Mᴀᴛᴇᴏ

Ｖｅｉｎｔｅ

Reina en el salón un silencio de muerte mientras Abraham y yo nos miramos un buen rato.

De vez en cuando oímos algunos gritos del exterior que vienen a perturbar el ambiente plomizo que reina en la pieza. La fiesta no va tardar a empezar.

Intento esperar sin decir nada, a la espera de que Abraham tome la palabra.

Tengo la sensación de que mi vida está pendiente de sus labios, y esa sensación me deja un sabor amargo en la boca. En realidad, la vida de Diego depende la buena voluntad de este hombre que tengo enfrente. Me hubiera gustado que fuera diferente, pero es así.

- ¿Entonces, tato? ¿Te decides o esperamos a que nos den las uvas? - rompe el silencio Cameron mirándonos a ambos los cuales no nos hemos separado ni dejarnos de vernos en ningún momento

Abraham le lanza una mirada triste antes de volver hacia mí.

- Tengo dos o tres cosas que aclarar antes - dice Abraham separándose carraspeando.

- ¡En serio, man! A mí me parece que está claro. Te necesita. Y por lo que yo sé, tu puedes ayudarla - dice Jos frunciendo el ceño.

Le hecho una mirada llena de agradecimiento a Jos.

Que locura, no hace dos horas que le conozco y sin embargo, tengo la sensación de que tiene sinceramente ganas de ayudarme.

- Gracias Jos - le sonrío un poco.

- No hay de qué - responde regresándome la sonrisa.

Abraham se gira repentinamente hacia Cameron. Los dos hermanos se quedan mirándose un buen rato. ¡Esta claro que hay algo entre los dos!

Le hecho un ojo a Jos, que no para de mirarme desde hace un rato.

- Macho... ¿Prefieres que sea yo quien haga de caballero andante en tu lugar? No me importa, sabes... - dice Jos sonriéndome.

Hago una pausa, sorprendida. ¿Qué está insinuando Jos?

¿De que esta hablando? ¿Acaso también puede ayudarme él? Me cuesta entender esto. ¡Casi no nos conocemos!

Creo que a tenido que decir eso para que Abraham se decida...

Abraham al escuchar esas palabras provenientes de Jos rápidamente se gira hacia a el y se muerde el labio inferior.

- ¿Ah si? Sin embargo, no ha venido a pedirte ayuda a ti. Así que quédate en tu sitio - sonríe orgulloso de si mismo.

- ¡Pues no sé! No parece que quieras decidirte. Mientras que yo, por mi parte, lo tengo claro - Jos mira Abraham desafiante.

¡Guau! ¡¿Pero esto qué es?! ¡¿Alucino o están riñendo por mi?! ¡Que suerte! ¡Dos tíos buenos por el precio de uno! - pienso sarcásticamente

- ¡Bueno, vale! Creo que te vamos a esperar afuera. - dijo Abraham mirando a Jos de una manera que logro descifrar.

- Aún es temprano. Yo prefiero quedarme aquí - responde Jos cruzándose de brazos mirando a Abraham serio.

Abraham se encoge de hombros y se gira hacia a mi. Me da miedo lo que viene.

- Primero, respondes a mi pregunta, luego, decido ¿Esta bien? - dice Abraham en un tono tranquilo, me mira fijamente.

A pesar de que me muero de ganas de sacudirle para que se decida de una vez, asiento con la cabeza. La vida de Diego esta en juego ahora mismo.

- ¿Qué pretendías haciendo todo esto? ¿Conocerme o salvar a tu hermano? - se cruzo de brazos mirándome serio.