✈︎┋El Diario De Las Torres Gemelas. ᵏᵒᵒᵏᵛ

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10 de Mayo, 2001.
8:30 am.

Taehyung y yo habíamos acordado ir a visitar a mi madre por el día de las madres. Me ponía un poco nervioso pensar que Taehyung conocería a mi madre, como si le fuera a presentar a un novio, cosa que no somos.

Ahora me encontraba preparadome para mi siguiente cita con la madre de Hoseok.

Me pone nervioso pensar que hablaré con esa mujer, básicamente diciéndole que está loca si cree que su hijo está enfermo. Sabía que esto iba a terminar mal, ya que, su madre no iba a aceptar que ella era quien estaba mal, entonces me estaba preparando para su drama enorme posiblemente llamándome pésimo psicólogo o hijo del diablo.

Pero lo que me tranquiliza un poco es leer lo que Taehyung escribió hojas atrás. Aunque algo me hace creer que tiene algo que le impida tenerme confianza y contarme sus problemas, lo cual me hace sentir un poco mal. Taehyung estará sufriendo y yo no estoy haciendo nada. Aunque ya lo he dicho mil veces, si Taehyung aún no quiere contarme las cosas, no haré nada, no puedo obligarlo. Todo a su tiempo.

Fuera de eso, es muy bueno en esto. Escribió un poema muy bien y me dibujó, el cual salió muy lindo el resultado. Pero lo que más leo es lo que puso al final.

TaeTae te quiere demasiado. Piensa en ti todos los días. Jungkook, no olvides eso nunca.

Que Taehyung hayas escrito este tipo de cosas, me hace sentir afortunado.

Mis pensamientos fueron cortados por la puerta de mi oficina sonando. De seguro era la madre de Hoseok. De tan solo pensar en eso, mi piel se erizó y me había puesto muy nervioso. Pero por si las dudas, le dije a Ryujin y Chaeryeong que vinieran a salvarme si escuchaban a la señora gritándome.

Hablé permitiendo que la persona que tocaba la puerta entrara. Vi la cabeza de Ryujin asomándose por la puerta dejando entrar a la mamá de Hoseok que venía con su hijo. Ryujin se despidió de mí deseándome suerte y se fue.

Yu Mi se sentó en las sillas que estaban enfrente de mi escritorio, jalando a su hijo para que se sentara a un lado de ella.

-Psicólogo Jeon, ¿usted fue quien me citó?- asentí.- ¿Por qué lo hizo?- intenté responderle y comenzar a explicarle de manera relajada la situación, pero me interrumpió.- ah, ya decía yo. ¿Mi hijo no tiene arreglo?- suspiró asustada y tapó su boca.- ¿O es acaso que está enfermo y no necesita un psicólogo si no un psiquiatra? ¿Tendré que internarlo en un psiquiátrico? Por favor dígame qué se puede curar.- dijo apunto de llorar. Estoy a dos de llamarle ridícula a esta señora.

-No. No señora, no la llamé para decirle que su hijo necesita...todo lo que mencionó.- suspiró aliviada.

-¿Entonces si lo puede curar?- negué y volvió a poner su rostro asustado.

-No puedo curarle a su hijo algo que no tiene, señora. Su hijo no tiene ninguna enfermedad mental, su hijo está completamente bien. Que él guste de un hombre no existe problema alguno. No está enfermo ni tampoco necesita de mi ayuda ni de ningún psicólogo, ni psiquiatra, ni doctor y mucho menos de un exorcista. Este es su hijo, señora. Un humano al que usted dio vida y de seguro ama con todo su corazón, ¿Usted es capaz de odiarlo solo por una pequeña ideología que le enseñaron?-

-Ay Psicólogo Jeon, usted no tiene idea. Dios no permite este tipo de personas en el mundo. Yo crié un hijo para que tenga una familia y sea recibido en manos de nuestro Señor, no para que ande buscando por el camino obscuro.- habló mirando con desagrado a su hijo.