Golpeó la puerta, Severus miraba por la ventana arrepentido completamente de haber bajado. Apretó la mandíbula. Pero abrió la puerta con un movimiento de varita. La castaña estaba allí con dos tazas de café en una bandeja. Snape no volteó pero el olor lo invadió.
-Señor, traje café.- La castaña también estaba algo apenada. Snape suspiró y volteó sin hacer mucho caso. La miró para ver si estaba bien, y la vio muy bien, en cambio él estaba más pálido de lo normal.- Gra... Gracias por lo de hace un rato... Ron ya se fue...- La castaña alzó la vista para verlo, su rostro de puso rígido.- Snape, ¿se encuentra bien? Señor...
-Perfectamente, Granger.- La castaña posó la bandeja en la mesita, y rápidamente fue hacia el pelinegro extendiendo una mano.- Me encuentro...- Pero antes de que pudiera responder, un bajón lo atacó, se inclinó contra la mesa y luego se apoyó en Hermione, esta lo tomó del brazo y le tomó la temperatura. Estaba muy caliente.
-¡Señor, debe tomar una ducha fría, está que vuela de fiebre...- Hermione y él se dirigieron hacia el baño, con dificultad. La castaña con las fuerzas que le quedaban abrió la ducha de agua fría, y metió al pelinegro vestido, este apretó nuevamente la mandíbula cuando sintió el chorro de agua fría. No tardó en marcar la camisa a su cuerpo. Hermione pudo ver su brazo izquierdo, allí aún estaba la marca tenebrosa...- Estará bien, señor. Tengo pociones, se habrá resfriado... Severus tenía los ojos fijos en la castaña, veía su preocupación. Luego de unos segundos dijo:
-Quiero ir a la habitación, Granger...- Hermione lo miró a los ojos. Esta asintió y cerró la ducha. Con la varita nuevamente lo secó y volvieron a la habitación. Snape se metió en la cama y la castaña volvió a tocarle la frente. Este la quitó. Pero volvió a intentarlo.
-¡Señor! Déjame ayudarlo...- Otra vez sus ojos se encontraron. Hermione hizo aparecer una poción. El Medimago le dijo que la utilizaba si algo así pasaba. Una cucharada. -Esta extendió la cuchara que invocó para que tomara la poción, pero el terco se negó.- Vamos... solo una.- Este volvió a negar. Pensó y luego apretó los ojos.- Es un idiota.- Snape frunció el seño y abrió la boca para mandarla al carajo, pero en eso Hermione metió la cuchara con la poción. El pelinegro tragó amargamente.- Lo lamento, lo lamento...- Quiso volver a ayudarlo, pero este nuevamente le quitó la mano. Lo engañó y él como idiota cayó.
Luego de un rato, Hermione lo dejó, estaba mejor. Lo dejó para que durmiera tranquilo.
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Abrió los ojos lentamente, vio la falta de luz en la habitación, ¿tanto había dormido? Negó con la cabeza. Giró para mirar la puerta, pero sin darse cuenta, una toalla fría cayó de su frente, no la había sentido. Miró hacia el suelo donde cayó y luego la vio. Hermione estaba dormida, apoyada en la cama, pero sentada en una silla. En la mesa de noche, había un plato con agua, ¿acaso lo estuvo cuidando? La vio dormir, traía la respiración acompasada...
-Granger.- Llamó lentamente.
-Sí, cinco minutos... más...- Snape rodó los ojos, volvió a intentarlo, algo más fuerte.
-Granger...
-Ya va... ¡Ya va! ¡Snape!- Y se despertó exaltada, se encontró con su mirada. Allí estaba despierto, y ella que se preocupó toda la tarde. Extendió su mano nuevamente para ver su temperatura. Pero Snape nuevamente la tomó de la muñeca.- Solo quiero...
-Estoy bien.- Dijo cortante. Estaba enojado, no se le olvidaba que le había dicho idiota.
-Lamento haberle dicho de esa manera, pero usted no colaboraba.- Dijo la castaña también frunciendo el ceño. Y mirando hacia otro lado.
-¡No estaba tan mal para que me diera esa estúpida poción!
-¡Y de no ser por esa poción, seguramente ahora estaría de vuelta en San Mungo!- Se miraron con el seño fruncido ambos dos. Pero Snape fue quien miró hacia otro lado.- Sabía que podía suceder, pero como pasó la primer semana... no tuve cuidado. Lo lamento.- El pelinegro no dijo nada, pero aflojó un poco su expresión, y volvió a verla. La castaña se estiró y pudo escuchar el tronar de sus huesos. Se había dormido allí.
