El domingo, Hermione se despertó en su cama tras la lluvia torrencial que golpeaba en la ventana. Visto y considerando el clima, dudaba que los planes que habían hecho con Ginny de ir ese día al pueblo siguieran en pie, y consideró que tal vez, la pelirroja le enviaría una lechuza y pensó que si no era así, la misma castaña iría a buscarla para tomar té.
Salió de la cama con muchísima pereza y se dirigió al baño para abrir la ducha. Luego del baño, se acercó a su ropero y buscó un suéter, un jean y zapatos. Se cambió y se sentó frente el tocador. Se hizo un rodete desarmado y normal de entre casa y salió de la habitación.
En la sala, se encontraban Harry y Ron de mal humor jugando ajedrez mágico. La muchacha se acercó a ellos y estos la miraron. Aún no habían hablado sobre lo de Snape y lo sucedido con el ministro el día anterior. Hermione supuso que tendrían sus dudas y dispuesta a resolverlas, se sentó entre ellos.
-Hola.- Les dijo normal.
-Hola.- Respondieron los dos al mismo tiempo.- Herms, ¿Cuál crees que será el siguiente movimiento de Ron?- Hermione miró el tablero y miró al pelirrojo y luego devuelta a Harry.
-No me gusta este juego.- Harry sonrió y volvió al juego.- Sé que seguramente tienen preguntas y quiero que las hagan... Ayer el profesor Snape quedó muy destapado y...
-En realdad. Lo explicado cerró muchos cabos sueltos, Hermione.- Contestó de inmediato Harry. No parecía enojado y alterado. Sí reflexivo.- Pero lo que me molesta en realidad es que se lo hayas contado a Ginny y no a nosotros...- La castaña abrió los ojos y por un momento tuvo miedo de lo que la pelirroja hubiera dicho.
-¿Les contó?- Harry y Ron asintieron con la cabeza afirmativamente.
-Nos dijo todo.- La castaña miró al suelo.- Desde lo de San Mungo y toda la convivencia que tuvieron desde entonces. ¿Cómo lo aguantaste, Hermione? Tienes mucha paciencia.- La castaña se cruzó de brazos y volvió a mirar el tablero.- Pero eso explica el hecho de que Snape te hubiera elegido para ser tu tutor. Aprendió a trabajar contigo, y después de todo, eres la más inteligente.- Hermione sonrió. Se sentía un poco más tranquila.
-Así que el día que fui a tu casa, no había sido mi imaginación.- Dedujo Ron volteando a mirarla. Hermione negó con la cabeza.- A decir verdad, se veía mal.- Hermione solo asintió.
-Bueno. Entonces no tienen preguntas...- Dedujo al final la castaña. Ambos negaron con la cabeza y siguieron su juego.- Gracias por no juzgar mal las cosas.- (O tal vez si pensaban cualquier otra cosa era cierta al fin y al cabo).
-Eres nuestra amiga, Hermione. Sabemos que cualquier cosa nos lo dirías. Solo quiero que sepas que estamos aquí para ti.- Terminó Harry mirándola a los ojos. La castaña le sonrió y asintió con la cabeza.- Ahora, si me disculpan, tengo un desayuno con Ginny.- Hermione abrió la boca y se paró con Harry.
-¿Te irás con Ginny? Yo iba a ver si quería tomar el té conmigo...- Harry la miró casi competitivo.
-Hoy estará conmigo Herms. Eso me dijo hoy por carta... Pero si quieres...- Hermione recordó lo que su amiga le había contado y abrió los ojos comenzando a negar.
-No, no, no. No te preocupes, estaré bien. Recordé que Snape necesita terminar con unos trabajos, tal vez me los dé. Luego estaré con Ginny. Ve.
Hermione salió de la sala media hora después que Harry. La lluvia no paraba y sonaba mientras caía contra el castillo fuertemente. Hermione iba con un libro en mano leyendo. Cuando chocó contra él. Tuvo que levantar la mirada. Su seño fruncido y sus brazos cruzados siempre terminaban por intimidarla, pero cada vez menos.
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Sobrevivir
RomanceLuego de la guerra mágica, Severus Snape se despierta de un coma de tres semanas deseando haber muerto. Pero las visitas casi diarias de Hermione hará que ambos entablen una nueva relación desconocida para ambos. La castaña acepta por medidas de San...