Diecisiete

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𝓜𝓪𝓻𝓪𝓽𝓸́𝓷 𝟓/𝟓

Abraham conduce bastante deprisa, sin subir muchas revoluciones.

Le veo por el rabillo del ojo saboreando este momento tanto como yo. Así que aprovecho para sacar un tema.

- Por cierto, me estaba haciendo una pregunta...

- ¿Solo una? Qué raro... - sonríe arqueando una ceja mirando hacia enfrente.

- De momento, solo me apetece una cosa...

- Esto promete... Vamos, soy todo oídos.

Me giro hacia el para contemplarle un momento. Su sonrisa aumenta mientras que yo me pregunto como abordar el tema.

- ¿Estás esperando el fin del mundo para hacerme la pregunta? - dice en un tono burlón.

Con solo esta frase, Abraham pincha la burbuja que se había formado a mi alrededor. Parpadeo varias veces para recuperarme.

Pues si, debe hacer al menos dos minutos que le estoy mirando con la boca abierta. ¡Por poco se me empieza a caer la baba!

- ¡Pero qué impaciente es el señor! Bueno...

Dudo unas décimas de segundo y decido abordar el tema de manera indirecta.

- Solo me preguntaba como un tío como tú habría hecho para triunfar tan rápido y tener ese pedazo de mansión - lo miro fijamente esperando una respuesta.

Abraham me mira medio divertido, medio pensativo. Tal vez haya exagerado un poco con mi pregunta, pero que le vamos ha hacer.

¡Si quiero vencer a mi enemigo, tengo que aprender a conocerlo!

- Tengo lo que tengo por que aprovecho las oportunidades que se me presentan sin hacerme nunca ninguna pregunta.

Arqueo una ceja mirándolo.

- ¿Nunca, nunca? Quiero decir, no es posible que siempre actúes sin pensártelo dos veces. Algunos temas merecen ser meditados un poco.

Abraham no responde y se contenta con adelantar uno a uno los coches que tenemos delante.

- Vaya, vaya... - relamio sus labios para después dejar estos entre abiertos, no pude evitar mirar sus labios carnozos.

Dejo de mirarle a la cara para seguir su mirada y veo una moto de gran cilindrada negra que circula a todo gas por la autopista.

¡Una Suzuki GSX Hayabusa! ¡La misma que tiene Cameron! Trago saliva e intento ocultar mi inquietud ante Abraham.

¡Es una señal! ¡Se acerca la hora de la verdad! Estoy segura de que es Cameron el de la moto. Voy a tener que ir preparándome a asumir las cosas.

Me quedo en silencio y miro de reojo a Abraham. Se le dibujo un rictus maquiavélico en los labios.

- Agárrate bien. Me apetece jugar un poco con mi hermano - ordeno con el ceño fruncido.

- ¡¿Tu hermano?!

Hago como que me sorprende, pero ya suponía yo que era Cameron. ¡Reconocería su moto entre un millón!

Me pego un poco más a mi asiento cuando Abraham se pone a pasar las marchas, haciendo gritar al motor con un rugido potentísimo.

Mis uñas se clavan en el cuero mientras adelantamos a la moto de Cameron a una velocidad endiablada. Abraham le hace una ráfaga de luces y acelera aun mas.

¡Este bólido es un monstruo sin limites! Tengo la piel de gallina.

Recuerdo cuando iba a circuitos con mi padre. Salvo que ahora, estoy en la primera fila. ¡Y es una sensación tremenda!

Mᴀᴛᴇᴏ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora