Capítulo 19

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Eran justamente las 5:00 am, aún estaba oscuro, Cristina se despertó de golpe a causa de una pesadilla, con la respiración dificultosa se levantó y se alistó sin demorarse, pantalón negro, gabardina negra y sus características botas todo terreno, se amarró el cabello en una coleta, miró su espectral rostro en el espejo, dio un suspiro profundo, abrió el cajón de la cómoda y sacó una navaja plegable, la guardó en el bolsillo interno de su gabardina, tomó su mochila y salió dando un fuerte portazo, se entremezcló entre la oleada de estudiantes que deambulaban por el vestíbulo, detrás de ella sus amigos parloteaban rumbo al salón de Ana, que permanecía sentada en el escritorio poniendo en orden unos cuantos papeles.

Natalia se encontraba sentada justo enfrente del escritorio de Ana, Erick a lado de ella, Omar estaba detrás de él escribiendo sobre su libreta y al costado de él yacía Paulina, Cristina no llegaría, no le había avisado a nadie de su enfrentamiento, solo optó por no asistir.

—¿Puedo hablar contigo? —Quiso saber Erick acercándose a Natalia.

—Ahora no. —Negó con desdén.

Erick suspiró con desaliento.

—¿Dónde está Mariana? —Preguntó Omar.

—Por lo visto está retrasada. —Respondió Paulina.

—Igual que Cristina. —Agregó Omar.

La verdad era que Mariana tampoco tenía planeado aparecer, en su lugar había preferido introducirse en el búnker para buscar su expediente, ansiaba descubrir la verdad acerca de la identidad de sus padres, no quería esperar a que todos fueran a buscarlo, quería evitar a toda costa ponerlos en riesgo, así que decidió emprender la búsqueda sola, asustadiza e insegura de su decisión, abrió la puerta del centro de control, esta cedió con un ruido metálico, ascendió el escalón ubicado en el umbral para luego prender la luz y admirar con pavor aquel cuarto secreto.

Cristina entró con resignación a la biblioteca, dando pasos lentos y precisos, saludó a Montés sin despegar la vista del frente y se adentró, los pasillos parecían eternamente largos, estaba concentrada, lista para pelear, había planeado toda la noche las preguntas que le haría, las posibles formas de defenderse y había añadido también sus prendas preferidas, llegó al sitio acordado y se detuvo al ver a Tadeo sentado de espalda en la silla de terciopelo rojo, tragó saliva y se acercó, este se levantó con rapidez y se giró ella, llevaba puesto el pasamontañas de tela.

—¿No tuviste algo mejor que usar para cubrir tu rostro? —Burló ella con sarcasmo.

Al alzar la vista, Natalia presenció como el vaso de cristal con agua que reposaba sobre el escritorio de Ana se tambaleaba de un lado a otro, tuvo la sensación de que su butaca se movía también, tan pronto como se percató el salón entero estaba zarandeándose, estaban siendo víctimas de un terremoto. La alarma sísmica se disparó aturdiendo a todos dentro de la academia.

—¡Evacuen! —Voceó Ana con pánico.

Intentaron todos salir del aula de clase, pero fue imposible, el sismo era demasiado fuerte, los vitrales que estaban a un costado del salón comenzaron a reventarse cayendo entre los estudiantes que se hallaban agachados con los brazos en la nuca.

Cristina creía estar lista para enfrentarlo todo, pero aquella catástrofe la tomó desprevenida, los anaqueles se deslizaron de un lado a otro, en cuanto escuchó la alarma y apreció el desastre que se estaba causando, corrió por el pasillo del costado tratando de evadir los vestíbulos de en medio e intentó evacuar el sitio pero era demasiado tarde, uno de los anaqueles había caído sobre la puerta principal bloqueando la entrada, estaba atrapada con Tadeo en medio de un sismo, se mantuvo en una de las esquinas de la biblioteca, esperando que el triángulo de la vida funcionase, un anaquel entero cayó en dirección a ella, acuclillada se giró dando una voltereta sobre el suelo para evitar ser golpeada por este, desfalleciéndose salió a gatas y examinó el sitio intentando encontrar alguna salida, pero lo único que vio fue a Tadeo, que estaba levantándose abriéndose paso entre los libros, ella abrió los ojos con alerta y palideció.

Ander.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora