Justo cuando Abraham estaba a punto de besarme de nuevo, alguien le llama en el pasillo.
- ¡¿Abraham?! ¡¿Donde estás, tío?!
- ¡Mierda! ¡Joder! - exclama frunciendo el ceño
Me aparta más bien suavemente, con una sonrisa disculpona en la cara, antes de levantarse para ir abrir la puerta.
Le doy las gracias interiormente a mi ángel guardián por haber puesto fin a esta farsa. ¡Un poco más, y por poco estoy desnuda!
Aunque debo confesar que estoy un poco decepcionada en no haber llegado mas haya de besos y caricias.
- ¿Qué pasa ahora? - responde Abraham algo molesto.
Veo a Jos entrar por la puerta y me apresuro en ponerme bien la camiseta, cuando me ve, frunce el ceño, pero aún así no hace ningún comentario.
¡Vaya mierda!
Solo me faltaba esto, que Jos me viera en una situación así. Sinceramente, me doy asco a mi misma.
¡Este no es el momento de tener remordimientos, pequeña! ¡Has hecho lo que has hecho y te toca asumirlo!
- Preguntan por ti, tío - responde Jos serio aún con el ceño fruncido.
Abraham me echa un vistazo rápidamente antes de decidirse.
- Vale ya voy - responde mirando a Jos unos segundos, se da la vuelta y camina dirección hacia a mi, quedando frente a mi - Quédate aquí, muñeca, vuelvo en seguida. Aún no termino de enseñarte el trabajo - se muerde el labio inferior mirándome intensamente.
Trague duro y relamí mis labios sintiendo mis mejillas arder.
- No me hagas esperar mucho... - murmure pasando una mano por mi cuello acariciando este suavemente.
Abraham me lanza una sonrisa para luego salir del cuarto siguiendo a Jos.
De la manera más discreta posible, me precipito hacia la puerta para asegurarme de que esta bien ocupado. Efectivamente, es el caso ¡Es ahora o nunca!
Vuelvo a toda prisa al lugar en el que estábamos y cojo la chaqueta de Abraham para registrarla.
¡Espero de verdad que no me pille nadie! ¡Tengo que encontrar las llaves! ¡ Tiene que estar aquí!
Le doy la vuelta a la chaqueta, la sacudo, rebusco en los bolsillos interiores. ¡Mierda! ¡No están las llaves! Entonces, mi mirada se pierde sobre el suelo, estoy desesperada.
Me lleno de satisfacción cuando veo no muy lejos de mis pies una pequeña carcasa negra con el logo del Lamborghini dibujado. ¡Yes! Me agacho y la cojo, apretando la llave de contacto en mi puño.
Pero justo cuando vuelvo al salón con mi botín, me sorprende una voz familiar.
- ¿Estas bien, ______?
Pillada in fraganti, emito un gritito de sorpresa antes de girarme para mirar de frente mi interlocutor.
- ¡Jos! ¡No te había visto! ¿Qué me cuentas? - aprieto la llave en mi puño e intento poner carita de niña buena.
- Nada especial, había pensado que podía hacerte compañía, ya que Abraham está ocupado. ¿Qué tal con él, por cierto?
- Bien, estábamos hablando de cómo podría ayudarme - aprieto mis labios mirando hacia a un lado evitando su mirada.
- Si.. ya veo
Un silencio plagado de sobreentendidos se instala entre nosotros. ¿Qué me esperaba? ¡No está ciego! Ha visto claramente lo que había.
Decido romper el silencio del momento preguntándole sobre su pequeño espectáculo de hace un rato.
- ¿Así que cantas? Me a gustado
Jos sonríe - ¿En serio? Aprecio tu sinceridad
Me guiña el ojo y se acerca para reducir la distancia entre nosotros, solo nos separan unos malditos centímetros.
- Puedes decir lo que quieras, pero yo te e visto observarme. Tenías pinta de estar.. exaltada - sonríe.
- Intrigada diría yo, es solo que me has sorprendido - dije sintiéndome incómoda ante su mirada y su cercanía.
