Capítulo 26

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Los preparativos para el baile de invierno se avecinaban, el personal comenzó adornar el comedor con accesorios navideños, reemplazando las bombillas amarillentas por luces neón y llenando de manteles las mesas, Ana se detuvo en la entrada del salón pasando desapercibida por el alumnado que parloteaba en el área, los hizo callar cerrando de un fuerte portazo, el eco del golpe se extendió hasta resonar sobre los ventanales, las miradas de todos se posaron sobre el fatigado rostro de Ana que los observaba con firmeza.

—Siéntense. —Vociferó con cierto enfado.

Los estudiantes obedecieron y en silencio se acomodaron, Ana se paseó sin decir palabra alguna por el aula fulminándolos con impaciencia.

—Cox, Valencia, Saucedo, Duarte y Hudson, los quiero en mi oficina al finalizar la clase. —Voceó realizando una sonrisa forzada al finalizar su orden.

Intercambiaron miradas preocupadas y ademanes de nerviosismo.

Los 5 amigos habían pasado la clase entera con gestos preocupados y pensamientos recurrentes llenos de pavor e incertidumbre.

—Seguramente Ana ya sabe lo que hemos estado haciendo. —Escandalizó Omar angustiado.

Se hallaban a unos pasos de la oficina de Ana, la clase había finalizado, entre espasmos de sobrecogimiento.

—¿Qué más podría ser después de que Mariana le contó todo? —Gruñó Erick.

—Quizá nos felicitará por nuestro buen desempeño. —Añadió Paulina sonriendo con torpeza.

Erick dejó salir aire de las fosas nasales y apartó la mirada conteniendo su enfado.

—¿Qué haremos? —Preguntó Omar esbozando un ademán angustiado.

Cristina permaneció callada y pensante lo cual, inquietó a los otros, generalmente la gótica, era vista en situaciones complicadas como la encargada de aportar soluciones.

—Le confesaremos a Ana nuestra participación. —Propuso finalmente resoplando.

—Eso nos traerá más problemas. —Dijo Paulina exasperada.

—¡Voy a decepcionarla, quebraré sus expectativas, pasaré de ser un alumno ejemplar, a ser un alumno indisciplinado y problemático! —Pensó frenético Omar en voz alta

—Mis padres van a matarme cuando reciban otro reporte de mi indisciplina. —Farfulló Erick.

—¡Tadeo se enfurecerá aún más, cuando se entere que todos confesamos! —Añadió Mariana carraspeando.

—¡Vamos a morir todos! —Aulló Paulina dramáticamente.

—¡Ya cállese! —Solicitó Cristina con dureza al mismo tiempo que presionaba su cien con la mano para rebajar el dolor de cabeza. —Nadie será desprestigiado, Tadeo no se va enfurecer y nadie morirá. —Clamó sobrellevando el control.

Todos posaron sus miradas sobre Cristina, cesando el griterío.

—No pueden llegar al despacho de Ana llenos de pánico, necesito que sean valientes y mantengan la cordura, somos lo suficientemente maduros para responsabilizarnos de nuestros actos y se lo demostraremos con orgullo.

Al finalizar aquella explicación sofisticada, los 4 permanecieron intimidados y callados observando con una mirada abierta y un ademán perplejo a la gótica.

El despacho de la directora parecía más frío de lo usual, Ana paso a sentarse en su característico y grande sillón, con un aspecto firme y sereno, los alumnos se acomodaron quedando frente al escritorio, a los costados de ellos permanecían varias personalidades del equipo de seguridad de David, de quienes, a decir verdad, no tenían idea de su existencia.

Ander.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora