Al día siguiente, la muchacha se levantó. Estaba en su casa en el mundo muggle, en la casa de sus padres. Aunque la señora Weasley había rogado a la muchacha que se quedara como casi todas las noches, Hermione nuevamente declinó la invitación. Pues todas las mañanas se despertaba con la esperanza de que encontrara en la ventana a una lechuza con una carta que dijera que sus padres se encontraban en algún lugar sanos y a salvo. Pero esa mañana fue como todas las demás. La castaña se acercó a la ventana y nada... ni una sola indicación de nada.
Suspiró y bajó. Para desayunar como todos los días. Eran las diez de la mañana... ¿qué haría hoy? Mientras seguía masticando una tostada, recordó el libro de pociones que había dejado en la mesada del salón... Tragó y se quedó pensativa unos minutos... Pero luego negó con la cabeza.
-¿Por qué lo harías, Hermione? Además, Snape te echaría apenas entraras.- Pero la muchacha sentía que en parte debía hacerlo, no solo porque veía que se encontraba solo, sino porque era una persona que conocía desde que tenía once años y sea como sea él, era un humano... Así que se cambió rápidamente lo más casual posible, tomó el libro y se desapareció por la chimenea.
Dos segundos después, se encontraba en San Mungo. Fue nuevamente para servirse un café y luego suspiró... Estaba lista para el rechazo. Se enderezó y caminó nuevamente hacia la habitación B1. Cuando llegó a esta, en ese momento apareció el Medimago que había visto el día anterior, esta se quedó mirándolo unos segundos. Pero luego, el joven solo pasó por su lado. Suspiró nuevamente con alivio y se puso frente a la puerta. Por un segundo dudó, pero luego golpeó. Nuevamente no recibió respuesta, pero entró.
El hombre nuevamente se encontraba en la misma posición de ayer, pero esta vez la observaba, ella en seguida inclinó la forma de saludo y agregó:
-Buenos días, señor...
-Granger, ¿otra vez aquí? Si viene por lástima, puede salir, no necesito que una sabelotodo venga.- Pero Hermione no hizo tal cosa, esperaba una respuesta así, o peor...
-No señor... en realidad yo vine porque ayer, verá estaba por el callejón Diágon y...- Severus la miraba con desesperación, entonces Hermione solo carraspeó.- En fin, me compré un libro nuevo de pociones... Pero recordé que usted estaba aquí y tal vez... se aburriría..
-No, ¿cómo cree? Hago un montón de cosas desde aquí.- Dijo sarcásticamente, Hermione solo se acercó a la cama y buscó en su bolsa. Y sacó el libro, se lo extendió, pero Snape levantó una ceja.- ¿Eso es pociones, Granger?- Hermione miró el libro, en absoluto era de pociones, era su libro muggle, el libro de Jane Austen, "Orgullo y Prejuicio". Se sonrojó y así como sacó el libro lo devolvió a la bolsa.
-Como lo siento señor, espere...- La muchacha metió su mano hasta el fondo, en ese momento ambos escucharon como una pila de libros se caía dentro. Se miraron a los ojos por dos segundos. Snape alzó una ceja y Hermione se puso aún más roja, pero al fin encontró el libro.- Aquí estas.- Dijo con algo de enojo al libro, pero luego se lo tendió nuevamente a Snape, este que estaba de brazos cruzados lo miró y luego a la muchacha. Esta al sentir que no tomaba el libro lo miró.
-La pregunta es, ¿por qué debería aceptar?- Hermione miró el libro y luego respondió.
-Porque sé lo que se siente estar en una camilla por días y no tener entretenimiento alguno, por eso, un buen libro nunca hace mal.- Snape aún no lo agarraba.- Escuche, no sé en realidad por qué vine, pero aquí estoy señor, y solo quería ver que estuviera bien... por favor, solo tome el libro... y si quiere me voy...- Severus observó sus ojos... Hermione sintió como si la escaneara... Pero luego de unos minutos, sus manos se extendieron y tomaron el libro. Jamás esperó ninguna palabra de su parte, pero que hubiera tomado el libro... fue un gran paso. Y por eso mismo la joven se sorprendió. Severus lo notó.
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Sobrevivir
RomanceLuego de la guerra mágica, Severus Snape se despierta de un coma de tres semanas deseando haber muerto. Pero las visitas casi diarias de Hermione hará que ambos entablen una nueva relación desconocida para ambos. La castaña acepta por medidas de San...