorosa y la mandíbula apretada.