Cambio de tutela

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Todos los chicos volvieron a la escuela ese domingo. Estaban todos en la espera de comenzar sus horarios de clase, pero estaban todos muy dispersos al igual. Ginny no vio a Hermione en todo ese día. Temía que estuviera muy triste luego de lo que le había contado sobre Snape. ¿Y si en realidad él no la quería? Estaba sufriendo y mucho la castaña, no quería que así siguiera la cosa.

Pero sin consuelo, estaba el hombre de negro en su habitación con las cosas en el suelo. Estaba furioso, triste y amargo. ¿Qué esperaba? ¿Decirle, admitir sus sentimientos con ella cuando siquiera los había admitido con él? ¿Cómo podía quererla si era mucho más chica que él? Era su ex profesor... Y ahora su tutor. O eso creyó...

Llegando al gran comedor, Minerva le pidió que se acercara. Esta tenía entre sus manos un papel. Cuando se acercó lo suficiente. Le extendió el documento. Este decía:

Tutela oficial de Gregory Sala

Snape lo miró furioso. Pero volvió a Minerva por una explicación. La mujer lo miró igual de seria que él.

-Es el cambio de tutelaje que Granger pidió ayer... Severus... quiero saber qué sucedió.- Snape no podía creerlo.

-¿Con quién estará?- Minerva lo vio, su voz no era dura, era triste pero severa. Minerva decidió por contestarle.

-Con Hagrid. Solicitó el cambio por conveniencia con el ministerio. Le hacía de ayuda el cambio de materia. Pero a demás de eso... ¿Sucedió algo más, Snape?- Severus negó con la cabeza, se enderezó y volteó para volver a sentarse, pero la vio. Vio como se levantaba y se iba caminando. Era lo justo.

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Hagrid estaba muy contento. Tenerla allí y ver una cara conocida le resultaba muy grato. Hermione llegó, lo saludó y este la abrazó. Hermione estaba muy dolida. No quería alejarse de Snape, ¿pero como lidiaría con el hombre que quería mientras este la veía como una simple asistente? No podía. Tomó la decisión que debía haber tomado hacía ya tiempo. Pero Hagrid no era tonto, miró la cara de la castaña y comprendió.

-Hermione, ¿quieres contarme qué sucede?- Esta lo miró, le sonrió forzada y negó. Le pidió que le explicara ahora lo que debería hacer y cómo lo podía ayudar. Hagrid le sonrió de vuelta, pero aún preocupado.

Snape estaba furioso, tener que modificar y comenzar de nuevo. Ese muchacho no tenía ni idea de cómo era corregir un trabajo de pociones, no sabía qué cosas estaban bien o mal. Siquiera comprendía cómo escribir un apellido. Si bien él siempre trabajó solo, Hermione sí le era de ayuda, Y le era grato verla sentada escribiendo. O preguntarle si él estaba bien. Ahora estar con ese muchacho era como tenerlo de alumno. No lo ayudaba en nada. ¿Pero qué podía decir? Solo siguió ignorando al muchacho que estaba al fondo del salón sin saber qué hacer.

Llegando a la hora del almuerzo. La castaña le preguntó al semigigante si necesitaba algo más antes de ir a comer. Este terminando de juntar varias sogas negó amigablemente y le dijo que si quería podía ir a comer. Hermione asintió y se dio a camino del castillo.

Llegando al patio, vio la silueta del pelinegro por ahí, y casi por inercia, se frenó de golpe con la intención de que no la viera. Se sentía en parte culpable por no haberle dicho lo del cambio de tutelaje... Pero cuando se fue, la castaña se apoyó en una columna y suspiró aliviada.

-¿Por qué se esconde, Granger?- Dio un respingo casi hecho un grito al escucharlo. El hombre estaba detrás de ella mientras hacía unos segundos lo había visto irse a varios metros. Esta volteó lentamente.

-¿Es... Esconderme? Yo no hacía eso... Señor.- Snape alzó una ceja, estaba enojado aún.

-Nunca supo mentir, Granger. - Hermione lo miró otra vez a los ojos. Las palabras le habían salido agrias a Snape mientras este seguía de brazos cruzados mirándola.

- Lamento no haberle dicho sobre el cambio. Pero al fin y al cabo, hace mucho debimos haberlo hecho.- Snape vio como evitaba mirarlo a los ojos, lo nerviosa que estaba al juguetear con sus manos.

-Si es lo que necesitaba, bien...- Dijo este mirando hacia otro lado. Pero Hermione rió agriamente haciendo que volteara a mirarla.

-Debo irme.- Contestó en un susurro. Luego volteó a mirarlo y se fue inclinándose en forma de saludo Snape estiró levemente la mano ¿tenía intenciones de detenerla? Claro, pero no lo habría. La terminó por cerrar en un puño.

Otra semana iba llegando a su fin y el viernes por la noche, Hagrid, ella y su compañero se dirigieron hacia el castillo para la cena. En la puerta, Hermione se sentía tan perdida y no quería estar allí, así que el semigigante le dijo que si se sentía incomoda, él podía hablar con Mcgonagall y cambiar el tutelaje... Pero Hermione negó energéticamente, aún le costaba adapatarse, solo eso... Le sonrió y le agradeció igual, pero en realidad no tenía hambre.

Solo se fue después de despedirse de él a su habitación. Una vez allí se puso un Short corto, y una remera musculosa, se soltó el cabello y se acostó con la idea de dormir... Pero golpearon la puerta de su habitación...

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