Cosa de estrategia

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La mesa estaba ya limpia, ya la habían desocupado. Y en el pequeño saloncito, Snape y Hermione estaban sentados como aquél día. El hombre estaba con su chaleco de traje y su camisa blanca al descubierto. Hermione, sentada frente a él, con un Jean y camisa negra también. Miraba con una sonrisa desafiante a Snape. Habían empezado la partida hace rato y esta seguía en transcurso. Le tocaba a Severus jugar.

-Quiero disculparme por el comportamiento que tuve la primera vez que estuvo usted aquí.- Dijo Snape con su voz profunda y esperando un momento para mirar a los ojos a Hermione. Cuando lo hizo, esta negó sonriendo.

-Me estoy acostumbrando a su... Espontaneidad. No debe disculparse. Yo lamento haberlo desafiado...- Severus sonrió de costado.

-Disculpas aceptadas.- Hermione frunció el seño.

-Snape... ¿puedo hacerle una pregunta... personal?- Severus se cruzó de brazos y asintió con la cabeza para que prosiguiera.- Usted.- La castaña se aclaró la garganta.- ¿Usted ha tenido novia alguna vez?- Severus la miró penetrante.

-No.- Hermione asintió con la cabeza y su curiosidad le ganó.

-Significa que usted no ha...- Snape la miró de costado con una ceja arriba.- Lo lamento, no quería ser tan... invasiva. Lo lamento.- Severus frunció el seño, pero luego de unos segundos volvió a mirarla, la castaña estaba pensando en su siguiente movimiento.

-Que no haya tenido novias, no implica que no haya tenido amantes... Señorita Granger.- Hermione levantó la mirada. Severus se recargó en sus manos, expectante.- Exactamente, siquiera recuerdo cuantas. -La castaña se sonrojó y apretó su jean por debajo de la mesa de juego observando como Severus de un movimiento le arrebataba una ficha. Él le había contestado a pesar de haber sido tan indiscreta... Podía tal vez comenzar a tener una confianza un poco más profunda...

-Entonces... no ha tenido relaciones formales, que suerte tiene...- Dijo casi en un susurro. Snape la miró de costado y le sonrió sarcástico.

-¿Se arrepiente de haberlas tenido?- Hermione miró hacia la chimenea, pero decidida negó con la cabeza y luego reafirmó su respuesta.

-No, no me arrepiento, es decir, tuve mis experiencias es lo que cuenta.- Snape la miró a los ojos. Esa muchacha comenzaba a tornarse algo más intrigante. Severus movió otra ficha.

-Tiene razón, señorita Granger.- Hermione asintió y volvió la vista al tablero, hasta que repentinamente, Severus respondió.- ¿La tendría conmigo?- Hermione lo miró a los ojos, no caería en sus desafíos. Así que se enderezó y directamente contestó.

-Sí.- El pelinegro no se inmutó.

-¿Por qué? ¿Por qué estaría con un hombre que tal vez siquiera tiene la decencia de tratarla como debería, de quererla y demostrarle su cariño? Teniendo a tantos muchachos jóvenes a su disposición.- La conversación no se basaba en las relaciones, se basaba en el interés que Hermione poseía sobre Severus. Y esta lo notó. Snape no tenía la confianza de para creer que Hermione quería estar con él en realidad. Pero para eso estaba ella, para despejar las dudas.

-La pregunta es... ¿por qué no?- Severus arqueó una ceja.- Transformemos la pregunta. A usted no le interesa el por qué estaría con usted o no, quiere entender por qué me atrae, por qué insisto tanto en estar aquí con usted.- Severus miró hacia la chimenea ahora mientras la escuchaba.- Escuche, he tenido dos novios. Uno fue un muchacho dulce, atento... Pero solo le gustaba porque podía observarme, y sí, suela extraño pero así fue. No sabía nada de mí y tampoco tenía las intenciones reales de hacerlo. Y Ron... Bueno. Es un inmaduro que creí que tal vez tendría un cambio. Pero no... y dejó de gustarme.- Severus la miraba buscando entenderla, pero como le había dicho, jamás había tenido una novia. Todas las mujeres que había tocado, habían sido simplemente aventuras de una noche. Hermione se recargó en sus brazos mirándolo a los ojos.- No tengo definido el por qué me gusta. Pero supongo que su madurez... es algo nuevo... Mezclado a veces con actitudes de un niño...- Severus arqueó una ceja.

