Veintiseis

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Abraham me lleva tranquilamente hasta la mansión, como si fuera un trofeo de caza que me muestra con orgullo al mundo, dejo mi dignidad de lado un momento, por el bien de mi hermano, aunque estoy empezando a dudar realmente de la buena voluntad de Abraham para arreglar las cosas.

Impaciente, no puedo evitar preguntarle a este propósito.

- Bueno, y si no, ¿ya has pensado en una solución para mi hermano? - lo miro de reojo.

- Tranquila, monada... Tenemos tiempo, no hay prisa - arquea una ceja divertido, usa un tono arrogante lo que me hace molestar.

- ¡¿Te estas burlando de mi?! ¡No tenemos tiempo, Abraham! ¡Le han dado un plazo muy justo a mi hermano! - frunzo el ceño mirándolo.

Abraham me suelta una vez que llegamos al salón y me invita a seguirle con la mano, a una habitación apartada. Acepto antes de seguirle, me deja entrar primero, y luego, cierra la puerta tras él y me dedica una sonrisa divertida.

- ¡Tu nunca te relajas! - dice en un tono burlón.

- ¡Nunca cuando se trata de mi hermano! ¡Sobre todo teniendo en cuenta que corre el riesgo de perder la vida! - lo miro mal cruzándome de brazos.

- A ver si le conozco un día de estos, a tu hermanito. Tiene pinta de ser una persona excepcional... ¡No paras de hablar de él! - sonríe acomodándose su camisa.

Abraham conociendo a Diego... ¿Por qué no? En fin, digo eso pero no estoy segura de que sea una buena idea a fin de cuentas.

- Es lo que ocurre cuando uno quiere a alguien, por lo general. ¡Pero tal vez tú no sepas qué es eso! - al escuchar mis palabras Abraham frunce el ceño algo molesto.

Me mira mal. ¡Me da igual, se lo ha buscado! Le mantengo la mirada sin venirme abajo.

- Vale, hablemos de tu hermano en ese caso - dice en un tono mas serio.

Me relajo un poco. ¡Por fin empezamos a entendernos! Ya era hora.

- 500.000 dólares, es una bonita suma. ¿Tienes alguna idea de cómo reembolsarlos? - dice cruzándose de brazos.

- ¿Cómo? - lo miro confundida - No, no tengo ni una idea de cómo reembolsar tal cantidad.

- ¿De verdad? Siendo tú tan estudiosa, debes tener alguna idea... - me mira burlón metiendo sus manos dentro de sus bolsillos del pantalón.

- ¡He buscado por todas partes! Bancos, amigos, familia, hipoteca... Incluso pensé en dedicarme a los grandes robos, pero ya no tengo ideas.

Abraham se me queda mirando, no sé si me esta tomando en serio o si me va a lanzar una de sus bromas irritantes que solo sabe hacer.

En ese preciso instante, se abre la puerta y aparece una pareja bastante cachonda, Abraham se gira de manera agresiva.

- Id a mamarla a otro lado. ¡Aquí esta ocupado! - dice frunciendo el ceño mirando aquella pareja.

Sin ofenderse, la pareja sale alegremente dejando la puerta abierta hasta atrás. En ese momento, oigo la música que viene de afuera, frunzo el ceño y me acerco a la puerta para oír la música, parece una música instrumental hip-hop en piano sobre un fondo de guitarra eléctrica. El ritmo es más bien frenético.

Curiosa, asomo la cabeza fuera de la habitación y veo a Jos a través de los cristales del salón, tiene un micrófono en las manos, y está rapeando un ego-trip digno de las grandes estrellas.

La gente se agita, veo manos en alto y a algunos amantes del rap bebiendo sus palabras y moviendo la cabeza. ¡Les esta dando un concierto privado! Lo menos que puedo decir es que Jos se esta luciendo, me alejo de Abraham para ver mejor a Jos manos a la obra. Está totalmente en trance, las cejas fruncidas, escupe su Flow al micrófono y gesticula al ritmo de la música haciendo vibrar a los espectadores.

- ¡Oh! ¿Me estas escuchando? - oigo de repente decir Abraham.

