Lleva puesto un minibikini y un vaquero corto muy sugerente y nos está mirando con gesto de exasperación y los brazos cruzados.
Sus ojos dejan de mirarme para clavarse en Abraham.
- ¿Kim? Qué...
¿Kim? ¡Vaya nombre de zorra!.
Sin mediar palabra, viene hacia él meneando las caderas. Sus largas piernas atraviesan la estancia con la gracia de una modelo.
Abraham no le quita ojo y ella llega hasta él colándose entre nosotros dos, no me muevo ni un centímetro y de pronto me encuentro a un palmo de su espalda a modo de panorámica.
- Perdona, Barbie, ¿te importa apartarte? ¡Estábamos hablando! - dije de mala manera.
La platino se gira hacia a mí y menea la cabeza antes de pegarse a Abraham. Su pelo me azota la cara. ¡¿Pero que narices es todo esto?!.
- ¿Abraham? Estábamos en plena conversación. ¿Podrías decirle que se vaya? - miro Abraham con la ceja arqueada esperando a que hiciera algo.
No me presta la más mínima atención, le pasa el brazo a la chica, y veo con un enfado cada vez mayor como su mirada se concentra en sus labios. Satisfecha, la bimbo me mira por encima del hombro mostrando una sonrisa triunfal y se pega un poco más al cuerpo de Abraham.
Estoy dispuesta a tirarme a ella para matarla. ¡Que siga así, ya verás!
Abraham le sonríe y recorre con un dedo su barbilla. ¿Es una broma? ¿Qué significa esto?
Se me hiela la sangre. ¿Quiere jugar? Vale, ¡me largo de aquí!.
- ¿Ah si? ¡¡¿Así andamos?!! ¡Vete a tomar por culo, cabrón! - dije molesta.
Doy unos pasos atrás sin dejar de mirarle y luego me doy media vuelta para salir por la puerta. Ya no queda nadie fuera, ni siquiera Jos.
Mi corazón se acelera como nunca. Me dan ganas de arrancarle los ojos a esa pelandrusca y partirle una pierna a Abraham ya de paso.
- ¡_________!
Oigo a Abraham llamarme, pero no le doy importancia. ¡Lo único que quiero es irme de esta casa!.
Camino derechito hacia el portón. Mis tacones se clavan en el césped de lo cabrada que estoy por su comportamiento grosero.
Pero era sin tener en cuenta la rapidez de Abraham, que me pilla. Me coge fuerte del brazo y me hace girar sobre mis talones.
- ¡SUELTAME! Vuelve con tu p...
No termino mi frase al darme cuenta de que de repente estoy muy cerca de él. Unos pocos dichosos centímetros separan nuestros labios.
A pesar de haberse comportado como un auténtico cabrón hace un momento, me gusta esta repentina cercanía, se cruzan nuestras miradas y no se vuelven a separar. Abraham analiza mis pupilas con insistencia y yo me esfuerzo por no ceder ni un palmo.
Su boca, tan cercana a la mía, es una llamada cruel a la tentación, pero me niego a abdicar. Esto sería demasiado fácil...
He entendido que no hay que ser débil ante él. A él no le gusta eso. Si quiero que me ayude con lo de Diego, ¡no puedo caer!.
Nos quedamos asi algunos segundos, luego, Abraham me afloja un poco y deja caer su mano a lo largo de mi brazo.
Es más fuerte que yo, me estremezco con el contacto. No me esperaba a que tuviera este tipo de gesto, así, por mi, después de haberse portado de esa manera. Ni a que eso me afectara tanto.
Es muy perturbador. Yo no soy de esas que muestran el menor signo de debilidad. ¡Y aún menos ante un hombre como él!. La mano de Abraham se enrolla alrededor de mi muñeca y me echo para atrás con fuerza, librándome de su control.
- ¿Qué mosca te ha picado? Iba a... - lo interrumpo.
- ¿Qué mosca me ha picado? ¿Eres tonto o que? Estábamos haciendo...
¡Echo la cabeza hacia atrás y tomo una gran bocanada de aire! ¡Mierda! ¡Se va a pensar que estoy celosa!.
- Ah, de acuerdo. Ya veo. La fierecilla está celosa... ¿A dónde te pensabas que ibas así? - me mira con una sonrisa socarrona.
