Nueve

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Decir que pasé bien la noche sería mentir. No he parado de dar vueltas y vueltas en la cama, martirizado la almohada a puñetazo limpio de rabia.

Estoy muy enfadada conmigo misma, contra lo que estoy a punto de hacer. ¡La incapacidad para encontrar otra solución distinta me esta volviendo chiflada!

¡Y pensar que estoy planificando un robo con premeditación!.

Estoy completamente loca, pero no por ello las cosas son más fáciles.

Me voy al trabajo, más desganada que nunca, esperando no dejar escapar nada delante de Cameron.

Si se entera de que voy a ver a su hermano esta noche, ese hermano contra el que me ha advertido, ¡me va a odiar a muerte!.

Peor aún: si se entera de que voy a robar el cochazo de su hermano...

Me pregunto si le voy a causar problemas a Cameron al hacer esto. ¿Y si Darly logra tirar de hilo hasta mi? ¡Está claro, más me vale no fallar!.

Tengo que cambiar de número de teléfono. ¡Lo hago mañana mismo! En cuanto haya entregado el coche a ese Machinni de mierda.

Después de eso, me voy a largar de Nueva York... ¡Qué más da el trabajo!.

Me llevo a Diego conmigo. ¡Lejos de esos falso amigos, lejos de toda esta mierda!.
Vamos a partir de cero y empezar una vez más.

¡Poco importa lo que todo eso implique! Estoy decidida a hacer lo que haga falta...por Diego. Para que por fin pueda vivir en paz.

Me esfuerzo en hacer el trabajo correctamente, pero a medida que van pasando las horas, la angustia comienza aparecer.

Salgo antes del trabajo, por aquello de tener tiempo de volver a casa y sacar a Bob de paseo. Luego, me preparo.

He puesto el dressing patas arriba para encontrar "El atuendo perfecto".

Después de haberme probado una veintena, elijo un vestido bien ajustado y unos zapatos de tacón con suela roja.
Me maquillo un poco, no tan exagerado me Perfumo antes de contemplarme en el espejo, totalmente lista.

- Voy a dejarte impresionado, Abraham Mateo... ¡Abrochate el cinturón, amiguito, conduzco yo! - dije para mi misma mientras me miraba por el espejo.

¡En fin,es sobre todo por  Diego por quien estoy haciendo todo esto!.

Salgo del piso y voy al punto de encuentro. Cuando llego, la presión aumenta de nivel.

Me pongo en la acera para esperar. Por si acaso decide pasarme por encima una vez más...

Por mucho que confíe en mi, eso no me impide estar nerviosa. ¡Estoy a punto de hacer algo completamente loco!.

De repente, oigo un potente rugido a lo lejos y veo un coche bajo zigzaguear en la fila de vehículos.

Con un rugido estremecedor, el Lamborghini viene a aparcarse junto a la acera... a tres centímetros de mis pies.

La luna del lado del conductor desciende para revelar el rostro sonriente y malicioso de Abraham.

- Vaya..vaya - dice Abraham mirándome desde adentro.

No le doy ni un respiro y ataco directamente acercandome a la ventanilla.

- Vaya, vaya... Parece que el señor ha aprendido a conducir. ¡Ya era hora! - sonrio de lado mientras lo miro.

Abraham me lanza una sonrisa mordaz y me guiña un ojo. ¡Reconozco perfectamente en él al hermano de Cameron!.

- Parece que la señorita no ha perdido para nada su contestación.. - dice mordiendo su labio inferior.

Arqueo una crja y mantengo la vista puesta en mi misión. Está fuera de toda cuestión dejar que su mirada perturbadora me desestabilice.

- ¿Montas o te quedas fuera? - dice divertido sin dejar de mirarme.

No puedo evitar sonreír de repente, emocionada con la idea de subir a bordo de ese bólido.
¡Un Lamborghini! Uno de esos coches de lujo de los que mi padre me hablaba a veces.

Pensar que me voy a sentar en ese asiento en breve y disfrutar con la potencia de la bestia...

Sin perder más el tiempo, abro la puerta y me meto en el habitáculo.

Abraham me observa, con una ligera sonrisa en los labios. Me acomodó en el asiento y cierro la puerta.

Una ves instalada, miro bien la máquina hasta en los más mínimos detalles. Los acabado son perfectos.
El interior está tapizado con un elegante cuero negro con toques rojos. Me fijo en que han utilizado piel de carbono para forrar algunos detalles.

Los asientos son de tipo deportivo. Abraham debe de ser un apasionado de las carreras de coches. Este tipo de asientos es muy corriente en ese medio. ¡Me encanta!.

Estoy encantada.

Le hago una mirada brillante a Abraham, que me está mirando silenciosamente mordiendo su labio inferior, luego, continuó analizando con atención esta maravilla.

Caja de cambios ISR son siete marchas. Este bólido se pilota únicamente con el volante y los pedales.

Más allá de este interior típicamente masculino y lujoso, la unidad de control  entre Abraham y yo es impresionante. Es como estar a abardo de un avión.

Ignoro para que sirven la mayoría de botones, pero voy a tener que estudiar todo eso con mayor atención. Por si acaso...

- Entonces... ¿Satisfecha? - dice Abraham sacandome de mis pensamientos mientras me mira con una sonrisa pícara.

Juego ante su respuesta, así que levanto una ceja y me burlo.

- Ya he visto mejores presentaciones... Pero bueno, ¡Nos conformaremos! - dije con una sonrisa en el rostro mirándolo fijamente.

Se me queda mirando un momento, con una sonrisa traviesa en la comisura de los labios. Luego, cambia de fila para adentrarse en el flujo de la circulación.

Observo a Abraham mortificando el acelerador y zigzaguear entre los coches. Está claramente en su elemento.

Entonces, me dejo llevar en el asiento deportivo y aprovecho el momento a 2.000%.

- Entonces ¿A dónde vamos? - pregunto mirándole un poco para después mirar hacia la ventana.

- Relax, guapa. ¿Tienes miedo de que te rapte? - dice con una sonrisa divertida.

Le miro con una sonrisa.

- ¿Necesitas raptar a una chica para que quiera salir contigo? Pues vaya... Qué bajo has caído... - le guiño el ojo.

Mi contestación parece divertirle,  y responde con ironía.

- Vete a saber... ¡Igual eres tú quien ha caído bien bajo aceptando una cita con un mal conductor como yo! ¿No tienes miedo de que te pille otra vez? - sonrie mientras mira hacia enfrente.

Rei ante su comentario, y mire su perfil, admirando este, sus cejas, sus ojos color marrón, su fina nariz, sus labios..


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