Ahora que lo pienso, tengo la sensación de haber oído ya su voz en alguna parte. Y entonces me doy cuenta...
¡Pues claro! ¡Por dios! ¡La música en el coche de Abraham cuando íbamos al restaurante! ¡Entonces el es su colega!
Pongo los ojos como platos delante de Jos, levanta las cejas, esperando a que termine por hablar
- ¡Eres tú! - suelto sin mas-
- ¡¿Yo qué?! - Jos me mira sorprendido y a la vez confundido.
- Escuche una de tus canciones el otro día en el coche de Abraham, me había dicho que era un colega suyo. - lo miro fijamente unos segundos apretando cada vez mas la llave.
- Es posible, Abraham tiene muchos colegas en este mundillo - me guiña el ojo sonriendo.
Vale, tengo que encontrar la manera de meter esta llave en mi bolso sin que me vea.
Estoy empezando a tener calambres en los dedos de tanto apretar fuerte. No puedo mas necesito abrir el puño.
- ¡Oh mira! ¡Parece que hay un lío allí! - señalo con la cabeza hacia fuera.
Jos mira afuera y yo aprovecho para abrir rápidamente mi bolso y meter la llave. ¡ Aquí nadie a visto nada! Me encojo de hombros cuando se da la vuelta hacia mí y mira dudando mi bolso.
¡Rápido, encuentra una excusa, ______, rápido!
- ¡Sinceramente, tu música me encanta! ¿Te puedo pedir algo? - le sonrío algo nerviosa esperando que no me haya visto.
- Todo lo que tú quieras - sonríe sobándose un poco los nudillos de su mano derecha.
Decido tomármelo al pie de la letra su respuesta.
- ¿Estas seguro? - sonrío arqueando, Jos asiente - Vale, me gustaría un Lamborghini, como el de Abraham.
Jos me mira, sorprendido. Ahogo una risita, pero, en realidad, pienso, en realidad, pienso de verdad lo que digo. Todo seria más fácil.
- ¡Ni más, ni menos! Pues vaya... ¡Tú no te andas con chiquitas! - dice con una risita burlona.
- Solo era para ver si era verdad lo que decías. - arqueo una ceja con una sonrisa en el rostro.
Se dibuja en su cara una sonrisa conmovedora. Sus magníficos ojos me analizan, intentando entender lo que estoy pensando.
- Eres realmente una chica muy misteriosa.. En serio, ¿Qué querías pedirme? - dice con una sonrisa en el rostro.
- ¡Venga, ponme una de tus canciones! Te miro - le sonrío acomodando un mechón de cabello detrás de mi oreja.
Salimos afuera los dos, y mientras que Jos se pone detrás de las bocinas para poner su música, me entretengo, le da play y yo le sonrío levantando el pulgar. Su música inunda la propiedad de Abraham, la gente se pone como loca y quiere más.
Aprovecho para alejarme como quien no quiere la cosa, metiendo la mano en mi bolso. Me acerco poco a poco al coche, que se encuentra apartado de la fiesta.
Miro rápidamente detrás de mi para asegurarme de que nadie me sigue. Veo a Jos rodeado de un grupo de fans, según se ve.
Llego al coche y saco la llave de contacto, totalmente en pánico. Voy a tener que actuar rápido, sobre todo porque esto no es nada discreto cuando se abre, me cuesta tragar saliva y me pongo a rezar. Aprieto el botón con el dedo y abro el Lamborghini, me meto dentro sin perder mas tiempo.
- ¡Venga, _____! Lo haces por Diego ¡Allá vamos! - digo para mi misma y cierro los ojos unos instantes.
Inspiro, luego expiro, luchando contra la angustia que crece en mí. Estoy a punto de arrancar y de largarme de aquí a toda prisa.
Cuando de pronto, se abre la puerta.
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Mᴀᴛᴇᴏ
FanfictionComo joven estrella que trabaja en la multinacional Jones Corp, con sede en Nueva York, su futuro se ve brillante. Entre su carrera, sus amigos , su vida perfecta ¡hasta que cruza con el!. Le llama la atención y el aire se carga de electricidad. Es...