- ¿Celosa? ¿De qué? ¡De esa furcia irrespetuosa! ¿De donde sale, por cierto? ¡¿Es una de las qué ves con frecuencia?! - arqueo una ceja cruzándome de brazos.
Abraham explota de risa. Ya esta ¡me ha pillado! De todos modos, soy así. No puedo evitar decir lo que pienso.
Estoy enfadada conmigo misma ¡Soy tan estúpida! ¿Por qué reacciono así? No merece la pena ponerse así por ningún hombre. Pero mira, esa chica me ha faltado al respeto y Abraham no ha hecho nada.
Abraham mira hacia a un lado frunciendo el ceño.
- ¡No es asunto tuyo! ¡Y para empezar, no me faltes al respeto delante de nadie! ¿lo entiendes? - dice con seriedad.
Levanto una ceja, exasperada. ¡¿Me trata como si fuera un trapo sucio y me habla a mi de respeto?!
- ¿Y que mas? ¿Esperas que me disculpe por haberte tratado de cabrón? - arquee una ceja.
Por ningún hombre. Pero mira, esa chica me ha faltado al respeto y Abraham no ha hecho nada.
-¡No es asunto tuyo! ¡Y para empezar, no me faltes al respeto delante de nadie! ¿Lo entiendes? – mira hacia a un lado molesto.
Levanto una ceja, exasperada. ¡¿Me trata como si fuera un trapo sucio y me habla a mí de respeto?!
-¿Y qué más? ¿Esperas que me disculpe por haberte tratado de cabrón tal vez?- me cruzo de brazos.
-No, ya sé que no lo harás. ¡Eres demasiado orgullosa para hacerlo! – sonríe un poco mirándome nuevamente cruzándose de brazos tan bien.
No puedo evitar sonreír.
-¡Exactamente! ¿Entonces? ¿Qué hacemos ahora? – lo miro con atención.
Abraham echa un vistazo a la mansión antes de dedicarme una mirada elocuente.
-Tú quédate aquí. ¡Ya vuelvo! – me hace el tipo de mirada que significa: ¡Más vale que no te muevas!
Aprieto los dientes de rabia, solo me apetece una cosa: salir de ese portón y poner la mayor distancia posible entre él y yo. Incluso hago un movimiento para irme. Abraham se percata y su expresión se vuelve más dulce.
Da media vuelta y viene hacia mí para intentar calmar la situación.
-Le he prometido a mi hermano que te ayudaría, así que voy a ayudarte. Siempre cumplo mis promesas, querida. Pero tengo una condición - hace una pausa.
- ¡Ya me extrañaba a mi! ¡La vida es una condición en si misma! Pero venga te escucho – suelto un suspiro.
-Tienes que aprender a confiar en mí y a no ponerte histérica con el menor problema – relame sus labios mientras se acomoda la camisa de las muñecas desabotonándoselas y las dobla poco a poco.
Me aguanto las ganas de reír. ¿Confiar en él y no ponerme histérica? ¿Qué quiere decir exactamente?
Cruzo los brazos sobre el pecho para mirarle de arriba abajo.
-De acuerdo, pongamos que me ayudas Me gustaría saber de qué manera piensas hacerlo. – lo miro seriamente arqueando una ceja.
Abraham frunce el ceño - ¿Lo haces a posta o qué? ¡Cuántas veces voy a tener que repetirte que sí, que te voy ayudar! ¡No te preocupes por eso! – hace una pausa – En cuanto a cómo voy hacer, eso es cosa mía. ¡Pero no me vuelvas hacer esto!
-¿Cómo que esto? – lo miro confundida.
-¡Un ataque de celos, por ejemplo! Es malo para mis negocios, sabes. - dice un poco molesto.
¿Sus negocios? ¡Me está dando a entender que encima de esto es gigolo! ¡No quiero saber! Intento calmarme como puedo.
Después de todo, acaba de asegurarme que me va ayudar. ¡Todo lo demás me da igual! En fin... no tanto tampoco...
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Mᴀᴛᴇᴏ
FanfictionComo joven estrella que trabaja en la multinacional Jones Corp, con sede en Nueva York, su futuro se ve brillante. Entre su carrera, sus amigos , su vida perfecta ¡hasta que cruza con el!. Le llama la atención y el aire se carga de electricidad. Es...