Mᴀᴛᴇᴏ

Ｖｅｉｎｔｉｎｕｅｖｅ

Sobresalto violentamente, se me pone el corazón a cien en el pecho mientras me giro hacia el exterior, con los ojos abiertos como platos.

- ¿Qué estas haciendo aquí?

Jos ¡Joder, que suerte la mía!

Me paso la mano por el pelo, buscando excusa para justificar mi presencia aquí. Si le digo que estoy borracha, tal vez se lo crea ¿no? No, olvídalo, ¡no estas borracha! Así que le suelto lo primero que se me pasa por la cabeza.

- Me apetecía estar sola, eso es todo

Por la cara que pone, me temo que no se cree ni una maldita palabra de lo que digo. ¡Empezamos mal!

- ¡No me tomes por idiota! ¡Venga, sal de ahí! - dice con el ceño fruncido.

Le miro de arriba abajo de mala manera y le obedezco.

Jos extiende la palma de la mano hacia arriba y mueve lo dedos.

- Las llaves - dice serio mirándome fijamente.

Resoplo mientras levanto las cejas y dejo las llaves de contacto en su mano.

Estoy en la mierda. No, rectifico ¡Diego esta en la mierda! ¡Jos me va a poner a parir delante de Abraham y todo se habrá acabado de verdad!

- ¿Tu no estabas ocupado? - arqueo una ceja mirándolo.

- Como ves, nunca te pierdo de vista.. - responde con una sonrisa de lado.

- Si, ya veo, desgraciadamente...

Me imagino que tomará represalias, que me llevara ante Abraham sin miramientos, pero no. Los segundos pasan y permanece aquí plantado.

Sorprendida y extrañada, levanto la mirada para mirarle con atención.

Jos me esta observando con los ojos entrecerrados y los brazos cruzados sobre su pecho aún.

- ¿Me lo explicas? - dice sin mas, su rostro se suavizó y vi en su mirada un tono de tristeza.

- ¿Explicarte el que? ¡No hay nada que explicar! - al escuchar mis palabras Jos frunce el ceño.

- Ok, _______. Yo no soy Abraham, así que vamos hacer esto rápido ¿Entendido? O me explicas, o te echo, tu decides - dice serio con el ceño fruncido.

- ¡Pues venga! ¡¿A qué esperas?! ¡Échame! - dije mirándolo desafiante, no iba a permitir que me tratará así.

- No andes jugando conmigo, _______. Ya no somos niños. - se acercar a mi, mirándome molesto.

No le hace falta razón. Además, tampoco me apetece mucho irme, para ser honesta.

Me tranquilizó un poco y decido explicarme.

- Vale, si tanto quieres que me explique, lo voy hacer - suelto un suspiro.

- Buena elección, te escucho ¿Qué coño estabas haciendo en el coche? - arquea una ceja mirándome con atención.

Respiro hondo.

- Jos, mi hermano ha hecho una gran estupidez - el rostro de Jos se relaja y me mira con tristeza y preocupación.

- Lo se - murmura

- ¡Cameron me dijo que Abraham podía ayudarme y mírale!

Estiro el brazo para señalar a Abraham haciéndose el gallito en medio de un grupo de chicas guapas. Parece que me ha olvidado rápido.

- ¡Le importa un carajo! ¡¿Lo ves no?! ¡Los días pasan y él anda ligando! Ese idiota de Machinni le ha dado un plazo muy corto a Diego - se me rompe la voz y lanzo una mirada casi implorante a Jos. - ¡Joder, es mi hermano! ¡No me apetece que muera porque se a dejado embarcar en una tontería!