-Iré a preparar la cena, usted si desea puede asarse. Pero esta noche comeremos aquí.- Snape iba a protestar, no era un niño. Pero al ver su mirada, por algún motivo calló.
Como ella dijo, fue a cocinar una sopa de verduras, y él se bañó, con agua fría, luego salió, fue a la habitación con la toalla y se vistió. Al rato, Hermione golpeó la puerta, Snape gruñó y ella entró. Traía ahora una bandeja con dos platos llenos de sopa y dos vasos con agua. Snape se sentó en la cama, pero no se tapó, Hermione apareció una bandeja y la posó entre sus piernas, luego le tendió el plato y la cuchara. Ella se trajo una silla. Snape cada día se intrigaba más. Esa muchacha se preocupada de una manera que hacía muchísimos años no sentía... Pero antes de ponerse a comer, habló.
-¿No siente frío?- Este negó con la cabeza. Pero Hermione se levantó, buscó una frazada, un par de medias y volvió a la silla. Se puso las medias y luego se tapó completamente con la sábana. Tomó su plato y comenzaron a comer. Luego de un rato, ella volvió a hablar.- Gracias... por lo que hizo hoy.- Severus negó con la cabeza, volteó a verla serio.
-Nadie merece ser comparado, Granger. Además, ese idiota de Weasley no tiene derecho.- Dijo con algo de odio, la castaña sonrió y negó.- Mañana, saldré por la mañana... Solo por si no me ve.- Hermione asintió, intrigada estaba, pero no preguntó. Severus agradeció que no lo hiciera.
-¿De verdad se siente mejor?- Ahora nuevamente la miró, pero asintió, ella le sonrió agradecida.- Me alegro... Ah, yo saldré también por la mañana ahora que lo recuerdo. Debo ir a comprar... las cosas para el colegio.- Snape sonrió con gracia.
-¿No está grande para la escuela?- Preguntó sarcástico, observó a la castaña y esta frunció el seño, estaba por contestarle, pero no dijo nada, solo entre cerró los ojos y lo miró con fastidio. Sacó una carta, eran los materiales. Este lo leyó.- No hay nada nuevo aquí, Granger.
-Sí, el uniforme.- Severus volvió a leer, "Los alumnos interrumpidos deberán llevar pantalones negros de vestir, zapatos, y la camisa blanca con el escudo de Hogwarts, sin importar la casa a la que hayan pertenecido antiguamente". Levantó una ceja.
- Lo sé, pero aún así, ya no me quedaba el uniforme...- A Snape no le sorprendió, su figura había cambiado bastante... Ya no era una niña.
-¿Alumnos interrumpidos?- Dijo sarcástico. La castaña se hundió de hombros.- Que mal chiste.- Le devolvió la lista. Hermione terminó la sopa, Y Snape también, desapareció los platos y luego se levantó. Snape se tapó. Hermione extendió la sabana que tenía y lo tapó con esta, Severus solo la miró. Pero no dijo nada.- Granger...- Hermione lo miró con algo de miedo a un reproche.- Gracias.- La castaña le sonrió y se dirigió a la puerta abrazándose.
-Buenas noches, señor.- Y le sonrió, de la manera que le sonreía cada vez que se iba de la sala en San Mungo...
A la mañana siguiente, ambos fueron a cerrar el trato por una casa. La compraron y firmaron los papeles. Snape se iría en los siguientes dos días. La castaña había terminado más temprano. Por lo que decidió comprarse al fin el uniforme nuevo. Snape le tomó un poco más de tiempo, el arrendatario llegó un poco más tarde. Estaba fastidiado.
Cuando el pelinegro terminó, fue al Callejón Diágon para sacar algo más de Oro de Gringotts, le quedaba poco luego de compara la casa.
Cuando salió, caminó un poco por la calle. Pensaba que cuando llegara Granger le diría que abusaría de su amabilidad solo dos días más, luego se iría. Pero caminando, pudo ver algo que sus ojos aún no habían notado... o no parecía de importancia. El hombre vio lo que era el paso a la madurez de una muchacha...
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Sobrevivir
RomanceLuego de la guerra mágica, Severus Snape se despierta de un coma de tres semanas deseando haber muerto. Pero las visitas casi diarias de Hermione hará que ambos entablen una nueva relación desconocida para ambos. La castaña acepta por medidas de San...