Treinta y ocho

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Mᴀʀᴀᴛᴏ́ɴ 3/5

Nuestras cinturas se rozan, se buscan, se acercan y se alejan.

Poco a poco, nuestro baile se vuelve diferente. Un poco más íntimo, más apasionado.

Tengo escalofríos de arriba abajo. Esto se está volviendo casi erótico. Me muerdo los labios.

Intuyo en la mirada de Abraham una chispa, mientras se divierte provocándome con un coqueteo bastante expresivo.

Vale. ¡Esto está yendo demasiado lejos! Ya no tiene gracia. Es verdad, este tío me desconcierta, me sorprende y me lleva constantemente a atrincherarme.

No soy indiferente a sus ojos oscuros ni a su cuerpo macizo a más no poder, ¡Pero esto no puede seguir así!

En un principio, yo solo quería a mi hermano. Y luego ha venido todo. Le calenté pensando que era la única manera de conseguir lo que quería...

Si hubiera sabido que esto sería así, habría hecho las cosas de otra manera.

Abraham me gusta, es verdad...

Pero ahora mismo, me doy cuenta de lo que estoy haciendo..

Esto va demasiado deprisa, es demasiado ambiguo, demasiado imprevisible. Cambio de idea y paro de bailar antes de echarme unos pasos atrás.

Abraham no va entender esta reticencia repentina, pero me da igual. Puede pensar lo que quiera, ¡Yo no quiero ser una de sus putillas!

- ¿_______? - dice mirando sorprendido.

- Tú, la canción.... - murmuro.

Miro para otro lado y me muerdo los labios mientras Abraham también para de bailar y se molesta.

- Ya.. lo sé, nadie se imagina que pudiera cantar, pero es uno de mis tantos talentos ocultos que tengo. Ven, te voy a enseñar - reduce la distancia entre nosotros y me tiende la mano, con una sonrisita traviesa en los labios.

- Mira... No es realmente el mejor momento, sabes. - declino la invitación con delicadeza. No quiero que se enfade conmigo.

- ¿Me han dado mejores excusas, sabes? - responde en un tono burlón.

- ¿ Cómo dices? ¡¿Creo que no he oído bien?! - arqueo una ceja mirándolo algo confundida.

- ¿Qué? ¿De pronto te has convertido en la inocente y dulce _____? ¿La ingenua de Jones Corp? ¿Dónde se ha metido la fierecilla? - sonríe mientras me mira divertido por mi actitud repentina.

- ¡La fierecilla te manda a tomar por culo, cabrón! Me vas a hablar de otra manera, si no.. - aprieto los dientes y cierro el puño.

Abraham borra con la mano mi amenaza. Como si él fuera a tener miedo de mí.

¡Vuelve a la tierra ____!

- ¿Qué graciosa! Sabes, creo que te prefería cuando no hacías tanto la virgen espantada para mangarme las llaves. ¡Por lo menos era divertido! - relame sus labios sin dejar a lado su sonrisa.

Se me queda mirando, burlón, y saca del bolsillo de llave de contacto para agitarla delante de mis narices.

- ¿A qué estás esperando para cogerlas, eh? ¡Puede que eso te suelte un poco! - muerde su labio inferior

No sé si pegarle un puñetazo con todas mis fuerzas o ignorarle olímpicamente.

¡Dicen que el desprecio tiene más impacto que cualquier otra cosa en estos casos!

Y haciendo caso a mi lado sensato y prudente, decido no hacer nada absurdo.

Viendo que no me muevo ni un milímetro, suspira y va apagar el aparato antes de sacar la llave USB.

- ¡Es mía! - exclamo mirándolo de mala manera.

- ¿Ah si? - arquea una ceja mirándome unos instantes para después mirar la USB que tiene en la mano.

- Si. ¡Jos me la ha dado hace un rato! - frunzo el ceño.

Abraham vuelve a mirarme un momento y cierra la mano en el pequeño objeto metálico. Entonces, una sonrisa maquiavélica aparece en sus labios.

- ¡Pues entonces, ven a buscarla! - me mira desafiante sin dejar de sonreír.

Abro los ojos como platos. ¡Está hablando en serio además! De verdad ¡Me saca de quicio este!

Dudo un instante. Podría eventualmente dejarle la maqueta... ¡Sí, pero no! Es Jos quien me ha dado. ¡Está fuera de cuestión que se la quede él!

Me acerco a Abraham. Empieza a quitarse la chaqueta, provocador e intenta aprovecharse. Levanto la mano para coger la USB.

Abraham deja caer la chaqueta al suelo y atrapa con destreza mi muñeca y me tira hacia él. Resbalo a un lado y me encuentro entre sus brazos.

Su cara está a pocos centímetros de mi y clava sus ojos en los míos.

- Aquí... Es mejor así, belleza - murmura y me guiña un ojo.

Sin más, sus labios atrapan mi boca en un beso un poco salvaje y urgente.

Me encuentro inundada por una ola de emociones cuanto menos inesperadas. Me gustaría apartarle lejos de mí, pero...

Tengo ganas de él.

Me dan ganas de repente de explorar ese cuerpo viril, de sumergir mis dedos en su pelo, de sentir su piel junto a la mía.

Me aprieto a él pegándome a su boca. Creo que me estoy volviendo loca y parece que a él no le disgusta.

Se aparta el tiempo justo para contemplarme, con una sonrisa rapaz en los labios. Luego, vuelve a atraparme la boca con un ferocidad un poco loca.

En contra de lo esperado, me dejo llevar, superada por la intensidad que me atraviesa en este instante.

Me gusta, es brutal, es potente.

Ya tuve un anticipo de lo que podía sentir en sus brazos, pero, ahora, creo que estoy empezando a tener una pequeña debilidad por él.

Y eso, está claro que no estaba previsto en el programa...

Doy dos pasos atrás, separándome suavemente de sus labios. No le sorprende, y se agacha para recoger su chaqueta y ponérsela.

¡Vaya mierda! ¡Yo no vine para esto! ¡He venido aquí para salvar a mi hermano, no para caer en brazos de la mismísima tentación!

Mᴀᴛᴇᴏ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora