Ochenta y tres

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Machinni asiente con el puro en la mano. Se me queda mirando una vez más mientras que Jos y Cameron se acercan a mí.

- Como gustes, Mateo, si eres capaz de soportar una derrota, entonces yo soy tu hombre... - dice Machinni mirando de forma burlona a Abraham.

- ¡Eres tú quien debería hacerse la pregunta, Giorgio! - responde Abraham frunciendo el ceño.

- Yo siempre gano, Mateo, de una manera u otra - Puntúa su frase guiñandole un ojo, mientras que una sonrisa malévola aparece en sus labios. - ¿Esta todo listo? - Machinni se ha girado hacia uno de sus hombres, quien le tiende un teléfono. Consulta rápidamente de la pantalla y asiente secamente con la cabeza. - Bien, ahora, los términos del acuerdo, si tu ganas, yo acepto hacer tabula rasa, si pierdes.... me quedo con tu club, y con tu muñeca.

¡¿QUÉ?!

¡El mafioso fija su mirada rapaz en mi, y me pongo hecha una furia!
Doy un paso en dirección al mafioso para decirle lo que yo pienso, pero Jos me lo impide cogiéndome del brazo con fuerza.

- Quédate tranquila...

- ¡Déjate de tonterías! ¡Eso no es lo que habíamos hablado! - exclama Abraham.

Machinni explota de risa, mientras que uno de sus esbirros, se acerca a él para cogerle el teléfono que le está dando.

- Me decepcionas, Mateo, pensaba que tenías más que humor...

Observo a Abraham. Su mandíbula está temblando y está apretando bien los puños.

- Bueno, hacemos lo que habíamos dicho entonces, el club y el gustazo de verte perder la cara delante de todos tus hombres.

Machinni explica que tendrán que hacer una idea y vuelta por una pista de aterrizaje abandonada, algo más lejos. Casi ocho kilómetros...

Me atragantó. ¿Cómo que una ida y vuelta? ¡Van a tener que ser extremadamente prudentes en el momento de dar media vuelta!

Me pregunto cómo van a hacer para dar media vuelta si chocarse el uno con el otro. ¡Sobre todo a la velocidad a la que circularán!

En principio, la "drag race" es una carrera en línea recta. Es la que se hace cuando hay algún duelo. Lo importante es evitar hacer que patienen las ruedas cuando derrapan y meter las marchas lo más rápidamente posible para cruzar la línea de meta el primero.

De repente, se oye el ruido de un potente motor a lo lejos, y todas las miradas convergen hacia el misterioso bólido que llega hasta nosotros.

Cuando esté se detiene a nuestra altura, no puedo evitar abrir bien los ojos. ¡Un fantástico Ferrari F12tdf negro!

Clavo mi mirada en la carrocería de esta maravilla...

Abraham va a tener que emplearse a fondo. ¡Pero el Aventador tiene posibilidades con un piloto como él!

El mafioso me hace una sonrisa triunfante tendiendo la mano para atrapar las llaves que le están dando.

- Qué empiece la fiesta...

Los dos rivales echan una mirada atrás antes de quedarse mirando cara a cara de manera desafiante. La jauría de hombres que estaba desparramada un poco por todas partes ahora está rodeando el perímetro.

Tengo la impresión de estar dando un salto en el tiempo. Mismo esquema que en aquella carrera callejera en la que participé como "grid girl".

- ¿Hueles ese aroma de derrota, Giorgio? ¡Es el tuyo! - dice Abraham en tono desafiante y burlón hacia el mafioso.

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