-Entonces ¿Le atraigo por "maduro"?- Hermione negó, no la había entendido bien.

-No hay razón para que me atraiga. Esa es la cuestión. Todo usted... me gusta.- Susurró lo ultimo mirando sus manos.

-Sigo creyendo que está loca.- Terminó por cortar el pelinegro. Hermione  negó con la cabeza.- Está por perder, Granger.- Avisó el pelinegro confiado. La voz de Hermione lo interrumpió.

-¿Y qué ve usted en mí, profesor?- El pelinegro la miró a los ojos y negó con la cabeza.

-Es algo que me he cuestionado desde que llegó, señorita Granger.- Hermione sonrió de costado.- Créame que no lo sé en verdad. Pero solo... solo le diré que no puedo compararlo con nada, lo que siento o dejo de sentir con usted... es tan nuevo y extraño para mí... Como para usted de seguro.- Cuando volvió la vista a Hermione, le brillaban los ojos de una manera muy dulce. Estaba contenta con esa respuesta. Porque era exactamente lo que ella sentía. Y que Snape se lo hubiera dicho era como un súper pasó. Hermione Volvió la vista al tablero con una sonrisa.

-Jaque mate.- Severus miró sorprendido al tablero. Y luego miró con el seño fruncido a Hermione. Esta le sonrió complacida consigo mismo y se cruzó de brazos victoriosa.

-Hizo trampa.

-Usted no sabe perder.- Contestó riéndose mientras se paraba para estirar las piernas.- Se concentró tanto en la meta, que no vio que todo era una estrategia. Tal vez en ajedrez mágico pueda ganarme.- Snape gruñó mirando ahora a lo que él le decía "estúpido juego"

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El lunes a la tercera hora de la mañana, Hermione se encontraba pasando por las mesas para anotar los nombres de las personas en el grupo de trabajo. Snape estaba recogiendo los trabajos escritos.

Ese día, Snape estaba tomando una prueba práctica sobre una poción específica a los muchachos de último año Slytherin y Gryffindor. Ginny miraba las actitudes que su profesor tenía sobre su amiga, y no podía tener quejas. Era tan atenta con ella como jamás vio que fuera con nadie. Y sonreía por lo bajo al ser la única en saber que entre esas dos personas, había más que una relación de trabajo.

Un descuido, era suficiente para crear una explosión, y eso sucedió. Un grupo de Slytherin específicamente, agregó una especia que confundieron con la que realmente iba. Y Hermione presenció cuando echaron el ingrediente. Severus estaba de espaldas a esa mesa en ese momento. La castaña, por un acto de reflejo, corrió hacia Snape y se tiró encima de él. Mientras que en ese momento la explosión se escuchaba. Hermione, quien había caído sobre Severus, sintió las quemaduras ardiendo en su brazo derecho y todo el lateral de su cuerpo. Pero fue antes de que quedara inconsciente por el golpe en la cabeza que se dio contra el piso, a pesar de que cayó encima del pelinegro.

Snape, completamente desorientado, abrió los ojos y primero vio una maraña de cabello desparramado sobre la cara de la muchacha que estaba encima de él. Luego vio como esta estaba inconsciente y como sus brazos estaban con quemaduras. De inmediato la tomó entre sus propios brazos y la miró.

-Granger.- Llamó desesperado corriéndole los cabellos de la cara. Hermione tenía los ojos cerrados. Severus se levantó con ella en brazos, su cuerpo era el doble de lo que era el de ella. Salió corriendo con Hermione en brazos hacia la enfermería.

Abrió las puertas como pudo y la dejó en una camilla preocupado, mirándola.

-¡Madame Pomfrey!- Llamó desesperado  hacia la puerta del despacho. Luego volvió su mirada a Hermione e inconscientemente le acarició la mejilla.-Se podrá bien, Granger... Ya lo verá...

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