Sobresalto y me giro bruscamente para mirar a Abraham.

- ¿Cómo dices? Perdona, no te estaba escuchando... - respondo apenada.

- ¡Ah, ya veo! La señorita quiere que me estruje los sesos para salvarle el culo a su querido hermanito.. - comienza a caminar de aun lado a otro con una mano en su bolsillo del pantalón y la otra mano jugando con su anillo - Pero a la mínima distracción, ¡paf! ¡Ya no le interesa! - suelta una risita y se detiene enfrente de mi arqueando una ceja - ¡¿De quién te ríes tu?!

- ¡Bueno, bueno, basta, no me hagas la moral! ¡Tú no eres quién para hablar! - me cruzo de brazos frunciendo el ceño.

Abraham mira hacia a un lado mientras no deja de jugar con su anillo -¿Es a Jos a quien andas mirando así? ¡Pues ve a pedirle ayuda! ¿A qué esperas?

Me quedo mirando a Abraham con los ojos entrecerrados. ¿Pero que me esta haciendo?

Dudo entre los celos y la desvergüenza. O le molesta que no le preste atención, o bien le importo un carajo y se echa atrás con su promesa.

Viendo el destello de celos que parece deformarle la cara, creo que estoy empezando a entender lo que esta pasando.

¡Pues claro, es evidente! ¡No tiene el más interés en ayudarme! ¡Ninguno! ¡Pero que ingenua puedo llegar a ser a veces!
Lo único que quieres es embaucarme y poner una cruz junto a mi nombre en su lista. ¡No hay que ir más lejos!

Si eso es lo que quiere, ningún problema. Ya sé lo que tengo que hacer, pongo en marcha el modo seductora y que empiece la guerra.

Le hago mi sonrisa más seductora antes de tocarme sensualmente con la mano en la nuca, le miro a los ojos, provocadora a mas no poder. Humedezco mis labios y mi mano continua subiendo hasta la curva de mis pechos, con paso felino, me acerco a él, hasta tocarle.

- ¿Qué estas haciendo? - dice Abraham algo nervioso y sorprendido.

- Tu que crees... - murmuro en un voz algo coqueta.

Al instante Abraham frunce el ceño.

- Para de jugar. ¡Te estoy hablando enserio! ¿Has oído lo que te he dicho? - dice en un tono algo molesto y tensa su mandíbula.

Me echo para atrás, su reacción me ha enfriado un poco. Vale, esta molesto de verdad, voy a tener que actuar de otra forma.

- ¿Entonces? ¿Has oído o no? - guarde silencio unos instantes y respondí no muy segura.

- A medias.

Abraham resopla de manera exagerada para dejar ver su descontento. Yo, por mi parte, miro al cielo ¡No entiendo a este tío!

- Te estaba diciendo que tengo un trabajito para ti, podría ayudarte a reembolsar la deuda de tu hermano. ¿Me sigues ahora? - me mira fijamente un poco mas tranquilo.

Le mantengo la mirada, impaciente de saber más sobre ese famoso trabajo.

- ¡Desembucha! ¿Qué es lo que me espera?

- Gran carrera callejera dentro de cuatro días. Habrá mucha gente, buenos coches, pero sobre todo, mucha pasta en juego - se burla y añade en un tono cómplice - Y estamos buscando a "personal", no sé si me entiendes - pasa su dedo pulgar sobre su labio inferior lentamente mientras me mira de pies a cabeza.

Entiendo perfectamente lo que quiere decir, y está fuera de cuestión que me vista como una zorra para dar la señal de salida. ¡Y aún para calentar al público!

- ¿Te estas burlando de mi? ¡Ni hablar! - lo miro algo molesta.

- Más vale que no te pongas finolis - dice frunciendo el ceño.

Me cruzo de brazos, no estoy para nada entusiasmada, pero Abraham tiene razón, necesito ese dinero.

- ¿Imagino que no tengo elección? - suelto un suspiro.

- ¡Exactamente! Lo tomas o lo dejas - dice desabrochando un botón de su camisa dejando ver un poco de su pecho no puede evitar mirar su pecho descubierto.

¡Este hombre es tan sexy!

Mᴀᴛᴇᴏ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora