Treinta y dos

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Cuando dejo a Abraham, estoy como en trance.

He decidido confiar en él a cien por cien y dejar de intentar de apañármelas solitas.

Primero, porque eso no me aporta nada bueno, y segundo, porque sin Abraham esta claro que no puedo salir de este lío.

Cierro la puerta de la mansión al salir y deambulo en medio del gentío, la música está en su mejor momento, la gente baila, se roza, todo el mundo ríe.

Estoy a mil kilómetros de toda esta gente. Parecen tan despreocupados, como si todo fuera de maravilla en sus vidas.

Me gustaría poder decir lo mismo de la mía.

Esquivo a una pareja que está bailando muy explícita y me encuentro de pronto bordeando la piscina, la música cambia de repente, y me pongo a mirar hacia el dj, con la esperanza de encontrarme a Jos junto a su equipo.

Le veo después de haber rebuscado con la mirada todo el lugar, ha abandonado el lugar del dj y se pasea entre la gente.

Después de algunos apretones de manos, se dirige hacia mí con paso sereno.

- Pensaba que te ibas a ir sin decirme nada - dice sonriendo y me guiña el ojo.

Hago una risita burlona antes de ponerme colorada ante su mirada insistente.

- ¡Pero vaya, jamás me lo permitiría! - respondo sonriendo.

- He visto que me andabas buscando, así que aquí me tienes - me mira fijamente.

- Has hecho bien - carraspeo y miro para otro lado. Sé que le debo mucho a Jos, sin su ayuda, Abraham me habría echado sin el menor escrúpulo.

Y sin embargo, me cuesta expresarle mi gratitud, no sé cómo demostrarle que me ha llegado adentro esta noche y que se lo agradezco.

Al final le miro directamente, dejándome atrapar por sus ojos.

Nada que ver con la mirada maliciosa y juguetona de Abraham, la suya es dulce y tierna, con un brillo particular.

Incómoda, articulo un agradecimiento por la bondad que me ha mostrado esta noche.

- Gracias por todo, de verdad - le sonrío.

La mirada de Jos brilla un poco más, y una sonrisilla resplandeciente se dibuja en sus labios.

- ¡Bueno! ¡No es nada! - veo que sus mejillas se tornan rojas.

- Al contrario, Jos, lo es todo. - aprieto lo labios mirándolo fijamente algo nerviosa.

Se hace el silencio entre nosotros, veo como los labios de Jos se entreabren un poco, como si quisiera añadir algo, pero no dice nada.

Espero un momento, pero seguimos en silencio, así que doy unos pasos hacia el portón.

- ¿Ya te vas? - dice sin más.

- Si, para ser honestos, ya he tenido bastante por hoy, y además, todo esto, ahí... - señalo la fiesta que sigue estando en su mejor momento. - No es... No tengo la cabeza para eso de momento.

Jos asiente sin decir nada, se ha puesto serio de nuevo.

- Ya, lo entiendo.... Tu hermano - responde bajando la mirada.

- Si, es eso, no me apetece divertirme mientras él esta angustiado en su cama en el hospital - trago duro, miro hacia la mansión esperando ver a Abraham, pero no es asi.

- Es normal. ¡La familia es lo primero! - asiento ante su respuesta.

Saco el teléfono del bolsillo.

- Bueno, venga, llamo a un taxi y vuelvo a casa, gracias de nuevo, Jos.

Empiezo a marcar el número cuando Jos pone su mano sobre la mía, interrumpiéndome.

- Deja, yo te llevo - acaricia suavemente mi mano lo que me hace sentir un poco incomoda ante su tacto.

Levanto la vista hacia él, sorprendida. Parece que está hablando en serio.

- ¿Seguro que no te molesta? - lo miro fijamente.

- Descuida, si te lo propongo, es por que no me molesta, cojo mis cosas y vamos. - sonríe sin dejar de mirarme.

A penas tengo tiempo para agradecérselo y ya está en medio del gentío. Guardo el teléfono en el bolsillo y me dirijo despacito hacia el portón.

No sé muy bien cómo interpretar la amabilidad de Jos. No me conoce de nada y sin embargo es como si ya me tuviera cariño.

En fin, cuando digo cariño, me refiero más bien a que parece que le gusto, no sé, es raro.

¿Acaso es de esos a los que les gusta jugar como Abraham? ¿O hace todo esto por pura amabilidad?

(...)

- Es increíble lo diferentes que sois Abraham y tú... Quiero decir que, ¡Tú pareces muchísimo más empático que él! - lo miro de reojo.

Jos me echa una mirada circunspecta, se adentra en mi calle, siguiendo mis indicaciones, y luego busca un sitio para aparcar.

Cuando apaga el motor, se gira hacia mí para observarme con atención.

- Supongo que te refieres a su comportamiento con respecto a los problemas con tu hermano, ¿No? - arquea una ceja.

Asiento mirándolo.

Jos menea la cabeza con cara medio desesperada medio divertida y luego se me acerca.

- ¿Aún no lo pillas? Es la primera impresión que da, pero a menudo no es la correcta - sonríe pasando una mano por su labio inferior sin dejar de mirarme, lo que me hace sentir incomoda.

- Lo he entendido perfectamente, no te preocupes, es solo que su manera de ser es desconcertante - carraspeo mirando hacia la ventana. - Siento que no le importa la vida de un inocente..

Jos estira el brazo y me acaricia la mejilla, sorprendida, esbozo un ligero movimiento hacia atrás, antes de relajarme.

Tan solo está secando una lágrima que no he logrado contener, trago saliva, un poco incomoda, y luego bajo la vista para no tener que afrontar su mirada.

- Se nota que quieres mucho a tu hermano, y créeme, Abraham sabe mejor que nadie lo que tú sientes.. - murmura sin dejar de mirarme dejando leves caricias en mi mejilla.

Aparto mi cara de su mano y meneo la cabeza. Jos es muy majo, pero no debería aprovecharse de mi estado para seducirme...

- Si tú lo dices... - bajo la mirada.

- Te lo digo porque él ha vivido la misma situación, él sabe lo que es. - levanto la cabeza más rápido que mi sombra y le miro a los ojos.

Se me encoge el corazón en el pecho. Así que es eso..

- ¿Quieres decir con Cameron? - murmuro.

- Si, han pasado por muchas cosas, un día, por poco muere Cameron por culpa de algo que pasó, y a Abraham le afectó de lleno. - mira unos segundos hacia enfrente. - Eso le remató, en fin, ya es historia, pero Abraham sabe lo que estás viviendo, créeme lo que te digo.

Aun así, hay algo que sigue pendiente. ¿Por qué me ayuda?

- ¿Y tú, qué pintas en todo esto? - arqueo una ceja, cruzándome de brazos mirándolo.

Los ojos de Jos echan chispas de malicia, se ha olido la pregunta trampa, pero no se deja abatir.

- Pues yo, querida, voy a componer nuevas canciones para hacerte vibrar... - murmura para después morderse el labio inferior.

Se me queda mirando, dulce y seductor a la vez. Sus ojos son tan bonitos que podría quedarme contemplándolos durante un buen rato.

¿Por qué, Jos? ¿Por qué eres tan amable conmigo, eh? ¿Es por Cameron? ¿O hay algo más?

Mᴀᴛᴇᴏ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora