Mᴀᴛᴇᴏ

Ｃｉｎｃｕｅｎｔａ ｙ ｕｎｏ

Salimos del baños del bar, sigo a Abraham.

De repente empiezan a silbar varios hombres al verme, aprieto los puños.

Odio todo esto.

- Y a todo esto Abraham, ¿A donde me llevas?

Abraham me hace una miradita por encima de su hombro.

- Sorpresa, ya verás, te va a encantar - responde guiñándome un ojo.

Salimos del bar y nos montamos en el coche de Abraham bajo las bromas del grupo de jóvenes que estaban ahí mirándolo.

Me aguanto las ganas de insultarles mientras Abraham se divierte haciendo rugir el motor antes de arrancar.

Luego, salimos disparados ante las atentas miradas admirativas de esta juventud que se está perdiendo.

Las calles desfilan ante nuestros ojos y Abraham sigue sin decir nada. Quiero preguntarle algo, pero no lo hago. Parece que está furioso de repente.

Seguramente por culpa de Cameron. Sospecho que se han peleado otra vez por mi culpa.

Mi colega no es de esos que dejan estar las cosas así tan fácilmente. Seguramente ha vuelto a llamar a Abraham hoy y le ha desafiado.

A ver si estos dos se entienden un día. Y ese día, me gustaría estar presente para verlo.

Seguimos circulando aún un poco hasta que las calles se vuelven más oscuras, más desiertas. Los inmuebles, más siniestros.

¿Dónde estamos?

Me esfuerzo en seguir tranquila, mientras esté con Abraham, no me pasará nada.

- Ah, aquí está - exclama Abraham bajando la velocidad del coche.

Me echo para adelante y fijo la mirada.

Hemos llegado a una zona industrial. Veo a unos metros algo que parece ser una concentración de personas.

Algunos están bebiendo tranquilamente un cerveza, mientras que otros hablan alrededor de los coches. El ambiente parece algo místico visto desde afuera.

Me inclino más y descubro con estupor algunos coches situados al inicio de algo que parece ser una carretera desierta.

- Abraham... No me digas que es lo que yo creo...

Nos adentramos despacito en la concentración y Abraham aparca en un parking, en paralelo a otro coche.

Un grupo de habituados nos rodea de pronto para admirar el Lamborghini por todos lados. El rutilante y suntuoso deportivo parece que ya está dando qué hablar.

Ahora salgo yo del vehículo tras haber echado un furtivo vistazo a mi escote.

Intento como puedo dar la impresión de sentirme cómoda, y avanzo con paso firme para ir hasta donde está Abraham.

Parece que a toda esta gente les interesan mucho más esos coches que yo.

- Aprovecha y date el gusto. ¿Cuál prefieres? -dice sin más Abraham con una sonrisa en los labios.

Me indica los modelos rutilantes que están alineados sobre el asfalto. Los hay para todos los gustos. Desde tuneando a tope, hasta otros más sobrios.

"Dragters" hechos para las carreras en línea recta. "Drifts" ideales para los derrapes. Coches para las "runs". "Off-roand" también conocidos como "todoterrenos".
Me tomo mi tiempo para apreciar cada uno de los modelos expuestos. Me imagino que han preparado bien estos coches para la ocasión.